Manuel Rivas: “La cocaína es el oro contemporáneo, pero la verdadera droga es el poder”
Manuel Rivas está detrás dela serie ‘Vivir sin permiso’. Elrelato ‘Oeste’ es en el que sebasan los guiones de lahistoria que los lunesprotagoniza José Coronado
Bilbao - El escritor gallego ha dedicado tiempo a escribir sobre el narcotráfico, pero la historia que argumenta Vivir sin permiso está basado en un relato de su libro del mismo nombre que la serie titulado Oeste y que va un paso más allá, el posnarcotráfico y sus juegos de poder.
Buen final de año, la serie, ‘Vivir sin permiso’ y el libro del mismo nombre.
-El libro no se ciñe a la serie, pienso que la literatura puede estar detrás de una creación audiovisual pero también es cierto que las series pueden ayudar al trabajo literario.
¿En qué sentido?
-Te ayudan a ir un poco más allá. Tengo una buena relación con el mundo de la imagen. Estoy muy satisfecho con el cine y la televisión.
El mundo audiovisual es un paisaje conocido para usted, lo ha visitado varias veces.
-Para mí uno los momentos más felices fueron las películas La lengua de las mariposas o El lápiz del carpintero. A veces se confrontan los mundos de la imagen y la literatura y pienso que es un error. Son mundos paralelos que se han enriquecido el uno al otro cuando se han cruzado; son mundos que se han fermentado y fecundado mutuamente.
¿Cómo ve sus obras en la pantalla?
-Resultan unas experiencias mágicas y son unas experiencias de transmigración que me han dado bastantes alegrías.
Hablemos de ‘Vivir sin permiso’.
-La idea central que había en la propuesta que hice y que yo escribí en forma de relato está muy bien plasmada. Yo tenía una idea en la cabeza, y esa era hacer una serie de otro libro Todo es silencio. En él, se publicó en 2012, estaba el trasfondo histórico del narcotráfico.
¿Por qué se cambió de idea y se dejó a un lado ‘Todo es silencio’?
Me puse a trabajar con ese libro y no me sentía suficientemente motivado. Cuando me pongo con un tema, me cuesta mucho volver sobre lo escrito, prefiero lo nuevo.
¿Por qué ‘Oeste’?
-En la literatura también existe, es un lugar psicogeográfico, me gusta ponerme en la orilla e intentar nuevas navegaciones. Volví a hablar y les dije que tenía algo nuevo y que se correspondería más con lo que sería es posnarcotráfico. Responde a un tiempo más actual y no es solo una historia que tiene que ver con el género narco únicamente.
¿Hacia dónde ha caminado?
-Hacia un análisis de la cuestión del poder, ese poder que llega a través de la riqueza conseguida del tráfico ilegal. Pero ¿qué ocurre con las personas que han alcanzado ese poder y que creen controlar su vida y la vida de los demás? Ellos tienen los signos de riqueza, las propiedades, el dinero? Ejercen el poder tanto en la sombra como a la luz.
¿Complicidades?
-Muchas. La serie trata de ver cómo se afronta ese poder cuando surge un enemigo imprevisible, un enemigo que está dentro de uno mismo.
¿La enfermedad?
-Sí y es un enemigo al que no se le puede vencer como se han vencido otros enemigos más vulnerables.
¿Las personas?
Exacto. La droga da poder, sobre todo la cocaína?
¿Más la cocaína que otras drogas?
-Es el oro contemporáneo, es la droga del poder, son los polvos mágicos y está asociada a las élites. Esa droga provoca esa sensación de excitación, de traspasar los límites? Pero la vuelta que le di es diferente. La droga da poder, pero la verdadera droga es el poder.
¿Una lucha de ambiciones?
-Este tema va unido. Quien tiene poder, quiere más poder. No hay mayor poder que el dominar a los demás, decidir sobre los demás. Esta es la cuestión fundamental sobre la que se basa el personaje de Nemo Bandeira. ¿Qué ocurre cuando entra en crisis ese poder? Esa es la duda y el argumento de la serie.
¿Que salen los carroñeros de sus madrigueras?
-Exacto. Es una crisis que no era previsible, no procede de fuera, no es un enemigo a eliminar. Esa crisis la provoca la falta de seguridad que viene de la mano de la pérdida de memoria, del alzhéimer. En la serie está muy bien tratado todo el argumentario que yo propuse.
Hay autores que cuando ven una obra suya en cine o televisión se echan las manos a la cabeza.
-Hay cosas que te gustan más que otras, pero en general no me ha pasado nada terrible con los libros míos. Las series están logrando gran calidad y han desatado una gran revolución en el mundo audiovisual.
¿Es de fácil conformar?
-Más bien soy realista. Hay cosas que uno haría de otra forma. Me gusta mucho este mundo y sé cómo se trabaja, es muy laborioso, muy complejo; soy bastante comprensivo con aquello que no me gusta y, por supuesto, me siento contento con aquello que me deja satisfecho.
Este año la novela ‘Fariña’ fue secuestrada.
-Fue un disparate. Creo que es un gran libro, es documental, diferente a lo que yo he escrito. Que se secuestre un libro dice mucho de lo que está pasando; sobre todo, que se secuestre de esa forma tonta. Es uno de los peores signos de la calidad de una democracia. Los libros son seres vivos, secuestrarlos es una barbaridad.
¿Un terrible retroceso?
-No lo dudes. Escribí hace un tiempo Los libros arden mal y cuento, es un hecho real, como en la guerra del 36, además de la quema de libros, alguien en Coruña tomó la decisión de meter en un calabozo algunos libros que no se habían quemado. Cerraron con llave el calabozo. Hoy pensaríamos que es un disparate y una psicopatía, pero vemos que hay estupideces que duran toda la vida, una de ellas fue secuestrar Fariña.
¿Qué tiene entre manos?
-Este año he publicado dos libros en poco tiempo: Contra todo esto y Vivir sin permiso.
¿Le gustan los relatos?
-Más que relatos son tres novelas breves, lo digo por la extensión.
La novela breve no es muy popular.
-Se escribe, pero se engloba como relato. Es un género del que se habla poco, pero que a mí me gusta mucho. Escribir para mí es como respirar y ahora estoy trabajando en una novela, pero con otro tiempo diferente y creo que va a ser una larga caminata. Para mí, la literatura es una forma de andar, en esta ocasión será una larga travesía.
Se dice que el narcotráfico está más vivo que nunca.
-No me considero un experto en el tema del narcotráfico, aunque sí creo que ha habido una mutación a nivel internacional, también en España. Hay mucho consumo, eso significa que hay tráfico de cocaína, se ha incrementado la heroína. El negocio, entrecomillas, busca sus vías de seguridad. Da la impresión de que se usa más la vía de contenedores, vías de camuflaje más complejas que las de antes.
¿La legalización?
-Tendría que ser motivo de debate, como tendría que ser motivo de reflexión la despenalización de la marihuana en Canadá y en Uruguay. Pienso que han sido medidas inteligentes, aunque hay que hacer una reflexión a nivel internacional.
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