El PNV se ha tomado con poco dramatismo y mucha deportividad la renuncia de Pedro Sánchez a aprobar los Presupuestos de este año. Para los jeltzales, el Gobierno español ha tomado una decisión lógica porque, una vez decretado el adelanto de las elecciones catalanas para el 12 de mayo, le iba a resultar muy complicado alcanzar un acuerdo con Junts y ERC. A partir de ahí, a nadie se le escapa que el PNV pierde un trámite importante que podría haber utilizado para presionar e ir materializando compromisos del acuerdo de investidura, y su propio candidato a lehendakari, Imanol Pradales, había señalado hace unos días en Madrid que la tramitación de las Cuentas iba a ser el próximo hito clave de la legislatura. Pero el fiasco es relativo y podría tener una solución sencilla porque el Gobierno español se compromete a retomar las conversaciones en septiembre en el punto en el que estaban, respetando los avances ya apalabrados, y con vistas a aprobar las Cuentas de 2025.

El PNV ha dado a entender que las conversaciones estaban bastante maduras y confía en retomar con relativa fluidez en otoño, en la negociación de las Cuentas para 2025, los compromisos que han estado sobre la mesa en la negociación que mantiene con el Gobierno español desde hace mes y medio. Incluso, no descarta que alguno de esos compromisos se pueda ir plasmando sin necesidad de esperar a septiembre, vía Consejo de Ministros. La propia vicepresidenta María Jesús Montero se ha lanzado a la piscina y ha hablado este jueves de “preacuerdos” con varios grupos y de su disposición a darles continuidad en otoño. Estos mensajes minimizan la sensación de fiasco que traslada la derecha española para erosionar al Gobierno de Sánchez y a todos sus socios, y que resulta especialmente espinosa en un contexto electoral vasco.

El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, analizó la situación en unas declaraciones en los pasillos de la Cámara, donde admitió que este efecto dominó tras la caída de las Cuentas catalanas “es algo que podía pasar”. “Yo ya estaba comentando al Gobierno que tenía que asegurarse una mayoría suficiente antes de aprobar el proyecto en Consejo de Ministros, y negociar con dos formaciones que están en pugna electoral podría haber dificultado las cosas. Entiendo la decisión del Gobierno de aplazarlo a 2025, era una alternativa que se podría haber planteado desde el principio porque la dinámica de la política catalana está bastante ligada a la del Estado”, reconoció. En cierto modo, la renuncia a las Cuentas estatales evita una situación peliaguda en periodo electoral vasco: que el PNV hubiera cerrado un acuerdo con el Gobierno español y que después quedara en agua de borrajas por la falta de acuerdo entre el Gobierno español y Junts y ERC.

En otoño... o antes

Esteban confió en “retomar las conversaciones en el punto en el que estaban” a partir de otoño. “Llevábamos mes y medio hablando. Esta última semana habíamos acercado posiciones, no estaba cerrado, había cosas habladas y espero que las retomemos en ese punto. El Gobierno me asegura que los acuerdos a los que ya hemos llegado van a seguir adelante en la siguiente negociación”, alentó. Pero dejó la puerta abierta a que los acuerdos se materialicen antes. “No quiere decir que no haya opción de aprovechar otras herramientas para cumplir el acuerdo de investidura sin esperar a las Cuentas de 2025”, puntualizó. Cualquier acuerdo que llegara antes de las elecciones vascas del 21 de abril insuflaría oxígeno a los jeltzales, pero Esteban fue cauteloso y no quiso generar esa expectativa. Al margen de los Presupuestos, en cualquier caso, el calendario del acuerdo de investidura es el que es, y en seis meses estaba prevista la entrada en vigor, por ejemplo, de la prevalencia de los convenios autonómicos sobre los estatales, cuestión que sigue pendiente desde que Podemos tumbó en el Congreso el decreto de la vicepresidenta Yolanda Díaz que incluía la medida.

La estabilidad de Sánchez

A partir de ahí, ¿teme el PNV por la estabilidad de la legislatura? En distintos ámbitos de opinión de Madrid se da por sentado que el PSC ganará las elecciones en Catalunya y ampliará su distancia con el soberanismo catalán, lo que podría reforzar a Pedro Sánchez en su apuesta por la normalización y la vía política para solucionar el problema territorial. Pero no se descarta que salte la chispa o que, incluso, la caída de los Presupuestos catalanes por el rechazo de los comunes pueda tensionar las relaciones entre Sumar y los soberanistas en el Congreso, que se materialice alguna vendetta en este terreno. Pero, si no se entra en el terreno de las especulaciones y las cábalas, el PNV cree que, si Sánchez consiguiera sacar adelante las Cuentas de 2025, la legislatura aguantaría tres años, hasta 2026 incluido. 

Esto supondría tener garantizados tres de los cuatro años del mandato, que no es una cuestión menor en el contexto tan agitado que ha vivido la política estatal en los últimos tiempos. Quedaría en el aire el cuarto año, donde podría haber margen para un adelanto electoral. Esteban fue claro al asegurar que, si las Cuentas de 2025 ven la luz, el Gobierno español “tendrá asegurados tres años de la legislatura”.

Fiel a su costumbre, el PNV no desvela el contenido de las conversaciones que ha mantenido con Montero, y solo ha mencionado someramente cuestiones relacionadas con el bienestar, la capacidad de autogobierno de Euskadi o medidas para la marcha de la economía en el Estado. El PNV ya había puntualizado que tampoco se trataba de apretar hasta el límite, porque los primeros Presupuestos serían determinantes para la continuidad de la legislatura y todos deberían hacerse corresponsables de su apuesta por este ciclo tras haber avalado la investidura. Aun así, se había generado cierta expectación por la presión de los soberanistas catalanes con el sistema de financiación singular para su territorio.

Una campaña vasca

Por otro lado, Esteban repitió que las elecciones catalanas no tendrán influencia en Euskadi y que el candidato Imanol Pradales propondrá soluciones “en clave vasca para mejorar la calidad de vida” de la ciudadanía de la comunidad autónoma: “Tiene que ser una campaña centrada en Euskadi”.