La incombustible banda británica The Rolling Stones hizo historia en la noche del martes en el estadio Centenario de Montevideo, un lugar ya emblemático de por sí, con su primera actuación en Uruguay, en la cual unos 55.000 fans pudieron cantar a coro los temas más populares del grupo. Se trata de la tercera cita de su maratoniana gira latinoamericana, que arrancó el día 3 en Santiago y ha recalado ya en Buenos Aires y Montevideo, pero que seguirá con conciertos en Río de Janeiro, Sao Paulo, Porto Alegre, Lima, Bogotá y Ciudad de México.
La inconfundible voz de Mick Jagger y sus sensuales movimientos de cadera, las guitarras de Ron Wood y Keith Richards, que cantó un par de temas en una especie de interludio del espectáculo, y el hierático batería Charlie Watts, cautivaron a un público al que se metieron en el bolsillo desde el primer minuto. Con la única iluminación del imponente escenario dispuesto sobre el césped del Centenario, las gradas del estadio se llenaron de los centelleantes flashes de los teléfonos móviles del público, que no quería perderse la oportunidad de capturar el comienzo de un momento inédito y que arrancó al son de Start me up. Si de algo saben sus Satánicas Majestades es de cómo cautivar a su audiencia, manejar los ritmos del espectáculo y hacer lo que llevan haciendo desde hace décadas; tocar su electrizante rock and roll sin perder un ápice de energía en su presentación, que deleitó durante más de dos horas a las miles de almas que abarrotaron el estadio.
Gardel y LUis Suárez Temas que ya forman parte de la historia de la música como Simpathy for the devil, Honky tonk women o Paint it black se sucedieron en una plácida y calurosa noche de verano austral en la capital uruguaya, en la que como teloneros de los ingleses actuaron los locales Boomerang.
Además de su música, los Rolling Stones poseen el magnetismo típico de las grandes estrellas -ese que se percibe al ver que disfrutan con lo que hacen a pesar del paso de los años- y el carisma que los hace ser aclamados allá por donde pasan. El grupo puso el Centenario a sus pies con varios guiños dirigidos al pueblo uruguayo y se ganaron sus aplausos con referencias al fútbol -uno de los temas más populares por aquellas tierras- y a un icono de la cultura rioplatense como es Carlos Gardel.
En un momento dado, Jagger apareció en el escenario con una camiseta firmada por el delantero del Barcelona y máxima figura de la celeste, Luis Suárez, y agradeció, con su particular castellano, el obsequio del deportista. Asimismo, en otro gesto cómplice hacia los uruguayos, Jagger preguntó al público de dónde era Gardel -sobre el que existe el debate de si nació en Touluse (Francia) o en Tacuarembó (Uruguay)- logrando una respuesta unísona. Los Stones suman casi tres siglos de edad, y sin embargo, se mueven.