Iruñea - “Txarrenari onena atera diozu”, canta Altsasu con letra de Jon Maia. Con la mejor cara ante la peor provocación. Ayer, en la multitudinaria manifestación que recorrió las calles de la localidad para volver pedir que les dejen en paz. Que dejen de utilizar el nombre de Altsasu y el de sus vecinos por mezquinos intereses políticos. Y hoy, en la jornada festiva con la que pretenden contraprogramar el acto que España Ciudadana ha organizado en el corazón del pueblo, y en el que buscarán protagonismo PP, Ciudadanos y la ultraderecha de Vox.
Lo harán en la Plaza de los Fueros. Un lugar que miles de alsasuarras abarrotaron ayer -mucha gente se quedó sin poder llegar al lugar- para recordar que “quienes buscan generar enfrentamiento con el objetivo de sacar réditos políticos, electorales y personales, quienes pretenden un viaje al pasado para sumergirnos a todas en oscuras aguas del fascismo, no son bienvenidos. No queremos ni verlos por aquí”, aseguraron.
La movilización partió a las 17.30 horas de la Plaza de los Fueros precedida por una pancarta con el lema Utzi Altsasu bakean (Dejad Altsasu en paz). Recorrió las calles de la localidad para finalizar de nuevo en la misma plaza. A lo largo de la marcha se escucharon gritos como “Alde hemendik, utzi bakean” (Fuera de aquí, dejadnos en paz) y “Fascistas kanpora”.
Con esta movilización, la asamblea de vecinos quiso mostrar su rechazo a la cita de hoy de tres partidos que juntos ni siquiera alcanzan el 2% del censo electoral (PP y Ciudadanos sumaron 107 votos en las últimas elecciones forales), y que trasladó una clara imagen del sentir general de un pueblo que se siente maltratado y utilizado, pero “orgulloso” porque ha sabido unirse “en los momentos más difíciles”.
“Nos han hecho daño en estos últimos años, muchísimo daño. Han dado una imagen completamente distorsionada de nuestro pueblo, nos han insultado, provocado, estigmatizado. Estamos hartas de tener que soportar esas mentiras, insultos y provocaciones de algunos medios de comunicación, fuerzas policiales y determinados representantes políticos”, señalaron ayer desde lo alto del kiosko dos portavoces de la asamblea vecinal. Denunciaron a su vez los intentos de “crear el clima necesario para tratar de hacer digerible la injusticia. Para acallar las voces que piden justicia”. La de los siete jóvenes que permanecen todavía hoy en prisión.
Una demanda prácticamente unánime de un pueblo que ayer marchó por sus calles para pedir que “no se convierta en una excusa”, y para que quienes acuden hoy a la localidad “se vayan siendo más débiles, habiéndoles quitado la careta, mostrándose como lo que verdaderamente son”. Para ello han montado una jornada festiva. Hoy cantarán y bailarán lejos de la provocación. Ayer gritaron basta ya. Para quien les quiera escuchar.