Marisa Salas es autora de la novela Días de sol, que pasa inadvertida entre los lectores. Al mismo tiempo una joven escritora, Carolina Cox, saborea las mieles del éxito con otra novela en la misma editorial, lo que hunde a Marisa y decide tirar todos los ejemplares que tenía. Treinta años después, aparece un escritor novel que copa la lista de ventas, levanta el aplauso del mundo literario y destrona a Carolina Cox. Al leer la obra, Marisa descubre con estupor que es la copia íntegra de la novela que escribió años atrás, y debe demostrar que el joven es un impostor. Sobre este plagio rodeado de misterios, Clara Sánchez construye Los pecados de Marisa Salas.

QUIÉN ES

Filóloga, profesora y escritora, Clara Sánchez nació en Guadalajara y reside en Madrid. Hasta la fecha ha publicado quince novelas, entre ellas El amante silencioso, una evocadora intriga femenina que transcurre en África, e Infierno en el paraíso, una novela sobre la realidad cotidiana de las mujeres musulmanas. 

Ha recibido los premios Nadal (por Lo que esconde tu nombre), el Planeta (por El cielo ha vuelto), y el Mandarachem (por Lo que esconde tu nombre), entre otros. Además, recibió la Medalla de Oro de Castilla-La Mancha en 2011 y la de Guadalajara en 2022. Es miembro de la RAE y el pasado 4 de octubre recibió el Premio Extraordinario «Legado Excelente» de los Premios Excelentes ENCLM 2023.

¿Las editoriales suelen ser el saco de los golpes de los malos escritores?

No sé mucho del mecanismo de las editoriales. Conozco las consecuencias, cómo nos afecta cuando publicamos un libro. En las editoriales hay de todo. Hay buenos escritores, otros regulares, otros que pueden parecer malos, pero que tienen una vertiente comercial que a la editorial les interesa...; tiene que haber de todo en la viña del señor. 

¿Para su novela Los pecados de Marisa Salas se ha inspirado en alguien o es pura ficción?

Me he inspirado en mí y en la gente que tengo alrededor. Evidentemente, el mundo del libro, de los escritores, es pequeño. Aunque abarque todo el planeta, en realidad, todos los agentes literarios y los editores se conocen entre sí. Todos los escritores, más o menos, pasamos por las mismas cosas, las mismas emociones y las mismas circunstancias. Desde luego, me he fijado muchísimo en mí, en cuando publiqué mi primera novela. Me podría haber pasado perfectamente lo mismo que a Marisa Salas; yo estaba muy contenta sólo con que la editorial me publicase el libro. 

¿Pero?

Mi primera obra pasó de una manera discreta. Si hubiera esperado un poco más, como le pasa a la protagonista de la novela, pues igual me hubiera decepcionado tanto que tal vez hubiera intentado olvidar que soy escritora. Creo que esa sensación, que he puesto en Marisa Salas y que ella en esa historia ha dramatizado tanto, la hemos tenido todos con nuestra primera novela, porque la mayoría no hemos sido un boom. Aunque hay quienes se disparan en su primera novela y tienen un bombazo y nunca tendrán esa sensación de celos, de competencia.

"Los escritores somos gente que vivimos siempre en el filo de la navaja”

¿Se siente reflejada en Marisa Salas?

He partido de mí, y al mismo tiempo que yo he publicado y he arrancado de una manera discreta, ha habido otra persona que ha tenido un exitazo. Digamos que el triunfo de otra persona se convierte en un espejo muy grande en el que tú ves decepción o frustración de una manera muy grande. Todos sabemos de casos concretos que ha habido dentro del mundo de la literatura, de plagios, de lo que se llaman escritores fantasmas. Eso existe desde el nacimiento de la literatura. Ahora no llegamos a cargarnos a nadie pero ha habido otras épocas en las que se llegó a las manos, porque los éxitos y fracasos que se producen en este mundo tan pequeño suscitan sentimientos muy fuertes. Es curioso el por qué muchísima gente quiere ser escritor o por lo menos tener un libro.

¿Por qué?

Hay gente que no necesita tener un libro pero quiere entrar en un club donde se supone que impera el talento; desea formar parte del club de la imaginación. Es algo difícil de comprar con dinero y que no puedes arrebatárselo a nadie. El talento de otra persona no lo puedes comprar. Hay como un deseo de pertenecer a ese club y a veces de una manera completamente espúrea. No entiendo ese gran deseo, porque los escritores somos gente que vivimos siempre en el filo de la navaja.

‘Los pecados de Marisa Salas’ es el título de su nueva novela. Luca Brunetti

¿Es un misterio por qué una novela engancha y otra no?

Por eso digo que los escritores estamos en el abismo, porque al escribir una novela no sabemos si ese trabajo va a tener recorrido, si va a gustar; somos personas que necesitamos gustar y no sabemos cómo hacerlo. Es un misterio por qué una persona engancha y otra no. Visto desde dentro, cuando eres escritor de verdad, independientemente de la calidad, cuando vives este mundo y no lo haces como un juego, puedes salir muy dañado, porque estás jugando con tu propia autoestima.

Alguien que escribe una novela, aunque sea buena, ¿por qué no vuelve a intentarlo más?

A veces es simplemente por no volver a vivir ese vértigo, esa incertidumbre que suele ser insoportable. Hay que tener una fuerza mental grande. Y saber cuál es el camino y que no le importe si esa novela tendrá éxito porque sabe que escribirá otra. Pero hay personas que no tienen esa fortaleza y no quieren verse de nuevo arrojados a esa sensación, si es él la persona que ha escrito esa novela. Esa es otra. 

Hablando de copiar o de plagiar. ¿El robo de ideas suele ser frecuente?

Aquí hay muchas cosas y matices, por eso digo que este mundo nuestro es muy interesante. Por ejemplo, en la novela Los pecados de Marisa Salas no es que sea un plagio, sino que simplemente un joven se encuentra una novela y se adueña de ella. Y eso desencadena toda una crisis en el mundo de Marisa, que la había escrito, en el mundo del impostor, porque la vida está llena de impostores, en todos los sectores. Como periodista verás que hay un intrusismo enorme en el mundo de la información y en el de la literatura también.  

¿Otra cosa es el plagio?

Sí. Sucede mucho. La literatura siempre ha estado llena de imitadores de otros. Luego están las novelas por encargo y los escritores fantasma que te escriben las novelas. Ese mundo lo intuyo, pero nunca me han dado datos concretos. Es algo que se sabe, pero no podemos levantar un acta. Yo suelo preguntar si de verdad hay gente que escribe para otros autores y me responden que sí.

"Lo de 'negro' es políticamente incorrecto, ahora se dice escritor fantasma"

¿Se refiere al trabajo del negro?

Sí. Pero me han dicho que lo de negro es políticamente incorrecto, que ahora se dice escritor fantasma. Me llamaron la atención y no está mal. Me imagino que hay escritores que saben escribir y estructurar una novela, que no han tenido la suerte de poder triunfar y es una manera de ganarse la vida. Hay gente que tiene nombre, fama y necesita de esos servicios. Pero no tengo datos concretos de eso. Me dicen que existen.

¿No hay demasiadas publicaciones? ¿Se lee tanto?

En realidad, de creación es de lo que menos hay; hay muchísimas publicaciones de autoayuda, pero de creación no. Ahora mismo hay muchas cosas que solapan al libro y que lo oscurecen; las series de TV, los videojuegos... Porque el libro necesita mucho tiempo para ser leído. Pero ya verás como se dará la vuelta a la tortilla y cuando la gente se canse de tanto audiovisual volverá al recogimiento del libro. El placer neuronal que sientes cuando estás leyendo... eso no te lo da nadie.

¿Cómo escribir una novela de éxito?

De éxito no lo sé; eso es un misterio. Y luego hay escritores y escritores: los que realmente sí que buscan una novela de éxito y se preocupan de saber qué es lo que se está leyendo, cuáles son los líderes y van dirigidos a un público que van buscando eso; y luego estamos los otros escritores que tenemos una idea más romántica de lo que es la literatura. No digo que unos sean mejores que otros.

¿Y usted por ejemplo?

Yo escribo de lo que me preocupa. Para empezar, tienes que tener imaginación; ser un tipo de persona más contemplativa, que pierdas más el tiempo. Hay personas muy prácticas que eso no lo soportan. Es una cuestión de carácter. Y tienes que disponer de un exceso de imaginación que necesita salir fuera. Yo me nutro mucho de mis preocupaciones, sobre todo de mis mundos, casi todas mis novelas tienen que ver con algo que tenía que ver con mi vida. 

En octubre usted entró en la Real Academia de la Lengua. ¿Está costando mucho que haya más mujeres?

En los últimos tiempos estamos entrando más mujeres. Casi todas hemos tenido que batallar con alguien más que se ha presentado a una silla, a una letra, y en ese momento ha habido otras que no han podido entrar, porque la Academia ha creído que el otro contrincante tenía más méritos. Hay que tener en cuenta que en la Academia todo el mundo vota, y el voto es secreto.

La noticia de un profesor de Valladolid que exigió a sus alumnos borrar de los libros el lenguaje inclusivo dio mucho que hablar. ¿Luchará por el lenguaje inclusivo?

Aquello fue terrible y de vergüenza porque se está saltando la norma gramatical. Hay cosas que ya están asentadas. Abogado y abogada eso ya es indiscutible; se debe pelear por más, aunque, a veces, no es una pelea con los académicos. Los académicos suelen estar de acuerdo con los cambios, pero hay que encajar en la lengua los nuevos requerimientos de la sociedad. No se puede hacer de cualquier manera. Hay que hacer un lenguaje inclusivo, pero que sea sencillo a la hora de escribir una novela, que ahora es dificilísimo. Ese puede ser un motivo de estudio.