Bilbao - Se cumplen hoy ocho años de la muerte del gendarme Jean-Serge Nérin, primer agente policial abatido por ETA en suelo francés y último muerto de la organización, que diecinueve meses después ponía punto y final a su actividad armada.
Los hechos ocurrieron el 16 de marzo de 2010 en una pequeña localidad a las afueras de París, Dammarie-lès-Lys , de 20.000 habitantes. La policía recibió un aviso de robo de un automóvil BMW. Una patrulla interceptó el coche, en el que viajaban tres hombres y una mujer. Al ir a detenerles, desde otro coche con dos hombres dentro se realizaron tres disparos. Como consecuencia del ataque, resultó muerto el cabo Jean-Serge Nérin, de 52 años. Pese a que llevaba chaleco antibalas, uno de los proyectiles le alcanzó en una axila y afectó a la caja torácica. Falleció una hora después en un hospital. Nérin ejerció toda su carrera en la comisaría de Dammarie-les-Lys. Nacido en Cayenne (Guayana), tenía cuatro hijos: una hija de 32 años, uno de 18 años y dos mellizos de 16. Dos años después tenía previsto jubilarse.
Los miembros de ETA viajaban en dos vehículos, uno el robado poco antes en un almacén de coches de segunda mano. Uno de los asaltantes fue detenido e identificado por fuentes de los servicios antiterroristas francés y español como Joseba Fernández Aspurz, El Guindi, huido de España y contra el que la Audiencia Nacional había activado una orden de busca y captura. Era la primera vez que ETA mataba a un agente policial francés, lo que suponía un salto cualitativo en su actividad delictiva en suelo galo después de que hubieran mantenido varios enfrentamientos a tiros con fuerzas policiales francesas, algunos de cuyos agentes habían resultado heridos de gravedad. Aunque ETA no había matado a ningún agente francés, la banda sí asesinó en Capbreton a los agentes de la Guardia Civil de paisano Fernando Trapero y Raúl Centeno, a los que identificó y mató de sendos disparos el 1 de diciembre de 2007.
petición de perdón En diciembre de 2015 fueron juzgados y condenados seis miembros de ETA por estos hechos. La mayor condena, cadena perpetua, recayó en el exjefe del aparato militar de la banda Mikel Carrera Sarobe, Ata. Joseba Fernández Aspurz fue condenado a 16 años, Arkaitz Agirregabiria fue condenado a 25 años, Josu Urbieta a 16 años, y Xabier Goienetxea e Izaskun Lesaka a 14 años de prisión cada uno.
En diciembre del pasado año 2017, el Tribunal Penal de París estudió la apelación presentada por Agirregabiria, Urbieta, Goienetxea y Lesaka. Los otros dos miembros de la banda, Carrera Sarobe y Fernández Aspurz, no apelaron su condena.
Izaskun Lesaka tomó la palabra en nombre de los cuatro para señalar: “Queremos manifestar públicamente que lamentamos sinceramente aquella muerte, y queremos mostrar nuestro pésame a sus familiares. Lo hacemos con todo respeto, pues sabemos que no existen palabras capaces de apaciguar ese dolor”. Además, aseguró que la muerte del gendarme se produjo a raíz de un enfrentamiento fortuito y no buscado por ETA y que, según afirmó, “intentaron evitar en todo momento”.
Sin embargo, el Tribunal Penal de París mantuvo las penas de prisión a los cuatro. -DEIA