El pasado 20 de diciembre tres vascos fueron detenidos en una operación antidroga en Salamanca, en la que se incautaron un total de 600 kilos de cocaína. Las detenciones se realizaron en el marco de la operación Ergu, por parte de la Ertzaintza y la Guardia Civil, y según ha podido saber este periódico, uno de los detenidos es un conocido empresario de Usansolo.
El arrestado, según cuentan quienes le conocen, "en cinco años se ha comprado medio Usansolo". Al parecer, es propietario de, al menos, una pollería, cuatro bares, un chalet, un gran pabellón. La investigación señala que los detenidos forman parte de una estructura criminal que introducía la droga desde Latinoamérica y la repartía por diferentes países europeos.
Según señalan "en el pueblo se comentaba que el dinero le tenía que llegar por otro sitio". "Por mucho que trabajes y te vaya bien, no te puedes comprar todo lo que él se ha comprado en cinco años", aseguran vecinos de la zona.
La operación dio sus primeros grandes frutos cuando tanto Ertzaintza como Guardia Civil interceptaban en la localidad de Robliza de Cojo un vehículo autocaravana en cuyo interior fueron hallados e intervenidos un total de 600 kg de cocaína. En el mismo contexto eran detenidos el conductor de la autocaravana, así como los dos ocupantes de un turismo de gran cilindrada, matrícula francesa, que operaba como vehículo lanzadera, empleado para alertar sobre la presencia de dispositivos policiales y garantizar, al mismo tiempo, la custodia y seguridad del género prohibido objeto de transporte.
Estructura criminal
Las investigaciones destacan que esta estructura criminal a la que pertenecía este vizcaino mantenía activo un aparato logístico que les facilitaba movilizar la droga en diferentes medios de transporte. Además, se baraja la hipótesis de que la organización criminal investigada estimaría el periodo navideño como el más propicio para realizar el desplazamiento con seguridad, debido a la mayor cantidad de movimientos por carretera.
Dentro de la misma operación, los agentes practicaron tres registros en diferentes inmuebles en Bizkaia y Gipuzkoa, donde fueron intervenidos varios vehículos de alta gama con una valoración de más de medio millón de euros. También había dinero, así como máquinas para contarlo, elementos de pesaje y de envasado, todo ello como testimonio del rol de distribución de las sustancias y dinero.