A principios de octubre, la Aduana del aeropuerto de Bilbao realizó un control fiscal de equipajes de un vuelo con destino París con conexión a terceros países.
Durante la inspección a través de la máquina de rayos X de tres maletas facturadas con destino final a Conakry (Guinea), los guardias civiles visualizaron en la pantalla un contenido inusual, multitud de pequeñas cajas o recipientes en el interior del equipaje facturado.
Tras la apertura de las maletas, en presencia del pasajero, se localizaron un total de 114 terminales móviles en sus cajas originales y perfectamente precintados, valorados en 9.300 euros.
Solicitada la declaración de aduanas, declaró que no poseía dicha documentación y que los teléfonos estaban destinados a la venta en una tienda de su propiedad en Guinea.
Los agentes procedieron a la aprehensión de la mercancía y formularon la denuncia correspondiente por infracción administrativa de contrabando, quedando los efectos depositados en dependencias aduaneras a disposición de las autoridades.