ARRANKUDIAGA. Con el susto en el cuerpo, la joven empleada pudo deshacerse de las ataduras y comunicarse con la Ertzaintza. Dos hombre encapuchados la habían asaltado, junto a dos compañeras, cuando iban a abrir la persiana del supermercado Dia, de Arrankudiaga, poco antes de las ocho de la mañana. Llevaban pistolas, iban vestidos de negro y usaban pasamontañas para tapar su rostro. Los dos atracadores llevaron a las tres mujeres hasta los baños del establecimiento y las dejaron allí amordazadas mientras campaban a sus anchas por el supermercado.
Una de las tres rehenes consiguió soltarse cinco minutos después; cogió su teléfono móvil y llamó a la Ertzaintza. Así comenzó un despliegue digno de cualquier película de acción. "Llegaron unas cinco furgonetas oscuras de las que salieron más de una docena de agentes completamente de negro, armados y con escudos protectores", relata una vecina del barrio Zuluaga, de Arrankudiaga.
Los miembros de la Brigada de Intervención de la Ertzaintza accedieron al supermercado primero "por la entrada principal" y, unos minutos más tarde, "salieron de establecimiento y se dirigieron hacia la zona de carga y descarga para entrar por el almacén".
A esas horas, ya en torno a las nueve de la mañana, empezaron a llegar al recinto comercial otras trabajadoras de establecimiento. La Erzaintza las retiraba hacia una zona apartada del parking de vehículos, junto a los familiares de las tres empleadas retenidas que estaban "muy nerviosos y preocupados". Tras comprobar que los atracadores ya no se encontraban dentro del supermercado, las tres chicas fueron liberadas.
"Las vi salir acompañadas por agentes sobre las nueve y media. Sobre todo, una de ellas se encontraba llorando y muy alterada e, instantes después, dejaron que se encontraran con sus familiares", explica la testigo. La misma vecina del barrio de Zuloaga también presenció después cómo los agentes procedían a inspeccionar las papeleras, los contenedores y las cunetas, "me imagino que en busca de alguna prueba".
El dispositivo estuvo reforzado con dotaciones de las comisarías de Galdakao y Laudio, además de la Brigada de Intervención de la Policía vasca. Algunos vecinos del pequeño y tranquilo barrio de Zuloaga, en donde se encuentra asentado el supermercado, fueron testigos de la llamativa actuación policial. "Es la hora en que los críos salen de casa para ir al colegio y me avisaron de que algo estaba pasando en el Dia", explicaba una vecina.
Los hechos Fuentes del Departamento de Interior del Gobierno vasco informaron ayer de que el suceso se produjo en torno a las ocho de la mañana. Así, según la versión oficial, las tres trabajadoras procedían a acceder al establecimiento aún cerrado al público cuando "dos individuos vestidos de negro, con el rostro cubierto y armados amenazaron a las empleadas del supermercado con una pistola, las maniataron y las introdujeron en el baño". La llamada de una de las chicas alertó del asalto. Las mismas fuentes confirmaron la entrada de los efectivos policiales y la comprobación de que "los asaltantes habían huido, al perecer, antes de la llegada de los agentes". En cuanto al arma utilizada por los asaltantes para intimidar a las tres empleadas, la Ertzaintza no pudo confirmar si era simulada o real. Además, los atracadores pudieron hacerse con "cierta cantidad de dinero" de la caja registradora y salieron rápidamente huyendo. En el suceso no se registró ningún herido. Las tres empleadas que fueron recluidas y maniatadas en el baño se encontraban en perfecto estado de salud aunque nerviosas y asustadas por lo sucedido. Después, fueron trasladadas a la comisaría de la Ertzaintza de Galdakao para que prestaran declaración. La Ertzaintza sigue buscando a los ladrones.
El supermercado recobró su actividad a las once. Mucha de la clientela que acudió al establecimiento a partir de esa hora se enteró del incidente sorprendida por la presencia de los medios de comunicación. "Nos parecía raro que hubiera tanto movimiento de personal y encargados dentro, pero no sabíamos nada. Nos lo ha comentado un amigo cuando estábamos ya en la cola de la caja", declararon dos chicas.