No han guardado ni las formas. Arranca la sesión y el PP pide prohibir el uso del euskera, gallego y catalán. Después irrumpe Vox tratando de cortar al socialista José Ramón Gómez Besteiro, encargado de defender en primer lugar la iniciativa que inaugura la era del plurilingüismo en el Congreso, y, una vez fracasado su conato, la ultraderecha abandona el hemiciclo arrojando los auriculares destinados a escuchar la traducción simultánea en el escaño vacío de Pedro Sánchez, de viaje oficial en Nueva York, siendo recogidos por un ujier. Pero las bravatas de la derecha para significarse el día en que no eran protagonistas no han dado resultado y la Cámara baja, por mayoría absoluta –como ocurrió en la elección de su presidenta, Francina Armengol– ha aprobado la tramitación del cambio reglamentario para el empleo de las lenguas cooficiales por el procedimiento de urgencia y lectura única. Lo ha hecho con la mágica cifra que tanto anhela el líder de los socialistas para su reelección.

Joseba Agirretxea (PNV) y Mertxe Aizpurua (EH Bildu) han hecho una encendida defensa de los derechos lingüísticos de los euskaldunes. “Los que se han marchado son los mismos que antes nos echaban de clase, nos multaban o nos metían en la cárcel por hablar euskera. Ahora se han ido ellos. Algo hemos avanzado”, ha celebrado el jeltzale ante la estampida de la ultraderecha y, en euskera, ha cargado también contra la postura del partido de Alberto Núñez Feijóo por temer “a todo aquel que es diferente; no saben vivir en la diversidad y toman como enemigo al que no habla español”. “Lo de hoy no habría sido posible si nuestros antecesores no hubieran dado todo lo que dieron a favor del euskera, la cultura e identidad vascas, los valores democráticos y la libertad en aquellos difíciles años y en la penosa y dura situación que les tocó vivir”, ha evocado Agirretxea. Por su parte, la portavoz soberanista, intercalando el castellano, ha apuntado que “es de agradecer este paso simbólico pero importante. Pone de manifiesto una realidad que los vascos conocemos pero que este Estado niega, y es que somos una nación”. De paso, ha denunciado que el euskera ha sufrido “muchos ataques durante décadas” y hoy en día “los sigue habiendo” –ha dicho–, apoyándose en las decisiones de la Justicia española contra los ayuntamientos de Euskal Herria o “la dolorosa situación de mantener su prohibición” en Nafarroa.

Alineándose con ellos se ha pronunciado, en catalán, el republicano Gabriel Rufián. “Ustedes, señores de la derecha y ultraderecha, no se merecen ni Catalunya ni Euskadi”, ha afeado el dirigente de Esquerra, que ha acusado a ese espectro ideológico de ejercer un “patriotismo tóxico”. Solo ha existido un momento en el que ha variado de idioma pasando a palabras en inglés incorporadas al lenguaje coloquial. “Es probable que ustedes rajen del catalán, del aranés, del euskera o del galego mientras hacen un meeting en la sala de coworking mirando outfits para estrenar afterwork”, ha ironizado para interpelarles retóricamente: “¿Les suenan? ¿Y es el catalán, el euskera y el gallego los que amenazan al castellano?”. “No se están violentando los derechos de algunos se están reconociendo los derechos de todos. Pero no quiero que esto sea una victoria porque me niego que mi lengua y mi cultura necesite de perdedores. Como mucho, hay ignorantes”, ha verbalizado Rufián. Míriam Nogueras, de Junts, y Néstor Rego, del BNG, se han expresado en sus lenguas maternas. Y alguien más...

Pese a su rechazo a la modificación reglamentaria, el popular Borja Sémper se ha lanzado en euskera para matizar que “vivir en una España con varios idiomas es una suerte”, pero ha cuestionado que la medida obedezca a una defensa de estas lenguas y se ha remitido a que “Sánchez necesita los votos de los independentistas, por eso estamos aquí y eso lo sabemos todos”. Con referencias breves (Bizkaian, Gipuzkoan, Non?), dos o tres oraciones que acto seguido ha traducido, el portavoz del PP ha respondido a los soberanistas y ha atacado a los proponentes de la iniciativa, y singularmente al PSOE, por “despreciar la lengua común”. Ha hurgado, con la hemeroteca de su lado, en que la fuerza socialista rechazó en 2022 una reforma similar a esta con sus votos. Ahora tocan las “cabriolas” y “saltos mortales”. Pero pocos minutos después del mediodía, Besteiro ya había estrenado esta nueva etapa, en gallego: “ É unha dobre honra estrear o sistema de tradución simultánea na miña lingua materna”.

Vox monta el 'circo'

No han tardado en brotar las vísceras desde la bancada de Vox, que empezaron a desfilar mientras el bloque de progreso aplaudía su marcha. Era otro lenguaje, el gestual. “Nos han elegido para representar a los españoles. Creo que millones de ellos querían que hoy le arrojáramos a Sánchez su artefacto de odio y de división”, ha explicado luego Santiago Abascal en redes sociales, justificando su desplante en que se están pervirtiendo las lenguas cooficiales para echarlas contra el entendimiento, la convivencia y la ley. A su juicio, son “pasos preparatorios para el nuevo golpe que tratarán de dar desde Moncloa”. Como contragolpe, la ultraderecha ha presentado una iniciativa para eliminar su uso en el Senado, presionando así al PP, que tiene allí mayoría absoluta. Incluso le ha mandado un recado a Sémper por pronunciarse en euskera: “Me ha sorprendido que se llame canelo a sí mismo, ya que dijo que el uso de las lenguas regionales en el Congreso era eso y que ellos no iban a hacerlo”.

“Este es el templo de la palabra”, ha constatado, por contra, Armengol. “La diversidad no va en detrimento de la unidad, la uniformidad no garantiza la cohesión”, han alegado desde el PSOE, defendiendo con brío la llegada de un Congreso multilingüe. Marta Lois, de Sumar, haciendo uso del gallego, ha valorado la diversidad lingüística como un motivo de “orgullo” y ha puntualizado que tiene que ser el “primer paso que debe acompañarse de otros” en el reconocimiento de un Estado plurinacional. “La posibilidad de hablar en una lengua no niega las otras".

La tramitación ha salido adelante con 176 votos a favor, 169 en contra y dos abstenciones –por fallos de los diputados que se estrenaban en sus lides–, y con tres de sus señorías que no han votado. Los partidarios del uso de las lenguas cooficiales han respaldado que esta se haga este jueves por el procedimiento de lectura única, de una tacada, en el Pleno sin pasar por la Comisión de Reglamento. “Un día histórico”, ha confesado el presidente de ERC, Oriol Junqueras, allí presente.