Aunque finalmente no ha entrado en la lista de candidatas al Goya a la mejor actriz revelación, el nombre de Irene Virgüez sonaba fuerte este año como una de las favoritas por su interpretación de una adolescente embarazada en "La hija", el último filme de Manuel Martín-Cuenca, el primer papel de su carrera.

Pese a los halagos y alabanzas por su brutal interpretación en la película protagonizada por Javier Gutiérrez y Patricia López Arnaiz, a sus 16 años (aunque el filme lo rodó con 14) ella es profundamente consciente de que aún le queda todo por hacer.

"Es mi primer papel grande y, al final, acabo de empezar y siento que (el Goya) es algo demasiado grande para lo que yo he trabajado", cuenta a Efe la joven en una entrevista con motivo de la promoción de la película, que se estrenó el pasado viernes 26 de noviembre en cines.

Martín Cuenca la encontró "tras un largo proceso de casting", explica el cineasta a Efe. "Cuando la vi por primera vez en la primera prueba me pareció que tenía algo muy especial, una inocencia y al mismo tiempo una perturbación. Es algo irracional que transmite, que no sabes muy bien qué le está pasando, qué quiere, y esa ambigüedad de ella me parecía magnífica".

Irene Virgüez lo siente así: "A él le gusta trabajar con el menos es más, retener, que la actuación sea natural, no de gestos y cosas físicas sino que sea más pequeñito, mas guardado y que lo transmitas más incluso con los ojos. Eso yo lo llevo desde siempre, porque en general en mi vida soy muy poco expresiva y muy tímida".

Pasión por la danza

Virgüez nació en Madrid, la ciudad en la que siempre ha vivido, a la que llegaron sus padres (él colombiano, ella medio colombiana, medio griega) hace unos años. Aunque nadie de su familia se ha dedicado profesionalmente a la actuación, la pasión por el teatro siempre ha estado presente en su familia y tanto su madre como su abuela han dado clases de interpretación.

Ella apostó por la danza. "Yo siempre he estado más centrada en el baile, iba al conservatorio desde muy pequeñita", cuenta la joven. Hasta que, tras caer por una serie de casualidades en el rodaje de una película en inglés se enamoró profundamente de la actuación y a los ocho años le pidió a su madre que la apuntara a una agencia.

A partir de ahí, llegaron los "millones de castings" y los millones de noes a los que "te acabas acostumbrando", aunque en este tiempo ha aparecido en un cortometraje, en un anuncio de televisión y en un capítulo de la serie "Centro médico".

Así hasta toparse con Irene (el personaje acabó llamándose como ella misma), esa adolescente conflictiva que, tras quedarse embarazada, se deja convencer por una pareja que no puede tener hijos (Gutiérrez y López Arnaiz) para entregarles al bebé con un plan completamente ilegal.

"Al final ella es una persona totalmente diferente a mí en todo los sentidos, pero al ser adolescente, muchas cosas van de la mano. Así que le he aportado muchas cosas y ella a mí", cuenta Virgüez, quien espera que este papel venga de la mano de nuevas oportunidades en la pantalla.

Mientras tanto, al mismo tiempo que estudia Bachillerato, se está formando gracias a distintos cursos de actuación en escuelas como la de Juan Carlos Corazza o la de Darío Valtancoli. Todo ello para sentir el poder de transmutarse en otras personas, la razón por la que ha decidido intentar que la actuación sea su forma de vida.

"Haciendo la película me gustaba mucho el hecho de evadirte de tu realidad. De los estudios, de tu casa, tu ciudad, y viajar a otros sitios, ya no tanto físicamente, sino que tú estás viajando a ser otro personaje. Estás reencarnándote en una persona que no eres tú y es algo que disfruto mucho", concluye.