BILBAO. La Audiencia Provincial de Bizkaia ha acogido este jueves la cuarta sesión del juicio con jurado contra Víctor Manuel D.S., acusado del asesinato en octubre de 2013 de la hija de la que en esa fecha era su pareja, Ruth S.J.R, que se encontraba embarazada de siete meses de una hija del acusado.
En la primera sesión, el acusado cambió su versión de lo ocurrido y, tras mantener desde que ocurrieron los hechos que la menor se había caído por las escaleras del portal, declaró este lunes que abrió la puerta de entrada a la vivienda "tan fuerte" que la pudo golpear de forma involuntaria.
Ambas versiones, tanto la caída por las escaleras como el golpe con la puerta, fueron descartadas en la sesión del miércoles por los forenses que realizaron tanto el levantamiento del cadáver como la autopsia.
La hipótesis de los forenses que realizaron la autopsia es que fue agarrada por el cuello, levantada con fuerza y golpeada "contra una superficie dura", lo que le provocó "dos traumatismos severos en la parte de posterior de la cabeza" que le causaron la muerte, y uno más en la parte delantera, donde quedó "dibujada la trama del papel pintado de la pared del pasillo".
Además, las dos lesiones que presentaba la menor en el cuello se deben, según las conclusiones de los forenses, a "impresiones recientes realizadas con los dedos de un adulto" y se descarta que fueran provocadas por las maniobras de reanimación. En concreto, los forenses mantienen que "la presión se realizó no contra el cuello, sino ligeramente hacia arriba, de forma que se presionó la piel bajo el plano óseo" y fue "una presión intensa, siempre en el mismo sitio".
Todas estas pruebas llevaron a los forenses a determinar la existencia de "indicios que hacen sospechar de la intervención de una tercera persona en la muerte de la niña" y a indicar que la hipótesis "más probable" es que la menor fue agarrada por el cuello, levantada por el aire y golpeada contra una superficie "dura", al menos "en tres ocasiones". Según las conclusiones forenses, el golpe frontal no le provocó la muerte, sino que fueron los dos golpes que recibió en la parte posterior de la cabeza, "más o menos de la misma intensidad", los que provocaron a la niña "dos hematomas causantes de su fallecimiento".
CONCLUSIONES
En la sesión de este jueves, se han presentado las conclusiones del Ministerio Fiscal, de los abogados del padre, Bruno Francisdo D.S., y de la madre de Yaisha y de la defensa.
El Ministerio Fiscal se ha ratificado en su escrito de acusación y ha calificado los hechos constitutivos de "un delito de asesinato con alevosía, con la concurrencia agravante de parentesco del acusado", ya que en ese momento ejercía las funciones de cuidador de la menor, por lo que solicita la pena de 18 años de prisión.
También tanto la acusación particular que representa al padre como a la madre de la menor han mantenido sus escritos de acusación y peticiones de pena, 20 y 18 años, respectivamente, por un delito de asesinato con alevosía, con la agravante de parentesco.
Por su parte, la defensa, que en el escrito inicial pedía la libre absolución del acusado por considerar "no acreditada la participación dolosa" de Víctor Manuel, en su escrito final alega "homicidio imprudente", por lo que solicita una pena de cuatro años, "en concurso con un delito de lesiones", por lo que añade un año de prisión.
En su alegato final, la fiscal ha mantenido que el acusado "asesinó a Yaisha el 3 de octubre de 2013 en la intimidad del domicilio, aprovechando su fortaleza y complexión física y que era el cuidador de la niña, y la absoluta indefensión de la pequeña" ante el "ataque tan brutal de acusado".
Ante las pruebas presentadas por los forenses, el Ministerio Fiscal tiene "la certeza absoluta de que Víctor Manuel asesinó a Yaisha el 3 de octubre, de que la agarró con una fuerza intensa por debajo de la mandíbula con su mano derecha, llegó a levantar a la niña, la impactó brutalmente en dos ocasiones la cabeza contra una superficie dura y lisa, lo que la provocó un edema cerebral y dos hemorragias internas, y un tercer impacto, que no tuvo tanta gravedad pero que nos dio la clave para continuar con la investigación".
La fiscal ha subrayado el hecho de que el acusado "mintió desde la llamada al 112, mintió a la policía y a su propia pareja, a pesar de las evidencias que desmontaban su versión de la caída". "Le mostraron sus huellas en el cuello y mantuvo su mentira de que la niña se había caído por las escaleras por miedo a la cárcel, pero le han desmontado su coartada, en prisión ha estado pensando y cuando llega el juicio la versión cambia", ha añadido.
Por último, ha pedido al jurado que valore "la absoluta falta de arrepentimiento con nadie, ni siquiera con la madre" y ha afirmado que, en este caso, "no hay imprudencia, hay culpabilidad dolosa porque sabía que si golpeaba a la niña la mataba, y la mató".
Las acusaciones particulares han apoyado también su alegato final en las pruebas forenses. El abogado del padre ha incidido en la "falta de arrepentimiento" del acusado, en su "frialdad" y en su insistencia en mantener la versión del accidente para "no asumir la responsabilidad de sus actos". "Vio que la niña, poco a poco, fue muriendo, y no hizo nada", ha lamentado, para preguntarse "por qué, si realmente recibió el golpe de la puerta, no lo dijo desde el principio".
El abogado de la madre ha señalado que, cuando el acusado "se da cuenta de que su versión no va a funcionar porque las pruebas son absolutamente determinantes, prefabrica una nueva versión", pero el "error de la nueva versión del asesino es que dio más importancia a la marca de la frente y no vio las de la nuca", que fueron "determinantes" en la muerte de la niña, junto a las marcas del cuello.
La defensa se ha aceptado la existencia de un homicidio, pero ha remarcado que no hubo "ánimo de matar", a la vez que ha señalado que, "para que haya voluntad de matar, tiene que haber un móvil y no lo hay" porque "se ha demostrado que no tenía ninguna inquina hacia la niña", ni "sospecha de maltrato".
Asimismo, ha destacado el hecho que durante la fase de instrucción no se ordenó la prisión preventiva, lo que se hace, ha precisado la acusación particular, cuando existe riesgo de fuga, "pero el acusado seguía vivienda con la madre", de que vuelva a dañar a la víctima, "lo que era imposible", o de destrucción de pruebas.
ACUSADO
El acusado, que ha negado que tenga antecedentes penales en Francia, donde se fue a trabajar tras la muerte de la menor, ha asegurado que, durante "los casi dos años" que estuvo con Yaisha, "la quise más que a mi propia hija de ocho años que tengo a parte de la que tengo de dos años".
Víctor Manuel D.S., que ingresó en prisión el pasado mes de abril a la espera de la celebración del juicio, después de que la vista oral prevista el pasado 16 de enero no pudiera celebrarse al no presentarse el acusado, ha reconocido que cometió "el error" de no presentarse al juicio y de "no decir la verdad en el primer momento", a la vez que ha manifestado que "todavía no estoy loco de la cabeza, nunca tendría el coraje de matar a nadie, jamás, y mucho menos si fuera mi hija o la quisiera como mi hija".
El juicio ha concluido este jueves con las conclusiones y alegatos finales de las partes y el próximo lunes se entregará el objeto del veredicto al jurado, para que comiencen las deliberaciones.