Bilbao - Un coche en doble fila o una persona hablando por el móvil justo cuando uno se baja del vehículo. Esta imagen, que puede ser muy habitual en zonas turísticas, centros comerciales, aparcamientos públicos o playas puede esconder un peligro: un ladrón que usa un inhibidor para evitar que se cierre el vehículo para, posteriormente, desvalijarlo rápidamente. En el último mes y medio, la Ertzaintza reconoce un repunte en robos en vehículos en Bilbao. “Hemos detectado que en las últimas semanas están aumentando los robos en vehículos, que era una unidad delictiva que estaba en desuso, pero que ha vuelto a crecer”, destacan a DEIA. Según aseguran responsables de la ertzainetxea bilbaina, influye que la gente es más descuidada, quizás “porque se ha perdido el hábito de no dejar cosas a la vista en el interior de los coches”.
En este sentido, se da la circunstancia de que en todos los robos registrados en los coches en el último mes y medio, los vehículos no habían sido forzados; ni ventanillas rotas ni cerraduras forzadas. Tras diferentes investigaciones, los agentes llegaron a la conclusión de que se trataba de una modalidad delictiva, hasta hace un año desconocida, que consiste en la utilización de un inhibidor de frecuencias -un dispositivo electrónico que anula las frecuencias emitidas por la casi totalidad de los dispositivos o llaves de apertura remota de vehículos-. “Es difícil saber si se ha utilizado un inhibidor o si el propietario se ha dejado el coche abierto”, explican a DEIA desde la Ertzaintza. Se trata de un sistema nuevo -en 2015 se detectaron los primeros casos en Bilbao- que no deja huella y que vuelve a aflorar con la llegada del periodo vacacional.
“No suele dejar rastro y hay quien no llega a denunciar porque piensa que ha sido un descuido y se ha dejado el coche abierto”, explican las mismas fuentes policiales. Desde la Ertzaintza recomiendan interponer la correspondiente denuncia y, sobre todo, confirmar antes que el coche está cerrado perfectamente para evitar sorpresas desagradables. “Cuando se da la circunstancia de que en una misma zona se han dado varios robos con el mismo modus operandi, ya no es casualidad, y entonces es cuando se activa un protocolo para averiguar las formas en las que se llevan a cabo los robos”. En contadas ocasiones, la Ertzaintza ha destacado la importancia de poner la denuncia para, como en este caso, destapar nuevas fórmulas para perpetrar robos.
El sistema de los inhibidores es muy sencillo y generalmente deja testigos. Cuando el propietario del coche emplea el mando a distancia para cerrarlo los ladrones utilizan el inhibidor para evitar que consiga su propósito y de esta forma el coche queda abierto. Una vez conseguido su objetivo solo tienen que esperar que el dueño se haya alejado del coche para entrar en el vehículo. No llaman la atención de ninguna de las manera ya que los ladrones entran en el coche o abren el maletero sin romper nada. De hecho, gracias a esta técnica empleada hay veces que ni siquiera el dueño se entera al momento de que le han robado en el coche. Fue lo que le sucedió a Ismael. “Creo que utilizaron el inhibidor para entrar en mi coche porque no me habían roto nada para entrar y yo siempre cierro. Me di cuenta por la noche, cuando regresé a casa. Abrí el maletero y me faltaban unas zapatillas y una mochila con unas cosas de la playa. Por la mañana había estado en Plentzia y no sé en qué momento me robaron, pero creo que fue allí”, cuenta su testimonio este vecino de Bilbao en un foro sobre robos en coches de Internet.
Los ladrones eligen a sus víctimas de manera aleatoria, eso sí procuran que sean en zonas de mucho tránsito. Hasta el año pasado, la policía no conocía la forma en la que se cometían los robos, lo que sí habían detectado era un importante repunte de los robos en el mes de julio en zonas turísticas de la capital vizcaina.
Testimonio El testimonio de un vecino de Bilbao fue clave para destapar la nueva triquiñuela ideada por lo amantes de lo ajeno y que llegó a la capital vizcaina el pasado año. “Generalmente nadie los ha llegado a ver y por eso es difícil saber si han utilizado un inhibidor o ha sido un descuido”, concretan fuentes policiales. En aquella ocasión, un hombre que se encontraba en el balcón de su casa en la zona de Abandoibarra pudo ver cómo dos hombres desvalijaban en un coche -uno vigilaba, mientras el otro se encargaba de entrar en el interior- sin tener que forzarlos. No fue el único vehículo en el que robaron aquella tarde en la villa. Las zonas turísticas, como el entorno del Guggenheim, se convierten en un foco de gran interés para perpetrar este tipo de hurtos. El relato del testigo, según explicaron en aquella ocasión desde la Ertzaintza, fue fundamental para conocer el nuevo método que estaban utilizando los cacos para robar en los coches. Concretamente, el pasado verano los hurtos en vehículos aumentaron un 45% en Bilbao, un importante repunte en comparación con el verano de 2014. En lo que va da año la Policía Municipal de Bilbao tiene contabilizados una decena de hurtos con el método del inhibidor de frecuencia en coches. “Este año continuamos trabajando para localizar a personas que utilicen este método. Se ha detenido a algún caco con inhibidor de frecuencia e incluso con aparatos más pequeños todavía”, afirma la Ertzaintza.
Las autoridades advierten de que con la llegada del verano al igual que aumentarán los robos en viviendas también podría darse un crecimiento de hurtos en los vehículos. Por eso recomiendan a los conductores tomar precaución a la hora de estacionar los coches y activar algunas medidas para impedir los robos, como por ejemplo cerrar el coche con la llave, evitando el mando a distancia. “Estar atento a lo que ocurre alrededor de nuestro vehículo al dejar el coche, comprobar que se ha producido la alerta sonora o visual (luces) que indica que se han cerrado las puertas y cerrar con la llave podría ahorrarnos más de un susto. No cuesta mucho”, ha recomendado la policía en numerosas ocasiones.
Con estas medidas, los conductores evitarían más de un disgusto que además no suelen cubrir los seguros. Según indican desde la OCU, inicialmente, al no ser un robo con violencia no se consideraría tal a la hora de exigirlo al seguro. Tampoco los centros comerciales, en el caso de que se produjera allí, tendrían responsabilidad si no cobran por estacionar. “Desde que me robaron en el coche siempre compruebo que lo he cerrado bien por si acaso. Ya no cierro con el mando. No me fío”, confiesa Marisa en un foro de Internet.