Bilbao. Está encantado con esta experiencia televisiva, que compatibiliza con la gira de la obra Para lo que hay que vivir, mejor no morirse nunca. "En breve" empezará con una serie de Telecinco en la que trabajará con Antonio Resines.

¿'Gracias, Petrov' es el trabajo más original de su carrera?

Es diferente a todo lo que he hecho hasta ahora. Yo siempre me he centrado en la ficción -bien en películas, series o teatro-; y este es un formato con base histórica, único y cerrado, van a ser doce programas y no habrá más. Conlleva más registros de los habituales en el trabajo de un actor y es una oportunidad muy bonita.

¿Cuál es su cometido?

Soy el hilo conductor. Mi personaje soy yo mismo pero guionizado y voy contando lo que se ve en las imágenes, unas veces en off y otras con presentaciones. Hablo de lo que ha sucedido los últimos treinta años como si tuviera conocimiento de todo ello y siempre desde un punto de vista irónico, vacilón en algunos momentos y en otros más serio. Dialogo, entrevisto y hago minipiezas con algunos invitados que sirven de presentación o de desahogo cómico en medio de situaciones muy serias o duras.

¿Usted es el único personaje que sale en todos los capítulos?

Sí, soy el presentador principal. Además hay otro personaje, un guardia de seguridad, que aparece en bastantes capítulos.

¿Cómo se intercala la historia de ETB en la serie?

Solo es una excusa. En realidad abordamos lo que ha pasado a todos los niveles en estas tres décadas en Euskadi y en el resto del mundo. ETB sale sobre todo en el primer capítulo porque es cuando nació y se habla de cómo fue el proceso, de quiénes participaron, etcétera. No es la historia de ETB. Eso sí, prácticamente todas las imágenes de Gracias, Petrov son del archivo de la televisión vasca. Va a sorprender mucho recordar algunas de ellas e incluso verlas por primera vez. Hay muy buen material y se trata de aprovecharlo para contar lo que ha ocurrido.

¿La división de los capítulos es temática o cronológica?

Cronológica, pero no todos incluyen el mismo número de años. Según avanzamos, abarcan más tiempo. El primer capítulo está dedicado solo a 1983, un año en el que ocurrieron muchísimas cosas y que además es el del nacimiento de ETB.

En total serán doce entregas. ¿Cuál está grabando ahora?

Estamos con los años 1998, 1999 y 2000, es el octavo programa.

¿En qué localidades han estado?

Empezamos en Bilbao y después hemos estado en Donostia, en Lei-tza,... dando una vuelta por toda Euskadi según los años que incluye el capítulo y los personajes con los que se va a contar.

Usted estará aprendiendo mucho porque no había cumplido 4 años cuando arranca la serie. ¿Qué es lo que más le ha llamado la atención?

Pues del principio bastantes cosas porque lógicamente con 4 años no me acuerdo de nada. Por ejemplo, no era consciente de la gravedad de las inundaciones de 1983, de la cantidad de muertos que hubo y de las enormes pérdidas económicas. Es uno de los dramas más grandes que hemos repasado en la serie, aparte de la violencia, claro.

¿Ha tenido que pedir consejo a la familia para preparar el papel?

No me ha hecho falta. El guion está muy bien escrito y solo tengo que seguirlo. No he tenido que empaparme de los acontecimientos.

Como es muy joven, para usted no va a ser un ejercicio de nostalgia. ¿'Gracias, Petrov' le despierta algún sentimiento especial?

Bueno, quieras que no ya tengo 34 años y mis primeras imágenes de la tele son de ETB, casi siempre veía los dibujos en euskera. En mi caso también hay nostalgia, a cada uno con su edad esta serie le remite a unos recuerdos. Es un viaje en el tiempo desde un punto de vista ameno, con cierta ironía. Ahí radica el atractivo del programa, en echar mano de esos recuerdos y comentarlos, descubrir exactamente cuándo pasaron las cosas. A veces creemos que han pasado cinco años y son diez, es muy curioso cómo funciona la memoria.

¿Qué tal se ve haciendo entrevistas? ¿Se encuentra cómodo?

Nunca había hecho entrevistas y no me resulta fácil, yo soy más de leer un guion e interpretar personajes. Pero bueno, aquí también hay guion, hay preguntas preparadas y los entrevistados dan muchísimo juego. Además a muchos ya les conocía, como a Arguiñano, Perurena... La verdad es que me he sentido muy cómodo para ser un trabajo al que no estaba acostumbrado. Es una experiencia más.

Anda que si le entra el gusanillo de ser periodista...

Ehhhh, no. Para tanto no va a ser. Es un trabajo diferente y atractivo pero no creo, bastante tengo con lo mío.

Sin embargo, aunque ha conocido a mucha gente, el momento que más ha disfrutado ha sido otro...

Pues sí. ¡He marcado un gol en San Mamés! Es un momento histórico para mí: con la camiseta de la Real, metiendo un gol en la Catedral y con las cámaras grabándolo... Ya sé que al entrenador no le gusta mucho que se pise el campo fuera del trabajo, pero nos dejaron entrar a un equipo reducidísimo y tuvimos la suerte de grabar en el césped del mítico San Mames. Este programa me ha dado la oportunidad de conocer a gente interesante y de estar en sitios curiosos como este. Fue una experiencia divertida.

¿Pero había portero o chutó a puerta vacía?

(Se ríe) No, no, no. Con portero es más fácil meter, ja, ja, ja.

¿Usted pensó que estaba Iraizoz bajo los palos?

Básicamente.