Bilbao - Los dueños de un gato persa y una asociación animalista están enfrentados por la custodia de la mascota. La familia de Ortuella se ha querellado por “secuestrar” al felino contra Asaam Bizkaia quien asegura que el minino era objeto de “malos tratos”. Los propietarios del felino niegan que hayan maltratado a su mascota y reclaman su inmediata devolución por “apropiación indebida”
“No sabemos nada del animal desde septiembre”, concretan. El inicio del enfrentamiento se remonta al pasado 17 de septiembre cuando la mascota apareció en la vía pública malherida tras haberse precipitado desde la ventana de un domicilio de Ortuella. Una persona se lo encontró y lo acercó a un evento animalista que se desarrollaba aquel día en el municipio. Por medio de megafonía se anunció el hecho por si los dueños del gato pudieran encontrarse allí. Ante la imposibilidad de localizar a los propietarios y, ante la carencia de chip de identificación, la propia Policía Municipal y el concejal de Medio Ambiente solicitaron la ayuda a los responsables de la asociación Asaam para derivar al felino a una clínica veterinaria de guardia donde le pudieran atender. El gato fue ingresado durante cuatro días y tras superar múltiples heridas salió de la clínica bajo la tutela de la asociación animalista. La factura presentada por la asociación asciende a 1.514 euros y, según asegura Asaam, ha sido abonada por ellos mismos.
El conflicto entre ambas partes se inicia en el momento en el que la familia, por medio de una amiga, se entera lo que le ha pasado a su mascota. “Habían pasado unos días fuera de casa y cuando regresaron el gato no estaba. Se pusieron a buscarlo y les dijeron lo que había pasado y dónde estaba. Localizaron un teléfono y se pusieron en contacto con ellos”, relata la abogada de la familia, Tamara Díez Pérez. “Les dijimos que era una gata persa de siete meses que respondía al nombre de Olivia, de color blanco, con los ojos de colores diferentes y un collar verde con cascabel. La gata está deungulada en las cuatro patas. La descripción coincidía en todos los elementos excepto en uno: nosotros pensábamos que teníamos una gata y no un gato, tal y como nos había dicho la veterinaria cuando el animal tenía tres meses”, relata la familia.
Macho, no hembra Sin embargo, tal y como afirman, en ese momento la voluntaria dio por buena la descripción que le proporcionó la familia, pero sí les dijo que el gato era macho y no hembra, y que estaba ingresado en una clínica de Bilbao. La familia reconoce que la responsable de la asociación animalista les llamó la atención por no tener una red en la casa, por tener el gato sin uñas y por el cascabel. Los dueños aseguran que se personaron en la clínica para interesarse por su mascota; hoy siguen sin ella. Denuncian que desde un primer momento la asociación ha utilizado “excusas negativas” para ocultar el paradero del animal. “Llevamos cuatro meses sin saber nada de nuestro gato. Queremos saber cómo está y dónde”, apuntan. “En ningún momento lo hemos maltratado”.
Por su parte, desde la asociación Asaam sostienen que la familia lo único que ha hecho es desprestigiarles y difundir bulos como “que quieren lucrarse con su gato”. “Nosotros tenemos sesenta gatos en el refugio. Si no hubiéramos visto algún indicio de malos tratos, no nos habríamos metido en esta historia. Habría sido más fácil devolver el animal y punto”, relata el presidente de Asaam, Mariano Macho. La asociación alega que la familia no ha acreditado la titularidad del felino y que ha incurrido en “numerosas contradicciones e incompresibles desconocimientos” sobre el animal. Además, asegura que el gato ha sido objeto de malos tratos ya que el animal se encuentra con las cuatro extremidades amputadas, una práctica que se considera delito de maltrato en la nueva ley de protección animal aprobada en 2017 y que entra en vigor en 2018. “Si tenemos que entregar el felino a su supuesta dueña, se hará bajo la sentencia de un juez”, sentencia Mariano Macho. Por de pronto, el Ayuntamiento de Ortuella ha realizado dos requerimientos a Asaam para que devuelva el gato al Consistorio y no descarta presentar un recurso de sanción, ya que el animal fue entregado a la asociación hasta que aparecieran sus dueños. “Si nosotros tenemos pruebas de que el animal ha sido maltratado por sus dueños no se lo vamos a devolver”, advierten.