El joven de nacionalidad francesa que conducía el BMW que colisionó frontalmente el fin de semana contra el turismo en el que viajaban cuatro guipuzcoanos, con un saldo de dos fallecidos y una tercera persona debatiéndose entre la vida y la muerte, sigue bajo estrecha vigilancia policial, sometido a un riguroso análisis para esclarecer las condiciones en las que viajaba en el fatal accidente de tráfico en la GI-636, a su paso por Lezo.

El conductor arrestado, de 21 años, ha sido acusado de un delito contra la seguridad vial y otro de homicidio por imprudencia grave y continúa siendo atendido en el Hospital Donostia de las lesiones que presenta, a la espera de ser puesto a disposición judicial una vez que sea dado de alta.

Gipuzkoa continúa consternada. Especialmente la comarca de Oarsoaldea, donde se viven “días difíciles” tras el trágico accidente de tráfico ocurrido este fin de semana en la variante de Errenteria que ha segado la vida de dos de sus vecinos, Iñaki G., de 20 años, y Ander S., de 22. “Hemos compartido camping durante años, es un palo muy duro. Estamos hablando de chavales que no bebían al conducir, que iban por su carril y que se encuentran de frente con un BMW que se sale de una curva. Es un drama”, señalan a este periódico allegados de las víctimas.  

Un trágico desenlace para una cuadrilla de amigos en la que se sigue muy de cerca la evolución de Saray, una tercera víctima que viajaba en el mismo coche que los fallecidos y que al cierre de esta edición continuaba en estado crítico en la UCI del Hospital Donostia. La joven se debate entre la vida y la muerte. Otras cuatro personas siguen ingresadas en el hospital, entre ellas el joven que conducía el BMW de matrícula francesa que presuntamente provocó el accidente. La investigación trata de esclarecer las causas.

El siniestro tuvo lugar sobre las cuatro menos cuarto de la madrugada en la carretera GI-636 a su paso por el municipio de Lezo. A esa hora, el BMW 116 ocupado por el ciudadano francés, que conducía el coche en dirección a Irun junto a sus dos acompañantes de la misma edad y nacionalidad, colisionó frontalmente contra el Ford Orion. 

El turismo se salió en una curva e invadió el carril que ocupaban los cuatro guipuzcoanos, que se vieron sorprendidos. El impacto fue brutal. Los jóvenes quedaron atrapados en el interior del Ford Orion y los bomberos tuvieron que desencarcelarlos. Hasta nueve ambulancias acudieron al lugar. Una vez liberados, el facultativo confirmó el fallecimiento en el acto de Ander e Iñaki, de 22 y 20 años, respectivamente. 

El resto de los heridos fueron trasladados a los hospitales Donostia y Bidasoa. Saray, residente en alto de Buenavista de Donostia, ingresó directamente en la Unidad de Cuidados Intensivos.

Un apasionado de los vehículos clásicos

Ander era un lezoarra de 22 años apasionado de los vehículos clásicos, como el Ford Orion que conducía, que quedó reducido a un amasijo de hierros. Falleció junto a Iñaki, vecino de la calle Eskalantegi, en la muga entre Donostia y Pasai Antxo. “Estamos tratando de apoyar a la familia. Es muy duro enterrar a un hijo y tener que vivir con ello. Tratamos de apoyarles aunque todavía no terminan de ser conscientes de lo ocurrido”, relatan a este periódico fuentes del entorno del joven pasaitarra, a quien describen como un chico “sonriente y algo tímido” que había cumplido 20 años en septiembre.

A pesar de las maniobras de reanimación practicadas por los sanitarios, ambos jóvenes fallecieron mientras que el resto de implicados fueron asistidos y evacuados al Hospital Donostia y al comarcal del Bidasoa con heridas de diversa gravedad.

Junto a las dos víctimas mortales –que ocupaban la parte delantera del Ford Orion– y la joven en estado crítico, viajaba un cuarto amigo, Oier, que ha sido intervenido quirúrgicamente y se halla fuera de peligro. La Ertzaintza le ha podido tomar declaración como testigo de los hechos en la investigación abierta para esclarecer las circunstancias en que se produjo el trágico accidente.

La noticia ha conmocionado a toda la comarca. Vecinos de Pasai Antxo no daban crédito al ver la esquela de Iñaki, que cursó estudios en el colegio La Anunciata, donde ya dio muestras de su pasión por el fútbol.

“Era un chaval majo, sonriente y algo vergonzosillo que acababa de hacer los 20 años en septiembre. No se le daban bien los estudios, pero era muy manitas, como su padre, albañil de profesión”. Lo describen como un chaval muy amigo de sus amigos. “Hay mucha gente ahora mismo llorando a moco tendido”, reconocía una amiga.

“Es una noticia que no terminas de creerte. Que tu hijo te diga que enseguida vuelve a casa, y que al final vengan a darte una noticia así es muy duro. No se lo deseo ni al peor enemigo”, reconocía visiblemente emocionada una amiga de los padres del joven pasaitarra.  

El dolor inicial por el trágico desenlace fue dando paso a la indignación con el transcurso de las horas. “No entiendo cómo no se redoblan esfuerzos para hacer más alcoholemias. Hoy nos ha tocado a nosotros, pero mañana serán otros. Estamos hablando de muchos franceses que se ponen hasta arriba, que mean y aparcan donde les da la gana. Hay broncas y peleas cada dos por tres. No estamos hablando de un accidente fortuito. Hace falta más control”, clamaban vecinos de Pasaia.

“A éstos porque han quedado heridos, pero de lo contrario se dan a la fuga y luego puede llegar a ser muy complicada su localización. En un accidente así hay responsabilidades. Aquí hay alguien que está haciendo mal las cosas porque no es posible que ocurra lo que ha ocurrido”, añadía una amiga de las víctimas. “Esto no es un accidente casual. Estamos viendo que cada vez hay más siniestros”, denunciaba.

lista negra Las cifras de fallecidos en las carreteras de Gipuzkoa no dejan de aumentar. Son 27 personas fallecidas desde el 1 de enero, cuando en los últimos siete años sólo se han superado los 20 una vez (22 en 2017). 

Las cifras que se están registrando este 2023 en el territorio no se corresponden, de hecho, con las del resto de la Comunidad Autónoma Vasca. En todo Euskadi se contabilizaban hasta el 15 de noviembre un total de 36 víctimas mortales en accidentes de tráfico y 24 de ellas habían muerto en Gipuzkoa.

Los alcaldes de Lezo y Pasaia, Mikel Arruti Teo Alberro, respectivamente, expresaron, en declaraciones a los periodistas, la “consternación” que existe desde el domingo en ambos municipios con los que tenían una fuerte vinculación los fallecidos y heridos que viajaban en el Ford Orion.

“Siempre es difícil de sobrellevar la muerte de un joven, pero seguramente es más duro todavía si se produce en estas circunstancias”, señala Arruti. 

“Lezo es un pueblo pequeño y nos conocemos todos. No hay palabras para aliviar el dolor de los familiares y amigos” de las víctimas, lamentó Arruti, al tiempo que les transmitió el “calor de sus vecinos y sus condolencias” y deseó que mejore la situación de las personas que han resultado heridas en el siniestro.

La misma sensación se vive en Pasaia, según afirmó su alcalde, quien precisó que uno de los jóvenes que perdió su vida en el accidente, “administrativamente vivía en Donostia”, aunque “hacía su vida” en este municipio, al que también está vinculada la joven herida muy grave, cuya evolución se sigue desde el domingo con mucha preocupación.

“No hay palabras de consuelo ante un suceso tan trágico como este”, remarcó Alberro, quien expresó sus “más sinceras condolencias” al entorno de las víctimas en un “momento tan difícil” como el que atraviesan.