Rock enciclopédico
El libro ‘Historia del rock vasco’ recoge cinco mil nombres que forjaron una era
A Elena López Aguirre le gusta la música, como suele decirse, más que a un tonto un lápiz. Y, como no es nada tonta, sino más bien su antónimo -curiosa-, cuando se encontró a sí misma haciendo un croquis para impartir un curso sobre rock, comprobó que el lápiz se le iba solo. Que ahí había mucho más que contar. Cinco años y 654 páginas después, el que lo cuenta es el libro Historia del rock vasco (Ediciones Aianai), compendio, enciclopedia, ensayo, disección... Análisis cartográfico y reflexivo, al fin y al cabo, del rock con label a través de treinta temáticos y cronológicos -cuando pueden- capítulos.
Treinta capítulos como los treinta temas de un disco de hits. Una buena metáfora para el trabajo, suerte de Grandes éxitos... pero con todas las canciones. Porque la que no capituló fue Elena al ver lo que se le echaba encima. Un torrente de nombres -hasta cinco mil referencias-, un bosque de notas que le han acompañado durante un lustro, procurando convivir en el sano equilibrio de lo exhaustivo y lo conciso, de lo objetivo y lo reflexionado. Un pentagrama que se extiende desde los años cincuenta hasta el octubre pasado, apurando fechas, trabajando en un pasado muy presente.
Tanto como la vigencia de Txistularis, cancioneros y bertsolaris en nuestra época, una tríada que ejerce en el libro como marco, como capítulo-prólogo, antes de que Ez Dok Amairu se convierta en la auténtica primera referencia con eje rockero. Esa es precisamente una de las características del libro, que, además de hacer un retrato pormenorizado, lo liga, lo relaciona, lo vincula tanto con otros estilos musicales como con otros fenómenos sociales. Por eso Elena no duda en citar a Larramendi, a Axular, a Etxepare, o a Humboldt "y su opinión sobre el zortziko".
Y es que, partiendo de la premisa de que las semillas del rock vasco se plantan en los años cincuenta, las páginas rezuman voluntad antropológica y musicográfica, viajando en un intento cronológico que sucumbe a la organización temática. De las orquestas al Getxo Sound, del rock radical vasco a la Euskadi Tropikal, del cantautor al euskal rap, López Aguirre escribe claro y profundo sobre música, algo que muchos tachan de imposible. "Suelen decirlo los que piensan que los músicos no tienen mérito".
"Hasta la noche de los tiempos" viajó la pluma de la especialista gasteiztarra, que sabe que, como Dylan influyó a The Beatles, tampoco se puede hablar de rock vasco "sin la nueva canción" que proponía el colectivo musical integrado, entre otros, por Lete y Laboa. Pero tampoco sin los conjuntos de música ligera, sin el folk-rock de Oskorri o sin Javier Gurruchaga, Barricada o Negu Gorriak. Sin todos los grupos que pueblan este exhaustivo mapa. "El secreto del libro es el trabajo y la pasión de vivir que han tenido miles de músicos".
Muchos de ellos caídos en el camino, desde fallecidos en accidentes hasta masacrados por el olvido. Para todos ellos, esta Historia del rock vasco "tiene un punto vindicativo". Sí, vindicativo, sin el rei, herencia quizás del gusto punk y contestatario de Elena. Porque, claro está, no solo de raíces de mitad de siglo pasado vive el libro, que se expande por la avalancha subestilística del actual árbol genealógico, con reflexiones sobre el stoner, el metal o el post-rock, con un capítulo bautizado, incluso, con un título más propio de una ficción: La otra Oreja de Van Gogh.
En esta cuarta referencia de la editorial Aianai -tras Hertzainak: la confesión radical, Del txistu a la telecaster. Crónica del rock vasco, y Potato, la utopía de una Euskadi Tropikal- se recuerda a músicos. Y también a un fotógrafo, Joseba Olalde, que aportó una imagen para la contraportada del primero de los cuatro volúmenes. El padre de Joseba perdió todo su archivo fotográfico en un incendio. Otra razón para libros como este. "Porque lo que pierde una persona lo pierde todo el mundo". Siempre que suena un tema que le gusta, Elena siente el rock en la piel. Con este libro -en un solo progresivo de un lustro- ha hecho REC sobre el papel.
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