HAblaba en serio? Es la duda que recorre Estados Unidos tras unas declaraciones del candidato republicano a la presidencia de aquel país. Mitt Romney abogó por que las ventanillas de los aviones puedan abrirse. "Cuando hay fuego en un avión -dijo- no hay adónde ir… y no puedes meter dentro oxígeno de fuera del avión porque las ventanillas no se abren. No sé por qué no se abren. Es un problema de verdad. Así que es muy peligroso". La frase la recogió el diario Los Angeles Times, y el político republicano la pronunció después de que el avión en el que viajaba su esposa tuviera que realizar un aterrizaje de emergencia. La ocurrencia parece sacada de la película Aterriza como puedas y no sería de extrañar que los guionistas la retomaran en un hipotético remake.
Según Los Angeles Times, Mitt Romney realizó estas declaraciones el pasado sábado, en una reunión con 1.500 donantes para su campaña en Los Ángeles, a raíz del susto que se llevó su esposa Ann cuando un jet privado en el que viajaba se llenó de humo y tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia.
Las ventanas de los aviones están herméticamente selladas porque abrir una de ellas por encima de los 3.000 metros provocaría una despresurización de la cabina que pondría en riesgo la seguridad del vuelo. Además, a la altura a la que vuelan las aeronaves comerciales la cantidad de oxígeno es muy inferior e insuficiente para sobrevivir y la temperatura puede alcanzar los 50º bajo cero.
Las palabras del candidato republicano saltaron de inmediato a las redes sociales en Estados Unidos, con una duda como telón de fondo: ¿Romney hablaba en serio o se trató de una broma? El silencio de los responsables de su campaña electoral también es interpretado de diferente forma: para unos, es el reconocimiento implícito de que las declaraciones fueron realizadas totalmente en serio; para otros, se trata de no airear un asunto que no puede traer más que un mayor deterioro de su imagen.
De lo que no hay duda es de que Romney está protagonizando una campaña cargada de polémicas, que hacen recordar a la figura del que fuera presidente por su partido George W. Bush. Sus asesores deben estar pensado que cuando a un candidato se le cuelga el sambenito de poco riguroso y menos serio, es muy difícil recuperar su credibilidad.
Homer votará a Romney A este intento de afianzar la imagen del candidato no habrá contribuido tampoco el vídeo promocional de los nuevos capítulos de la popular serie de dibujos animados Los Simpson. El sketch dura un minuto y medio y se mofa de los dos candidatos por igual. Pero los guionistas empujan al protagonista, Homer Simpson, a votar por el republicano Mitt Romney. Una decisión que le ofrece la posibilidad de conocer las declaraciones de la renta que lleva meses ocultando y que le relega a trabajar en una fábrica china, en un guiño a las inversiones de la firma financiera que fundó el candidato en los años 80. En el vídeo se ven carteles electorales de los candidatos, y el de Romney se mofa de su fortuna y de sus meteduras de pata, con el lema Este es uno de los estados donde tengo una casa.
Las meteduras de pata en campaña del exgobernador de Massachusetts no se han limitado a temas jocosos, como pueda ser el de las ventanillas de los aviones, sino que se han extendido a asuntos que tocan la fibra más sensible de los ciudadanos norteamericanos.
"incompetencia" La más sonada ha sido la que ha situado a casi la mitad de los ciudadanos norteamericanos en la diana de sus críticas, al censurar a aquellos que reciben ayudas del Estado (ayer por cierto se publicó que su propio padre recibió estas ayudas). A raíz de esta polémica, el editorialista del diario The New York Times David Brooks calificó de incompetente a Mitt Romney, por su "enésima metedura de pata" que demuestra una vez más "no conocer EE.UU. y su cultura política". "Está llevando adelante una campaña electoral de deprimente incompetencia", señaló Brooks, quien remarcó que, al definir como parásito al estudiante que pide un préstamo para ir a la Universidad o al veterano de guerra que busca trabajo, Romney demuestra "no conocer el país en el que vive". "Personalmente creo que él es un hombre decente que dice cosas estúpidas porque está fingiendo ser algo que no es", sentenció. Si Romney leyó este comentario en un avión, se entiende que viera la necesidad abrir la ventanilla, siquiera para aliviar su sonrojo.