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"La información constituye la primera línea de defensa de los ciudadanos"

Miembro del equipo fundador de La Sexta y director de la cadena, desde hace un año y medio es el responsable de 'Al rojo vivo', que hoy recibe a Iñigo Urkullu. En septiembre pasó del 'late night' de La Sexta 2 a la franja del mediodía del canal principal, donde ha doblado su audiencia

"La información constituye la primera línea de defensa de los ciudadanos"La Sexta

Bilbao. La Sexta fue la única televisión que el pasado fin de semana cambió su programación para incluir dos especiales de Al rojo vivo tras las comparecencias de Luis de Guindos y Mariano Rajoy.

Su cadena mostró unos reflejos informativos envidiables...

Están pasando cosas de una trascendencia enorme y creemos que los ciudadanos tienen que saber qué ocurre en cada instante y por qué. Nosotros debemos intentar darles las claves. Cuando el Gobierno decide que acepta una ayuda de 100.000 millones de euros o el presidente da explicaciones, pensamos que tiene la importancia suficiente como para modificar la programación. Hicimos lo que teníamos que hacer, nada más...

Pues otras televisiones no consideraron que debían hacerlo...

Desconozco los criterios de nuestros competidores, pero nosotros sabíamos que teníamos que reaccionar y forma parte de la filosofía de esta cadena tener capacidad y agilidad para adaptarnos ante hechos que creemos que van a influir mucho en la sociedad. Es la filosofía de La Sexta desde el primer momento. Estamos habituados a reaccionar con rapidez.

¿Quién tomó la decisión: el presentador de un debate o el director de la cadena?

(se ríe) Bueno, yo aúno los dos cargos, pero es una reflexión que partió del equipo: del responsable de Informativos, del consejero delegado y de mí mismo. Surgió de inmediato de forma natural en cuanto supimos el viernes que al día siguiente España podía pedir un crédito de esas características. Decidimos retransmitir la rueda de prensa del miembro del Gobierno que compareciera y montar un programa especial porque estábamos ante un hecho histórico.

Desde que el programa se instaló en La Sexta y cambió la noche por el mediodía no hace más que subir...

Inicialmente era un programa de debate muy a la americana para el late night en La Sexta 2, lo que permitía reflexiones amplias y profundas. Pasar a La Sexta es un lujo, pero el horario desconcertó un poco. Sin embargo, creo que ahora mismo a cualquier hora del día hay gente interesada en saber por qué pasa lo que pasa. El reto estaba en conseguir audiencias aceptables a esa hora con un programa cuya materia prima fundamental es la actualidad política, económica y social. Es muy, muy, muy informativo y menos magazine, por decirlo de alguna manera. En un momento como este, donde hay mucha gente indignada y que busca respuestas, la información constituye la primera línea de defensa de los ciudadanos y Al rojo vivo pretende ser eso, una primera línea, ofreciendo información, claves y análisis desde todos los puntos de vista. Dentro del ADN de La Sexta está ser una televisión con un punto de rebeldía, de osadía, muy urbana y, sobre todo, que busque respuestas. Esa es la filosofía de este programa.

Cuando decidieron el cambio de horario, ¿se imaginó que podía salir tan bien?

Es verdad que desde su nacimiento La Sexta nunca ha trabajado la franja de la mañana. Esta era la primera experiencia en directo y hay bastante satisfacción con el resultado. Cuando me ofrecen retos de estas características lo único que me planteo es dar el paso al frente, no si es mejor o peor horario. El desafío es sacarlo adelante. Queríamos un programa que vibrase con la actualidad y además intentar contarla de una manera diferente, con expertos -no solo los analistas habituales- y con protagonistas de las noticias. De momento parece que va en progresión.

Quien puso el título del programa estuvo inspirado...

Vivimos una actualidad que está al rojo vivo, emocionante -y no siempre en el buen sentido- y que cada vez va a ser más intensa y trascendente. Cuando decidimos el nombre, nos dimos cuenta de que tal y como estaban las cosas se iban a producir transformaciones muy profundas en el mundo. Esa es la clave del título, no que se planteara un debate crispado. Nos gusta la confrontación apasionada de ideas, pero nunca crispada o con descalificaciones, por muy morboso que esto sea. Preferimos que haya un punto de ironía o de buen clima a que haya crispación o descalificación por mucho share que esto pueda ofrecer.

¿No es paradójico que un momento informativo tan importante coincida con una crisis sin precedentes en los medios?

El sociólogo Pierre Bourdieu decía que "el periodismo es una profesión muy poderosa compuesta de individuos muy frágiles". Una crisis tan brutal afecta a todos los territorios, también a las empresas mediáticas, y eso hace más débiles a los medios de comunicación y a sus profesionales, es un peligro que tenemos que evitar entre todos.

¿Qué porcentaje del éxito de 'Al rojo vivo' está en la elección de invitados, en la de contertulios o en el momento de avidez informativa?

Es una combinación de factores. Es una tertulia diferente porque es muy plural en lo ideológico, en lo vital; porque es muy mestiza, porque hay gente muy variada; es una tertulia muy pegada a la actualidad que ahora es un polo de interés tremendo para la gente porque sus vidas se ven afectadas día a día por decisiones que se están tomando en España y fuera. Hay ansia de saber y de informarse. Creo que una de las claves de la aceptación del programa es la diferencia ideológica de planteamientos que hay en el debate. No solo buscamos respuestas, sino que sobre todo intentamos hacer todas las preguntas posibles y el espectador lo agradece.

¿Siente la responsabilidad de hacer las preguntas que no pueden hacer los espectadores?

Sí, yo creo que el periodismo tiene que ser incómodo y tener un punto irreverente, inconformista con las versiones oficiales. Debemos pensar qué es lo que quiere saber el ciudadano, que es a quien representamos cada día cuando tenemos enfrente a un protagonista de la noticia. Aunque a veces sea complicado obtener las respuestas, por lo menos hay que hacer las preguntas.

Las preguntas y las repreguntas, como recalca alguien muy cercano a usted (su pareja, la periodista Ana Pastor)...

Es una de las claves del periodismo, hay que insistir. En el periodismo anglosajón esto es habitual. En la BBC he visto hacer la misma pregunta más de una docena de veces a un ministro que no respondía.

Usted no es un moderador que intente pasar desapercibido.

Es un programa que vibra con la actualidad y yo intento ser quien coordine ese ritmo y gestione opiniones muy diversas, pero sobre todo intento hacerlo honestamente. Yo tengo mi posición ideológica, no intento ser objetivo porque nadie lo es; intento ser honesto a la hora de hacer mis propios planteamientos. No intento pasar por neutral, por alguien que no está ni en la derecha ni en la izquierda. Lo que sí quiero es que en el debate haya siempre gente que discrepe con mis planteamientos y que piense exactamente lo contrario.

No es habitual que el director de una cadena esté al frente de un programa. ¿Qué tal conviven sus dos personalidades?

(suspira). Soy algo estajanovista, es incorporar más trabajo a tu vida, más desgaste. Yo nunca me hubiera elegido a mí mismo para este trabajo. Es más, me negué durante casi medio año, sugerí otros nombres y finalmente acepté.

¿Está contento con '#laSextaColumna'? No tiene periodicidad fija, pero se la está ganando, ¿no?

Prácticamente está siendo un programa semanal. Necesita mucha elaboración, tanto en lo formal como en el contenido. Yo pongo el rostro, pero tiene un gran equipo detrás trabajando día a día. En una hora procuramos ofrecer la visión de todos los puntos de vista, aunque con una perspectiva de izquierdas. Hoy abordará lo que pasa en Grecia porque afecta directamente a España y al corazón de Europa.

¿Puede contar algo de la ya cercana fusión con Antena 3?

Ambas partes tienen claro cuál debe ser el modelo, pero hay que esperar. Tal y como está el panorama económico y mediático es una fusión buena para las dos y va a hacerlas más fuertes en un momento de fragilidad con un paisaje publicitario muy complejo y con competidores tan poderosos como Mediaset.

¿Confía en que La Sexta mantenga su perfil diferenciado?

Esa puede ser una de las garantías del éxito, que se mantengan personalidades y ADN tan diferenciados como el de Antena 3 y La Sexta.