Las elecciones del 23-J y las polémicas listas de EH Bildu en las autonómicas marcaron ayer martes el homenaje del Congreso a las víctimas del terrorismo, como cada 27 de junio desde 2010, un acto del que se volvieron a descolgar Vox y asociaciones de víctimas como la AVT y Covite, que rechazan sumarse por la asistencia de EH Bildu, que sí estuvo presente. Tras varios años ubicando este tributo en distintas salas, la actual presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, decidió en 2019 darle mayor visibilidad llevándolo de nuevo al hemiciclo con el fin de dotarlo de la máxima solemnidad. Pero al estar las Cortes disueltas a la espera de los comicios, este año regresó a la Sala Constitucional y no se pudo invitar a los 350 diputados, sino solo a los casi 70 que siguen siéndolo como miembros titulares o suplentes de la Diputación Permanente.

Batet y el presidente del Senado, el también socialista Ander Gil, ejercieron de anfitriones, mientras que el PP delegó la representación en sus integrantes de las Mesas de las Cámaras. Así, el senador Rafael Hernando, que el 23-J volverá al Congreso, ejerció de portavoz del Grupo Popular y se sentó al lado del socialista Patxi López. También asistieron Enrique Santiago (IU-Sumar), Edmundo Bal (Ciudadanos), Aitor Esteban (PNV) y el portavoz adjunto de Bildu, Oskar Matute, que por protocolo se colocó junto con Carlos García Adanero, exdiputado de UPN ahora en las listas del PP, una de las voces más críticas con la coalición soberanista, a la que tacha de “filoetarra”.

Mientras que Matute evitó hacer declaraciones, el portavoz jeltzale destacó la importancia de participar en los homenajes a las víctimas para que no vuelva a haber actos terroristas. Por parte del PNV acudió también el secretario segundo de la Mesa del Senado, Imanol Landa, ambos acompañados por Enrique Ullibarriarana, asesor del departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno vasco, en el que se encuentra la dirección de Derechos Humanos, Víctimas y Diversidad. “Hay que tener siempre en cuenta a las víctimas, porque lo merecen y porque es importante tener una referencia de lo ocurrido, sobre todo, para que no vuelva a pasar”, subrayó Esteban. López declinó polemizar con las asociaciones de víctimas que se borraron sosteniendo que todas las víctimas “merecen lo que siempre han demandado, que es memoria, dignidad y justicia”. “Son un referente ético y moral para toda la sociedad democrática. Siempre respetaremos lo que ellos dicen”, comentó.

“Vox no acude porque está presente Bildu, el brazo político de ETA”, recalcó el dirigente ultra Iván Espinosa de los Monteros, que arremetió contra el Gobierno de Pedro Sánchez por “traicionar a las víctimas”. El presidente de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, Tomás Caballero, hijo del concejal asesinado por ETA en 1998, leyó un duro discurso en el que no faltó el reproche a los diputados: “Les pido que ante situaciones tan dolorosas como la de ver en las listas electorales a condenados por atentados terroristas den un paso al frente y profundicen en la legislación. Eviten que puedan convertirse en representantes de la soberanía popular quienes trataron de destruir los pilares de nuestra convivencia”, instó. “Por dignidad democrática, los condenados por delitos de terrorismo deberían verse privados del derecho de sufragio pasivo de por vida”, enfatizó.

Tras él, Batet apeló a la unidad y recordó que este acto de homenaje cumple con la misión esencial del Parlamento, que es “escuchar”. “Nuestra democracia ha sido más fuerte cuando ha escuchado a las víctimas del terrorismo. Compartir su desgarro por la pérdida, la indignación ante la sinrazón y la confianza en las instituciones en la defensa de nuestra convivencia ha hecho que los ciudadanos y ciudadanas hayamos comprendido mejor su sufrimiento y su ejemplo”, admitió. El homenaje se cerró con un minuto de silencio y con una interpretación de violenchelo.