En algún lugar del mundo cada 20 segundos un paciente diabético sufre una amputación de la pierna como consecuencia de la enfermedad.

El dato se extrae de un informe realizado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos en él que también se indica que diversos estudios calculan que, en España, existen cerca de 14 millones de pacientes con diabetes, de los cuales un 20% aproximadamente sufrirán riesgo de amputación en las extremidades inferiores.

Esta tasa de amputación se sitúa por encima de otros países como Reino unido, Francia o Italia. Además, a estos datos hay que añadir que la tasa de mortalidad tras una amputación se sitúa en el 70% y dicha mortalidad se encuentra por encima de los cánceres más comunes. 

 Las afecciones más frecuentes en los pies, como consecuencia de la diabetes, son las úlceras (debido a sus problemas de cicatrización, si se complican, pueden derivar en amputación), enfermedad vascular periférica (debida a los problemas circulatorios asociados) y neuropatías (falta de sensibilidad en los pies por afectación de los nervios periféricos).

 “La mejor forma de no llegar a situaciones extremas es la prevención, tanto domiciliaria por parte del paciente que ha de seguir una serie de recomendaciones, como asistencial por parte del podólogo. El paciente debe ser consciente y ser partícipe activo de la enfermedad y debe saber cómo prevenir las complicaciones más comunes como son las úlceras”, ha explicado Jorge Escoto, podólogo y miembro de la Junta Directiva del Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana, ICOPCV.

En este sentido, el especialista ha señalado que se tiene que ser meticuloso en la inspección de los pies y mirarlos todos los días. “Aconsejamos, incluso, utilizar un espejo para revisar las zonas más difíciles. Debe de cerciorarse que la piel está íntegra, mantenerlos limpios, secos e hidratados, y evitar ir descalzo incluso en verano”.

También recomienda el uso de calcetines con materiales de origen natural, que no tengan costuras que le presionen y le compliquen el retorno venoso. Añade que el paciente diabético ha de utilizar siempre un buen calzado de materiales naturales para favorecer la traspiración, puntera redondeada y acordonado, suela antideslizante y sin tacón. 

“Además, cuando compre zapatos nuevos tiene que meter las manos en su interior y comprobar que no existen costuras o elementos que pudieran derivar en una herida”, destaca.

Otra recomendación es que el paciente diabético no puede utilizar elementos cortantes sobre sus pies y debe de acudir con regularidad al podólogo para un corte adecuado de las uñas.

“En estas visitas, el podólogo realizará una valoración de la sensibilidad con diversos instrumentos, realizara de la presencia de pulsos. También se practicará una meticulosa exploración biomecánica, para detectar puntos de hiperpresión que pudieran ser corregidos con soportes plantares. Con estas exploraciones y con una anamnesis correcta nos podemos anticipar a una de las principales complicaciones de la diabetes como son las úlceras”, afirma Jorge Escoto.

“Hemos de tener en cuenta que el 25% de las personas con diabetes desarrollan una úlcera a lo largo de su vida”, añade, pero demuestran diversos estudios el 40% de éstas serían evitables con un buen plan preventivo.