La Asociación para un Trato Ético con los Animales (ATEA) ha denunciado ante la Fiscalía de Medio Ambiente de Araba la aparición de un perro muerto dentro de un carro de la compra depositado junto a unos contenedores de basura en una calle de Gasteiz.

Según explicó ayer esta asociación, la denuncia hace referencia a hechos que se produjeron el pasado 30 de septiembre, día en que vecinos de la calle Paraguay de la capital alavesa vieron de madrugada a dos personas dejar el citado carro con el cadáver del animal, de raza rottweiler, junto a los contenedores.

El cuerpo estaba metido en parte en el carro, ya que sus patas posteriores estaban fuera y envueltas en una bolsa de plástico.

La asociación relata que la Policía Local se personó en el lugar y que fue el servicio de recogida de cadáveres de animales contratado por el Ayuntamiento el que se llevó el cuerpo ya por la mañana. Al parecer, la empresa subcontratada observó que la cabeza también estaba envuelta en una bolsa de plástico, así como que había sangre.

El cadáver se incineró días después sin que el Consistorio de la capital alavesa pidiese una necropsia, lo que para ATEA puede constituir “una grave negligencia protocolaria, pues se permitió con ello la desaparición de cualquier prueba incriminatoria”.

Comportamiento “violento”

El dueño del animal acudió por su parte a dependencias de la Guardia urbana para declarar que su perro había fallecido “por causas naturales”. En este sentido, ATEA ve “muy extraño” que si el perro murió de forma natural su dueño dejase el cuerpo en la calle, cuando está prohibido por la normativa municipal.

Por contra, la organización denunciante cree que la hipótesis más razonable es pensar que “el dueño decidiera acabar con la vida del animal”, tras constatar que este tenía “un comportamiento entre rudo y violento con su perro en vida y que incluso llegó a confesar a algún conocido que pensaba matarlo”.