Arrigorriaga - Dos personas tuvieron que ser ayer atendidas por inhalación de humo y trasladadas posteriormente al hospital de Galdakao por el incendio declarado, en torno a las 11.40 horas, en el pabellón que la empresa Ribera Libros tiene en el polígono industrial Martiartu, de Arrigorriaga, y que al cierre de esta edición aún no había podido ser controlado.
La envergadura del fuego obligó también a desalojar e impedir el acceso a otras naves colindantes como los almacenes de Plasider, Aldinor y cafés Oquendo. “Nos han avisado por teléfono y hemos venido corriendo. Estamos muy preocupados y a la expectativa, porque nuestro producto puede sufrir muchos daños solo con el humo y están en juego nueve puestos de trabajo”, relataron Fernando León y José Antonio Suarez, jefe de ventas y comercial de Cafés Oquendo.
Amplio dispositivo Los trabajos de extinción fueron muy complicados y obligaron a desplazarse hasta el lugar a dotaciones de bomberos procedentes de siete parques de Bizkaia: Basauri, Derio, Iurreta, Urioste, Artaza, Markina y Gernika. “Por lo que han explicado los propietarios, ante las fechas que se avecinan, el almacén estaba ya prácticamente lleno de palés cargados de material que, por desgracia, es altamente inflamable”, explicó desde el centro de operaciones Carlos Atutxa, concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Arrigorriaga.
El nerviosismo y la impotencia ante la catástrofe eran evidentes entre los propietarios del negocio familiar Rivera Libros, hasta el punto de que los bomberos y agentes de seguridad tuvieron que alejarles de la entrada al almacén cuando, sobre las 15.00 horas, lograron abrir uno de los grandes portones de acceso.
En ese momento, la mayor preocupación para los servicios de extinción y de emergencia desplazados hasta el lugar era el posible colapso del techo del pabellón sobre el que discurre uno de los viales interiores del polígono.
Este peligro de derrumbe impidió que los bomberos pudieran atacar el foco del incendio desde el interior, lo que hizo que las tareas de extinción se prolongaran durante tantas horas y se preveía que durasen por la noche. De hecho al cierre de esta edición los bomberos continuaban arrojando agua al interior de la nave “para bajar las altas temperaturas y evitar la propagación del incendio” .