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‘Oficina de infiltrados’ vuelve a Movistar con la mirada en Rusia

La serie estrella de la televisión francesa regresa con una cuarta temporada “más compleja”

‘Oficina de infiltrados’ vuelve a Movistar con la mirada en Rusia

París - Rusia, la ciberseguridad y la inteligencia artificial convivirán con el día a día de los héroes y antihéroes de esta saga de agentes secretos. Tras la desaparición de Malotru (Mathieu Kassovitz) al final de la tercera temporada, los servicios secretos de exterior (DGSE) se ven por primera vez interceptados por la agencia de interior, la DGSI, que enviará a un nuevo agente para hacer frente a las múltiples crisis de los últimos tres años.

Ése será el papel de Mathieu Amalric, el nuevo fichaje del creador de la serie, Éric Rochant, inspirado en el mítico Javert, de Los Miserables, de Víctor Hugo, con un personaje que se confrontará a la figura del atormentado y querido Malotrou, fugado a Rusia. “Esta temporada es más compleja, quizás por la reputación de los servicios secretos rusos, la complejidad de la inteligencia artificial y la ciberseguridad. La temática es ahora menos visible”, comentó Rochant en el Espacio Niemeyer.

Cuartel histórico del Partido Comunista Francés, que ha quedado relegado a un par de plantas y alquila las salas a particulares, el edificio es el lugar idóneo para acoger la presentación de una serie de espionaje, con sus muros de cemento, sus techos bajos y sus pasillos infinitos. El equipo confiesa algunos de los secretos de la preparación donde nuevo el contexto geopolítico marca el ritmo de la serie.

conflictos cibernéticos “Cuando nos sentamos con el guión hay dos preguntas sobre la mesa: qué historia vamos a contar y, después, qué contexto geopolítico contemporáneo vamos a utilizar”, explicó Rochant. Para él, “tras el regreso de Rusia a la escena internacional hace dos años”, era el momento de hablar de ese país, envuelto en varias crisis diplomáticas que revelan la importancia de los nuevos conflictos, los cibernéticos. Incluso algunos de los guionistas confiesan su rechazo inicial a tratar el tema y a introducirlo, por lo difícil que resulta a buena parte del público -y a los propios creadores- su comprensión. “Tenemos topos”, dijo Rochant, para responder a cómo han logrado conseguir información sobre los métodos del Kremlin, sin dejar muy claro si la afirmación es ironía o realidad. “Si Canal+ (productora de la serie en Francia) es hackeada durante la temporada, sabremos que es por esto; si no, es que les da igual”, arguyó.

En solo tres temporadas, la serie, que emite en España Movistar+, ha conseguido alzarse entre la crítica como la joya de Francia, con un guión que revela el lado más íntimo de los agentes secretos, sin olvidar una historia pegada a la actualidad, con Siria, Irán y la situación en Oriente Medio como hilo conductor. A Rochant le reprochan, sin embargo, haber asumido una postura magnánima hacia la DGSE. “Pasar cuatro años haciendo una serie de la DGSE contra la DGSE es pasar una parte de tu vida amargado. Creo que para hablar sobre la gente que allí trabaja hay que tener una cierta ternura por ellos”, opinó.

Los protagonistas Marina Loiseau (interpretada por Sara Giraudeau), Raymond Sisteron (Jonathan Zaccaï) o Marie-Jeanne Duthilleul (Florence Loiret-Caille), que ocupará ahora la dirección de la agencia, regresan esta temporada con nuevos personajes como el de Amalric y otra infiltrada, la actriz Anne Azoulay. - María D. Valderrama