Joseba Asiron se despide la semana que viene de sus alumnos de la ikastola San Fermín. Deja la docencia, casi seguro de forma definitiva, para entregarse a la Alcaldía de Pamplona por segunda vez. Lo asume como si fuera un reto nuevo, no “una segunda parte” y en un momento histórico para Pamplona. “El cambio no tiene vuelta de hoja”, dice.

Sea sincero, ¿cuándo se gestó el acuerdo?

–Yo diferenciaría dos tiempos. Por un lado, durante la pasada legislatura ha habido muy buena sintonía y con el PSNhemos ido trabajando a piñón. Y aquí, en el Ayuntamiento de Pamplona, se generaron muy buenas vibraciones. En segundo lugar, durante esta legislatura se ha producido una continuidad con ese trabajo y todos y todas intuíamos que, de seguir así, con ese nivel de sintonía, más tarde o más temprano tendría que ocurrir. Me pregunta ‘¿cuando se ha gestado?’ La víspera, eso es rigurosamente cierto. Es cuando realmente constatamos que existían ya unos consensos altos.

Un inciso, habla de sintonía con el PSN, pero recordemos aquel famoso ‘Agur Asiron, agur’ de Maite Esporrín en el pleno de toma de posesión de Enrique Maya.

–Ese fue el punto de partida y lo que tengo que decir es que, a partir de ahí, desde que empezó la legislatura, aquella barrera desapareció. Yo tenía muy claro que aquello no había que tomárselo en clave personal, y de hecho durante toda la pasada legislatura hubo gran sintonía en el trabajo. Venimos de culturas políticas diferentes, durante muchísimo tiempo hemos trabajado dándonos la espalda, pero ya llevamos años trabajando en el Ayuntamiento de manera muy bien coordinada y llegando a acuerdos. 

¿Y con Elma Saiz también estaban en sintonía? Porque no se transmitía eso a la ciudadanía. 

–Yo eso no lo sé. Elma Saiz tendrá que transmitir cuál eran sus sentimientos. Yo traslado los míos y, sobre todo, en políticas sociales trabajábamos a piñón. Por supuesto que hay puntos de divergencia, y va a seguir habiéndolos, pero en lo básico de la ciudad, que son las cuestiones sociales, yo creo que ha habido sintonía y ganas de colaborar. 

¿Qué parte tiene que ver esto con la investidura de Pedro Sánchez?

–En nuestra cultura política no forma parte ir a Madrid a buscar al primo de zumosol, eso lo hacen habitualmente otros. Nosotros hemos venido trabajando en Pamplona, desde Pamplona, buscando un acuerdo para Pamplona. Pero yo hablo desde EH Bildu y el PSN tendrá que contar él hasta dónde ha tenido que hablar con sus estructuras. En el caso nuestro ha sido un acuerdo gestado en Iruña.

¿Ha participado en las negociaciones? ¿Ha llegado a hablar con Pedro Sánchez?

–Nunca he hablado con él. Y no he sido el que más ha participado en la negociación; ha sido más el grupo municipal. 

¿Qué ambiente se respira en el Ayuntamiento?

–En nuestro despacho hay una algarabía absoluta. Es para lo que nos hemos estado preparando durante cuatro años de oposición y, comparando con el 2015, tenemos un equipo más experimentado. 

Ya, pero en los despachos de UPN el enfado es total, sin precedentes. 

–Espero que lo que hemos estado visualizando en los medios no sea más que la reacción de un primer momento. Yo con el señor Enrique Maya mantuve grandes diferencias, pero creo que puedo decir que las dos transiciones se hicieron de manera ordenada. Y esperemos que ahora ocurra lo mismo, porque lo contrario sería perjudicar a la ciudad.

¿Han hablado? Me refiero a usted y la alcaldesa Ibarrola.

–No.

¿Le ha llamado?

–Le llamé el miércoles a las 8 y 10 de la mañana. No me cogió.

¿Qué le iba a decir?

–Que no quería que se enterara por los medios de comunicación.

¿Cree que ha sido doloroso para ella?

–Sí. Humanamente tiene que ser doloroso, porque imagino que ella también está trabajando para sacar adelante su proyecto político, y tiene que ser duro y hay que digerirlo.

¿Qué parte de culpa tienen Ibarrola y UPN en este desenlace?

–No es algo que pertenezca únicamente a Cristina Ibarrola, sino a UPNen general. Dentro de su cultura política hay un parámetro básico que es que ellos son los que están legitimados y los que están llamados a gobernar. Y a todos los demás nos consideran advenedizos. Ni Ibarrola, ahora, ni Enrique Maya, entonces, han sabido entender cuál ha sido la radiografía que ha salido de las elecciones. Siempre han estado en minoría, y, en este caso, tenían solo 9 concejales de un total de 27, solo un tercio. Y así, una de dos, o tienes una cultura política donde esté muy arraigada la necesidad de buscar sinergias o estás condenado al fracaso. Le ocurrió entonces a Maya y ahora a Ibarrola.

A pesar de que en junio, en su discurso de investidura, ésta anunció que iba a lanzar cauces de diálogo.

–Pues no ha sido así en ningún momento, incluso hasta sus teóricos socios del PP en determinados momentos han sido muy críticos con ellos. Era algo objetivo que la ciudad estaba paralizada, y no han sido capaces de presentar un presupuesto ni siquiera para que lo votáramos.

Pero ¿qué podría haber hecho ella para seguir? ¿No era esto la crónica de una muerte anunciada?

–No, yo no lo creo. Era muy sencillo, buscar sinergias. Tenía que haber tenido la suficiente empatía y saber cuál era la realidad en la que le había puesto la ciudadanía. 

Porque los tiempos políticos han cambiado, ¿no? 

–Y los anteriores no van a volver. El juego de mayorías ha cambiado y, una de dos, o se resetean y empiezan a buscar esas sinergias, o, francamente, lo tienen mal.

Usted dice que habría preferido que esto hubiese ocurrido hace 6 meses. 

–Sí, estaría la legislatura más encarrilada, y nos hubiésemos quitado todo lo que ha ocurrido. Hace 6 meses todavía no era posible, pero afortunadamente hemos llegado al punto en que sí.

Insisto, ¿en qué ha cambiado la situación? Alzórriz (PSN) y usted niegan la mayor. Que la investidura de Sánchez no tiene nada que ver. Como aquello del rey desnudo...

–Yo le voy a decir una respuesta que igual no se la he dado todavía. Creo que, de alguna manera, el prestigio, el nombre, la visión que la sociedad, incluso la sociedad española, tiene de EHBildu, está cambiando a pasos agigantados. El papel que está jugando EHBildu en las instituciones, no solo en el Ayuntamiento de Pamplona, sino en el Gobierno de Navarra y en el Gobierno del Estado, está rompiendo muchos esquemas. Un famoso diputado del PSOE nos describía el otro día como una fuerza progresista, de izquierdas...Y yo, ahora mismo, le añadiría: responsable y con sentido del gobierno.

Pero eso es fácil decírselo ahora, con sus votos en la mano.

–Sí, pero ¿qué es consecuencia de qué? Creo EH Bildu ha tenido diez años de nacimiento y consolidación y ahora viene el salto, en el buen sentido, a adquirir responsabilidades de gobierno en diferentes instituciones. Lo estamos demostrando, y la sociedad lo está captando, que donde estamos mejora la calidad de vida de la gente.

¿Y que son de fiar?

–Claro, y que somos de fiar, evidentemente.

¿Ya no hay vuelta atrás? ¿Este PSOEy este PSNno se echan para atrás como anteriores?

–Este PSOE, no. Y aquellos sectores políticos progresistas que puedan albergar cualquier tipo de reticencia hacia EH Bildu, en poquísimo tiempo van a ser residuales. 

¿El matrimonio con el PSN es de conveniencia o llega para quedarse?

–Creo que la sociología de Iruña nos dice que nos hacemos falta mutuamente. Si queremos llegar a mayorías progresistas que sean capaces de gobernar cualquier institución, en este caso el Ayuntamiento de Pamplona, EHBildu y el PSNestamos llamados a entendernos.

Este acuerdo Bildu-PSN marca un punto de inflexión enorme, lo decía antes. ¿Pero durará en el tiempo? 

–Yo espero que en el Estado español se mantendrá, aunque con más facilidad será en Navarra y en Pamplona, pero sí confío en que ese juego de mayorías siga adelante. Porque lo que está claro es que las alternativas son terribles. Son una extrema derecha cada vez más envalentonada y que da un poquito de respeto.

En el Gobierno de Navarra, el feeling está siendo duradero. ¿En Pamplona, de qué depende?

–De que sea firme y de que sea elástico, porque seguramente habrá momentos en los que discreparemos y nos enfadaremos. Pero espero que entonces sepamos salvar esas diferencias de una manera políticamente madura.

No obstante, el PSN no entra al Equipo de Gobierno. 

–En este momento han estimado que no, y, si más adelante, reconsideran esa posición, para nosotros ideal. 

Sin embargo, su secretario de Organozación, Ramón Alzórriz, ha dicho que les queda un poco de recorrido ético. ¿Le parece justo después de haber alcanzado este acuerdo?

–Yo entiendo que todos estamos sujetos a un determinado discurso. Pero lo que puedo decir es que a mí no me hace falta hacer ningún recorrido ético. Tengo muy claras las cosas desde toda mi vida, no porque formen parte de mi trayectoria política, sino de mi trayectoria vital y lo he demostrado siempre. En este punto, afortunadamente, hace tiempo que llegué a buen puerto.

Uno de los puntos del acuerdo es, precisamente, trabajar en que “es necesario el reconocimiento y reparación de las víctimas de ETA” evitando situaciones de humillación. ¿Qué significa?

–Esto se traduce en que tenemos que hacer un esfuerzo muy grande para no acrecentar el dolor que ya de por sí tiene cualquier víctima. 

Dígame un ejemplo. ¿No hacer homenajes?

–Hay que entender que haya familiares de gente que salgan de la cárcel que expresen su alegría, pero eso en modo alguno tiene que tener ni una dimensión política ni tiene que suponer una humillación a las víctimas.

Acaba de empezar la ronda de contactos? ¿Qué organigrama prevé?

–Aún no lo tengo, es una de las cosas que tenemos que consensuar. Porque si decimos que una de las grandes equivocaciones de Ibarrola ha sido creer que tenían más fuerza que la que las elecciones le habían dado, no puedo caer en el mismo error. 

¿Qué prioridades tienen? 

–Creo que ahora mismo hay que priorizar los proyectos que tienen una dimensión social, como el plan de vivienda social, con 1.000 viviendas.

¿Es ésta es la principal carencia?

–Habría carencias a muchos niveles, pero ahora mismo lo que está claro es que la vivienda es un derecho básico y ahí estamos muy lejos de la derecha, porque siempre la ha considerado, no un derecho, sino un negocio. Y Pamplona está muy lejos de conseguirlo. La imagen de jóvenes durmiendo en la calle en una Pamplona del siglo XXI, en una Navarra que se mira al ombligo y presume de ser la comunidad más desarrollada, es inaceptable.

¿Alguna medida inmediata para sacar a estas personas de la calle? El nuevo albergue no da respuesta a todas ellas.

–Estamos pensando en aumentar la oferta y con carácter inmediato. No puede ser que UPN haya utilizado sistemáticamente el Ayuntamiento de Pamplona para hacer oposición al Gobierno de Navarra en este tema. Y para decirle ‘esta no es mi responsabilidad, sino la tuya’. Porque, mientras, hay gente que está durmiendo en Pamplona en la calle.

Servicios Sociales, un área con muchísimo trabajo. ¿Quiere EH Bildu liderar esas funciones?

–Me gustaría que estuviesen en la gestión directa de EH Bildu, pero cuando formemos un Gobierno seremos un Gobierno. Tenemos que ser un equipo y no tres mini gobiernos.

¿Cuántas áreas plantean? 

–Unas 8 o 9. La idea es no cambiar demasiado.

¿Una para Geroa Bai y otra para Contigo?

–Estamos negociando, pero si ellos muestran, como lo han hecho, interés por entrar, me parece algo sensato que gestionen algún área.

¿Va a echar atrás alguna de las medidas de sus antecesores, como hicieron ellos antes?

–La sensación que tenemos no es de revanchismo ni de ‘ahora vas a ver’. Estamos en una situación nueva, inédita, en Iruña. Tenemos una mayoría suficiente, y no tiene nada que ver con 2015. Ahora sabemos quiénes somos, de dónde venimos, somos fuerzas políticas con una trayectoria contrastada y venimos a un tiempo nuevo, no a la segunda parte de nada.

¿Cuál va a ser su primera medida? 

–No cabe duda de que hay cuestiones que nos ilusionan muchísimo, como dar una solución definitiva al paseo de Sarasate y convertirlo en un lugar de encuentro.

Y el parking de la calle Sangüesa.

–Efectivamente, paralizar el parking e, inmediatamente, realizar un análisis de las necesidades de aparcamiento del Ensanche, que, objetivamente existen. Y reformar la plaza, hace falta ya, pero la premisa no puede ser talarle árboles.

Ustedes se comprometen a crear la Pamplona de la convivencia.

–Sí, una Pamplona donde haya espacio para diferentes maneras de entender el ser navarro y el ser pamplonés o pamplonesa. Somos diversos y la diversidad no se puede abordar como un problema.

Algunos les reprochan qué tiene EH Bildu que hablar de convivencia.

–En el sentido amplio de la palabra convivencia, creo que tenemos que tender a eso. Estamos en un escenario nuevo donde, afortunadamente, se puede construir la convivencia, y, luego, si hablamos de las pequeñas convivencias, tenemos que conseguir un espacio dónde todos nos sintamos cómodos y seguros también. Seguridad ante la indigencia, ante las agresiones sexistas, etc., eso también es convivencia.

¿Está más seguro de liderar ahora este grupo tan diverso que en 2015? Dice que se conocen más.

–En 2015, era mi responsabilidad mantener la cohesión. Se consiguió durante mucho tiempo, pero cuando empezó a haber cierto tufillo electoral, saltó por los aires. Y lo que ahora hay en las fuerzas que vamos a conformar el bloque progresista es mucha más madurez. Empezando por nosotros mismos. Hemos hablado del PSN, pero la sintonía con Geroa Bai y Contigo-Zurekin es muy alta y vamos a conformar un gobierno consolidado. Con lo que ya sabíamos, y con lo que hemos ido aprendiendo, la fórmula va a ser muy buena.