María Guardiola vira su discurso. Después de repudiar los pactos con Vox en aras de preservar derechos, la candidata del PP a la presidencia del Gobierno de Extremadura ve ahora “imprescindible” acordar con la fuerza de ultraderecha después de las tensiones y presiones internas recibidas, tanto desde Génova como por parte de Isabel Díaz Ayuso, lo que le ha llevado a suspender la junta directiva y el comité ejecutivo regional previstos para hoy en Mérida y enviar un escrito a la militancia tras la renuncia de uno de sus principales asesores. En el correo electrónico a los afiliados del partido les señala lo prioritario que resulta “el respeto, el diálogo y el acuerdo programático” con la formación de Santiago Abascal. “Para evitar interpretaciones malintencionadas o distracciones que nos aparten del camino”, la líder de los populares aplazó la reunión de estos órganos “hasta una nueva fecha que será comunicada oportunamente”, precisó en el escrito. Una postura que coincide en el tiempo con la decisión de la agencia Rebellius Words, que hasta el momento realizaba servicios de asesoría a Guardiola, de dejar de prestarlos para no perjudicarla tras difundirse en redes sociales unos audios de su CEO, Santiago Martínez Vares, con comentarios contra el presidente de Vox.

“Yo no puedo dejar entrar en mi gobierno a aquellos que niegan la violencia machista, a quienes usan el trazo gordo, a quienes están deshumanizando a los inmigrantes y a quienes despliegan una lona y tiran a la papelera una bandera LGTBI”, había manifestado Guardiola hace solo unos días, y es que en el plazo de una semana ha cambiado el paso, se retracta y apuesta por otra estrategia que podría evitar la repetición electoral. La lideresa extremeña destaca en su carta a la militancia que el PP es un partido con vocación de servicio público y que no va a renunciar a ello, y recalca que los compromisos tienen que permanecer firmes para cambiar lo que no funciona. “El valor de la palabra dada nunca caduca y yo tengo un compromiso con los extremeños y con el cambio”, aseveró, fijando el rumbo en el 23 de julio, “una cita importantísima en la que nos jugamos el futuro del país” y en la que “nada ni nadie debe desviarnos de esta meta”, de ahí el aplazamiento de la reuniones de sus órganos internos. Según justifica, se está “usando” la situación postelectoral en Extremadura y al PP extremeño “para tratar de influir en la campaña nacional, y esa presión se está trasladando injustamente al PP en su conjunto”. “No queremos que se utilicen las reuniones de nuestros afiliados para hacer daño a la organización, ni desviar la atención de lo importante”, se excusa para evitar cualquier crispación. Evidentemente, el líder de Vox, Santiago Abascal, calificó de “un buen paso” las palabras de Guardiola porque están “obligados a entenderse y a construir una alternativa”, algo que cree que estará al alcance de ambas partes. “Nosotros estamos desde el principio con la mano tendida”, zanjó.

“Chalaneo de sillas”

La reacción desde La Moncloa no se hizo esperar. La vicepresidenta primera Nadia Calviño afirmó que le preocupa “extremadamente” y le parece “inaceptable” que el PP abra ahora la puerta a llegar a un acuerdo con Vox para presidir la Junta de Extremadura porque evidencia un “chalaneo” de “sillas y votos por derechos” entre ambos partidos. “El PP se parece cada vez más a Vox: están cómodos y harían lo mismo de alcanzar el Gobierno de España”, que en su opinión sería “restringir derechos de mujeres y de las personas LGTBI”, advirtió en RNE la dirigente socialista. Por su parte, la portavoz del PSOE y ministra de Educación, Pilar Alegría, afeó que “solo les importa el sillón”. “Hace una semana veíamos cómo salía la señora Guardiola cual Agustina de Aragón haciendo esa defensa de los derechos y los valores, hasta que se ha dado cuenta de que puede perder el sillón. Ahora dice que mis principios no son tantos ni tan numerosos, y si no les gusta, como decía Groucho Marx, tengo otros”.

Las promesas de Feijóo

Rebajar IRPF

Tres folios de medidas. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, prometió ayer en Barcelona, en la presentación de su programa económico, que rebajará el IRPF a quienes cobren menos de 40.000 euros. Entre las 20 propuestas económicas planteadas, y recogidas en tres folios, están “medidas antiokupas” para “permitir” desalojos “en 24 horas” o la creación de un organismo nacional del agua. Su intención es rebajar la presión fiscal a trabajadores y empresarios y hacer que el número de afiliados a la Seguridad Social alcance los 22 millones. 

Lapsus viral

Cuando 2x10 no son 22. Feijóo protagonizó un lapsus que pronto se hizo viral. Estaba explicando que el Estado español debía alcanzar esos 22 millones de afiliados a la Seguridad Social al final de la legislatura cuando, unos instantes después, añadía frente a la audiencia: “Esta regla del dos, bueno, en vez de dos es 22, pero es dos, es dos por diez”. Un poco más nervioso, trataba de camuflar su error y continuaba: “La cuestión es si somos o estamos dentro de las tres economías que más crecen”. Miles de usuarios compartieron el video y bromearon “2x10=20. ¿Quién quiere un Ministro de Economía teniendo a Feijóo?”.