Funciona como película de sobremesa
El autor de El diario de Noa y el director de Querido John firman Un lugar donde refugiarse. Sí, efectivamente, es algo ñoño. Además, juegan con fuego con un tema como los malos tratos desde una investigación algo torpe. Y una vez más, como en Querido John, las cartas tendrán un componente sensiblero. La palabra encumbra un territorio de intercambio entre el presente y el futuro.
Nada más comenzar la película vemos a la protagonista con una artificiosa peluca huir a un lugar recóndito y reencontrarse consigo misma. Pero más que un viaje interior se trata de un viraje folletinesco. Hasta ese proceso de cortejo la cosa funciona aceptablemente. Luego viene la ebullición de sentimientos mayores y la búsqueda de la lágrima fácil con una serie de detonantes que estallan y conviven pendiendo del hilo de lo inverosímil.
Como película melodramática de sobremesa funciona. Lo dicho, tiene sus méritos hasta que pierde el control sobre los sentimientos que quiere hacer estallar. Los actores (mejor él que ella) dan cierta credibilidad hasta que los supuestos del amor total nos lleven a territorios de pañuelicos.
Dirección: Lasse Hallström. Guion: Dana Stevens (basada en la novela de Nicholas Sparks). Música original: Deborah Lurie. Reparto: Julianne Hough, Josh Duhamel e Irene Ziegler.