El asesinato de María Begoña ha caído por sorpresa en el barrio de Santutxu. El crimen se perpetró de madrugada y las vecinas y vecinos de la mujer de 89 años se han despertado este viernes con la fatal noticia. Han sido muchas las allegadas a Begoña, las que han recibido esta terrible noticia "en la peluquería" o "porque me lo acaba de decir otra vecina del barrio", comentaban esta mañana con un nudo en la garganta. Una de las vecinas de un portal cercano al 61 de la calle Santutxu, donde han matado a Begoña y que "teníamos mucha relación con ella y con su marido" -ya fallecido- ha comentado que "nos saludábamos todos los días". Begoña "ya no podía salir prácticamente a la calle porque tenía mal las piernas y siempre estaba asomada a la ventana, era una manera de socializar para ella". Al parecer, "su sobrino vivía con ella, hará hace unos tres años".

El mismo autor de los hechos, de 28 años y al que le unen lazos familiares con la fallecida habría sido quien avisó a la Ertzaintza de lo que había sucedido. Según las fuentes consultadas sufría algún tipo de problema mental. "Nosotros la conocíamos mucho, y sabemos que este chico estaba viviendo con ella hace unos tres años tres años y medio, pero desaparecía temporadas y luego volvía", explicaba esta misma vecina. "No puedo decir si sufría una enfermedad mental pero algo tenía, aunque normalmente era un chico normal al que se le veía paseando al perro". Pero "ayer lo vimos algo raro, no sé, estaba más desaliñado y caminaba un poco raro, no sabría explicarlo pero le vimos diferente". Pero aun así "no podemos explicarnos lo que ha pasado, nunca hubiéramos pensado que podía pasar algo así", lamentaba con tristeza. "Begoña era muy simpática y saludaba a todo el mundo desde la ventana, y nosotros hemos tenido mucha relación, también con su marido que falleció en un accidente lamentable", relataba.

En torno al joven de 28 años, presunto autor de la muerte de Begoña, un vecino de la calle Santutxu también explicaba que "tenía sus cosas. A ver, no parecía un desequilibrado, vamos a decir que era un chaval normal pero se supone que estaba con algún tratamiento, algo sí que había". Otro de los vecinos se enteró ayer mismo por la noche "porque estaba paseando a los perros y en minutos llegaron furgón de la Ertzaintza, coches, salieron con este aparato que utilizan para tirar puertas, me llevé un susto tremendo, luego vimos que era algo grave". En relación al caso, "me ha comentado antes que era un chico con algún problema, pero no sé si estaba tan mal porque esto no tiene ni explicación", se resignaba.

No todos los residentes en la zona conocían de la existencia de su sobrino, ya que una vecina ha asegurado que "yo a Begoña la conocía, porque me saludaba siempre desde la venta, somos del barrio de toda la vida, pero no sabía que estuviera viviendo un familiar con ella". Begoña "no tenía hijos pero tampoco conocía que un sobrino viniera a su casa". “Es horrible que ocurran estas cosas. Qué manera más horrible de morir, en tu casa y de esa manera”, relataba a DEIA otra conocida de Begoña esta mañana. "A veces sí solía venir este chico a estar con ella, pero yo nunca he visto que hiciera nada raro". “A mí no me suena de haberle visto con ella”, comentaba otra vecina, aunque “igual vino a visitarla ayer porque mi hijo me ha dicho que sí tenía un familiar que solía estar en su casa".

En el portal de enfrente una vecina que también conocía a Begoña explicaba que "cuando me han dicho que habían matado a una mujer de 89 años me ha venido Begoña a la cabeza, porque no la he visto por la mañana en la ventana, no sé, en cuanto lo he sabido me he acordado de ella y mira, sí que era Begoña, estoy todavía que no me lo creo, no hay derecho a que a una persona le pase una cosa así".

Begoña vivía en el tercer piso de la calle Santutxu, en el número 61. En el portal nadie ha escuchado nada. El suceso se produjo de madrugada. El presunto autor cogió un cuchillo y asestó varias puñaladas a la mujer. Fue él mismo quien avisó a la Ertzaintza para comunicar lo que había hecho.