bilbao - Las grabaciones de la ex secretaria general del PP y exministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, con el excomisario José Manuel Villarejo han colocado en una situación muy delicada a la formación de Génova. Tras emplearse a fondo para desacreditar a la ministra de Justicia Dolores Delgado cuando se hizo pública su conversación con el excomisario -charla en la que, entre otras cosas, se reía de la condición sexual de Grande Marlaska- , ahora que las grabaciones tienen como protagonista a Cospedal, el líder del PP, Pablo Casado, otrora siempre dispuesto a hablar, lleva tres días eludiendo los micrófonos. En el PP justifican esta posición de su presidente en que el partido no quieren repetir “errores” del pasado, no solo cuando el líder -entonces Mariano Rajoy- apoyó a dirigentes que acabaron imputados o procesados, sino cuando, por el contrario, dejó de respaldar a personas que después demostraron ser inocentes.

Lo cierto es que cada día que pasa, la situación es más complicada para Cospedal. Según publicaba ayer Moncloa.com. la ex secretaria general del PP y su marido, el empresario Ignacio López del Hierro, pidieron “trabajos puntuales” a Villarejo, en la reunión que mantuvieron en julio de 2009 en la sede de Génova tras estallar el caso Gürtel. A cambio, Villarejo pidió que le pagaran esos posibles trabajos y, sobre todo, hizo hincapié en que la relación entre ellos se mantuviera discreta, algo que Cospedal y López Hierro le garantizan.

Las grabaciones muestran cómo al final de la reunión, que duró hora y media, López del Hierro le dice a Villarejo si está dispuesto a realizar “trabajos puntuales” para ellos, a lo que el excomisario se muestra abierto, aunque se muestra cauteloso sobre la discreción con la que se tiene que desarrollar su relación y pide cobrar por esos posibles trabajos. Ante esto la dirigente popular le asegura que le pagarían y le pide no preocuparse por el tema de la discreción.

Ayer Cospedal no acudió al pleno de control en el Congreso y ante el silencio de Casado fue el actual secretario general, Teodoro García Egea. quien aseguró que “a día de hoy” mantienen la confianza en Cospedal, al tiempo que señaló que en las conversaciones conocidas “no hay delito ni ilícito”. Dos exministros que arroparon a María Dolores de Cospedal en la disputa interna del partido -Rafael Catalá (Justicia) e Isabel García Tejerina (Agricultura)- aseguraron ayer que “muchas personas” de los ámbitos empresarial y político habían mantenido encuentros con Villarejo. Por su parte, el excoordinador general del PP, Fernando Martínez-Maillo, señaló que no tenía “nada que decir” al respecto. “En estos casos siempre quien tiene que explicarse son los protagonistas. Yo no tengo nada que decir”, afirmó.

Prácticas mafiosas Desde el Gobierno, la vicepresidenta Carmen Calvo aseguró que Cospedal “intentó pagar para obstruir a la justicia cuando era la responsable de un partido y en la sede” de su formación política. Además, afirmó que no hay comparación con las grabaciones de la ministra Delgado, ya que ésta era “una ciudadana particular en una comida privada de hace nueve años”.

El secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, consideró “gravísimo para la democracia” la relación “estrecha” entre Cospedal y Villarejo. “Le está encargando trabajitos a un mafioso y escucha cómo le dice que han intentado destruir pruebas”, aseguró en una entrevista en TVE. Por su parte, el portavoz de Ciudadanos en el Congreso, Juan Carlos Girauta, pidió explicaciones al PP sobre lo que considera que se trata de una “novela negra”.