Sin explicitar el grado del cambio de rumbo, Pere Aragonès hizo ayer martes una autoenmienda a la estrategia de Esquerra y de su Govern e instó al mundo independentista a forjar un “frente democrático” común ante un previsible Ejecutivo de PP y Vox en La Moncloa, que prácticamente dio por hecho. “La hora es grave y hay que defender Catalunya”, proclamó. Un emplazamiento donde Junts recogió el guante, como precursor del mismo, siempre que el objetivo sea profundizar en el procés y el mandato del 1-O. “Exactamente esto es lo que pedimos desde hace años: reunámonos, reencontrémonos y propongamos al conjunto del país una estrategia compartida. Pero por la independencia, claro. Para otras cosas, no es necesario que pierdan el tiempo”, respondió Carles Puigdemont. El president urgió a JxCat, la CUP y En Comú Podem a “encontrar los mecanismos” para actuar con “unidad” frente a lo que será un “ataque frontal contra los pilares básicos” del autogobierno y de los valores de la sociedad catalana.

Aragonès no concretó bajo qué formulación concretar este planteamiento pero dio a entender que debe servir para garantizar estabilidad en la “gobernanza” y conformar alianzas independentistas y soberanistas en los ayuntamientos, además de contar con una presidencia del Parlament “que ha de ser independentista”, tras la inhabilitación de Laura Borràs. “Catalunya necesita instituciones fuertes”, aseguró, descartando un adelanto electoral y poniéndose a disposición de los partidos para ayudar a “construir puentes de entendimiento y espacios de trabajo, que deben estar basados en la “unidad, la firmeza y la generosidad para que todo el mundo se sienta cómodo”. Con este horizonte, el Jefe del Govern aparca la vía de la negociación y el diálogo: “Estamos en un escenario nuevo. Hemos avanzado en los últimos tiempos, ante un contexto muy difícil. Pero si las condiciones que teníamos para avanzar, en esta apuesta para la resolución del conflicto político, antes ya eran difíciles, ahora, ante un Gobierno de PP y Vox, es imposible”. Con todo, la propuesta de acuerdo de claridad –con la que Aragonès pretende pactar un referéndum con el Estado– mantiene por ahora sus trabajos académicos, pero en cambio, ante la inminencia electoral, difícilmente el president convocará a los partidos para iniciar el debate político, como tenía previsto este inminente mes de junio.

Junts, que siempre ha manejado esta idea, a la que une la de presentarse como un solo bloque en las elecciones a las Cortes españolas, la ve con buenos ojos si es “para decir basta a España”. Su secretario general, Jordi Turull, indicó que “si la propuesta de rectificación para avanzar hacia la independencia es sincera, reunámonos mañana mismo”. A su juicio, Aragonès considera ahora cuestiones que le han pedido “desde hace tiempo” y que hasta la fecha, hasta el varapalo de ERC el 28-M, no había atendido. En la misma línea, la presidenta de JxCat precisó al líder republicano que “el color del Gobierno español no modifica la represión contra Catalunya. Lo que se necesita es modificar la actitud de los partidos políticos independentistas y plasmar en acciones lo que vota la gente”. No obstante, Borràs contactó ayer mismo con el president para acordar una reunión, lamentando que se hayan perdido cuatro años en los que “no se ha hecho caso al voto de la gente que quiere avanzar por la independencia”. ERC no tiene entre sus prioridades una lista conjunta para el Congreso porque antes habría que “reconstruir consensos” y elaborar una “estrategia compartida”. Por su parte, el que fuera portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardà, dijo “querer entender que las palabras de Aragonès no pretenden modificar la estrategia de ERC”.

Malestar en el PSC y Comunes

En paralelo, el PSC y los comunes afearon a Aragonès que dé por hecho el Gobierno de PP y Vox, “dándose por derrotado antes del 23-J y bajando los brazos”, lo que demuestra a su parecer que ERC “sigue sin proyecto para Catalunya”. La filial morada considera que la propuesta del dirigente republicano es “un giro hacia JxCat, una huida hacia el pasado”, y que visibiliza que Esquerra “no sabe hacia dónde va”.

Alcaldía de Barcelona

Xavier Trias

Su elección gana enteros. Xavier Trias tiene hoy más opciones de ser nombrado alcalde de Barcelona el 17 de junio, día de la constitución del Consistorio, aunque sea en minoría. La ley electoral indica que si nadie es capaz de sumar la mayoría absoluta de 21 concejales, el candidato de la lista más votada queda proclamado alcalde automáticamente. A cambio de desactivar su intento de desbancarlo, el candidato de Junts podría ofrecer al socialista Jaume Collboni la presidencia del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) que gestiona uno de los mayores presupuestos públicos de Catalunya y que hasta la fecha siempre ha ostentado el regidor de la ciudad condal. “Lo que no tiene discusión es que mi candidatura ha ganado, y lo que espero es lo que decían muchos: que quien gana es quien debe ser el alcalde, pues que la gente cumpla con sus palabras”, dijo.

PDeCAT

Se presentará al 23-J. El PDeCAT se presentará a las elecciones generales del 23 de julio, por lo que ha activado la maquinaria electoral para la redacción del programa y la confección de las candidaturas en las cuatro circunscripciones catalanas. La formación nacionalista cree que su proyecto resulta “más vigente y necesario que nunca”.