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Tabarnia, o apología del españolismo

15.000 ‘tabarneses’ reclaman la separación de barcelona y tarragona de catalunya para ridiculizar al soberanismo

Tabarnia, o apología del españolismoAFP

LO que hace semanas empezó como una broma periodística para desacreditar al independentismo, y que creció como la espuma espoleada por los medios de comunicación españoles, incluidos los programas rosa, acabó ayer con 15.000 personas, según cifras de la Guardia Urbana, movilizándose por primera vez en Barcelona convocadas por la Plataforma por Tabarnia, que reivindica la plena soberanía de Barcelona y Tarragona para separarse de Catalunya. Una ironía que roza el mal gusto. La concentración, a la que no asistió al final el autoproclamado “presidente de Tabarnia”, el dramaturgo Albert Boadella, adalid del constitucionalismo, arrancó con los asistentes congregados ante la estatua de Rafael Casanova, icono de los independentistas, y donde los organizadores hicieron en plan mofa una ofrenda floral.

Lo escuchado durante el trayecto lindaba mucho con otras manifestaciones realizadas por organizaciones unionistas recientemente, aunque después el 21-D en las urnas no les dieran los números que tanto ansiaban. En el autobús tabarnés podía leerse: “Se ha acabado la broma. Viva Tabarnia”, mientras ondeaban multitud de rojigualdas, así como también enseñas de Tabarnia y otras pocas, escasas, catalanas. Algunas de las proclamas de los asistentes fueron: “¡Yo soy tabarnés!”, “¡Yo soy español!”, “¡Boadella, president!” o la versión del “¡Que viva España!” de Manolo Escobar. Nada original.

Se corearon igualmente consignas como “Puigdemont, a prisión”, “No son presos, son golpistas” o “Un, dos, tres: que cierren TV3”, que para el caso es el mensaje que en campaña trasladó el PP de Xavier García Albiol, y ya se sabe cómo le fue en los comicios. Irónicamente, usando mensajes comunes en las Diadas soberanistas, al comienzo de la movilización se gritó “libertad”, “fuera las fuerzas de ocupación” o “las calles serán siempre nuestras”. Entre las distintas pancartas se encontraban algunas como “Seny y senyera, Tabarnia se queda”, “Como Casanova, defiendo España” o “Somos y seremos españoles”, y algunas caretas del ínclito y desaparecido Boadella.

El portavoz de la Plataforma por Tabarnia, Jaume Vives, aseguró al inicio del recorrido que “Rafael (Casanova) nos pertenece”, y defendió que el hecho que el soberanismo se referencie en su figura es “la gran demostración de cómo han falseado la historia”. Una vez en la plaza de Sant Jaume, Vives dio paso a los sones del himno de España -sin la letra de Marta Sánchez- para “purificar un poco el ambiente que se respira en esta plaza”, y concluyó el acto instando a los asistentes a “hacerle una butifarra (peineta) al procés que nos quieren imponer”.

En modo irónico, aseguró que la movilización congregó “a dos millones de personas”, por decir un número, y dijo del “presidente de Tabarnia”, Albert Boadella: “Él nos llevará hacia Ítaca”. Cual Ulises. Esta movilización llamaba a “todos los tabarneses, catalanes, españoles y europeos” a “exaltar la fraternidad y el optimismo frente a la búsqueda de la ruptura y la falsa diferenciación”, según rezaba su convocatoria. Al pasar por la comisaría de la Policía Nacional se gritó “Esta es nuestra policía”, pero por si hubiese habido incidentes, quienes les habrían rescatado del entuerto habrían sido los Mossos. El cuento de Tabarnia quedó en apología del españolismo.