Síguenos en redes sociales:

Puigdemont se compromete a aplicar de inmediato la declaración de ruptura

Investido gracias al pacto ‘in extremis’ de Junts pel Sí y la CUP, el nuevo president calca el programa de gobierno de Artur Mas y reconoce que el proceso independentista, por el que se dejará “la piel”, requiere de “mayor base social”

Puigdemont se compromete a aplicar de inmediato la declaración de rupturaEFE

BILBAO - Catalunya cogió el volante de la desconexión y, cuando parecía que la locomotora iba a descarrilar, ayer apretó el acelerador con un escenario a todas luces improbable hace 48 horas. Con los 62 votos favorables de Junts pel Sí y 8 de la CUP -2 abstenciones para remarcar las diferencias-, Carles Puigdemont fue investido nuevo president, el número 130 en la relación histórica, relevando en el cargo a un Artur Mas que decidió apartarse para rescatar al proceso soberanista de su implosión. Comprometido al máximo en la aplicación inmediata de la declaración rupturista, al alcalde de Girona y presidente de la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI) no le dolieron prendas al reconocer que la hoja de ruta que se dispone a llevar a la práctica necesita erigirse en un “proyecto coral” que requiere ampliar su “base social”. “No nos sobra nada -como se ha comprobado a la hora de hacer operativa la mayoría del 27-S-, hemos de ir convenciendo para llegar al estadio final de la mano del mayor número de personas, aunque seamos muchas más que hace cinco años. Podemos iniciar esta etapa con convencimiento y plena legitimidad democrática, pero nos faltan más y todos estamos convocados”, plasmó.

Subió al estrado y lo primero que hizo fue pedir perdón por la lentitud arrastrada en la gestión del mandato que dieron las urnas, un episodio “poco edificante”, antes de reiterar el programa de gobierno que ya presentó el líder de CDC cuando fue rechazado -de quien dijo que “lo tendré a mi lado”-, centrado en iniciar un camino a la secesión “imprescindible”. “El pueblo no falló y no merecía ser enmendado”, subrayó, avanzando a la luz de la declaración del 9-N para iniciar “el proceso de constitución de un Estado independiente sin dilación ni miedo”, negociando con el Estado y estableciendo contactos a nivel europeo e internacional. El plan consiste en desarrollar los proyectos clave conocidos: una Constitución catalana; la Hacienda propia, revistiéndola de marco legal; el Banco Central, que dará “credibilidad” al sistema financiero protegiendo a empresas y ciudadanos; y una Seguridad Social que debe asumir todas las prestaciones propias de un Estado, como las pensiones y el subsidio por desempleo. Rememoró Puigdemont la frase de Mas respecto a que “la Catalunya que queremos hacer tiene que ser un país más justo, equitativo, preparado, culto y saludable”; y aseguró que priorizará el empleo como hizo como regidor empezando cada pleno señalando la cifra de parados. El guiño a la CUP llegó cuando prometió “la protección de los más débiles y vulnerables” con la aplicación del plan de choque social pactado, garantizando la asistencia sanitaria a todo ciudadano; una ley de apoyo a las familias, y combatir los desahucios; amén de proteger la educación catalana; y “esta vez sí” elaborar una ley electoral catalana lo más equitativa posible.

Consciente de que asume un cargo que será “más temporal que nunca” porque “los momentos irrepetibles necesitan liderazgos irrepetibles”, garantizó que se dejará “la piel” pues “no es épocas de cobardes, ni para temerosos, ni para los flojos de piernas, ni para resignarse en la confortabilidad”. Asimismo, y antes de que la oposición censurara el acuerdo porque veía las elecciones como la receta para finiquitar el procés, el president reclamó tener la “máxima dignidad del momento” que atraviesa Catalunya: “La dignidad construye la personalidad como el orgullo tiende a destruirlo. Dejemos el orgullo y cojamos la dignidad”, proclamó echando mano de una cita del fallecido prosista Miquel Pailorí.

Le siguieron los reproches. “Dicen ustedes que es imposible negociar un mejor sistema de financiación, pero que negociarán la independencia. ¿A quién quieren engañar?”, les espetó la líder de Ciutadans, Inés Arrimadas, que le censuró por ocultar la corrupción en el discurso. Miquel Iceta (PSC) reclamó a Puigdemont que gobierne “para el 52% de los catalanes que votaron no a la independencia”, criticando que se haya “subastado” la Presidencia. Para Lluís Rabell, de Catalunya Sí que es Pot, el pacto “tiene como finalidad dar tiempo a que CDC se rehaga” sin perder “los resortes del poder”. Xavier García Albiol, del PP, que intentó que no se celebrara el pleno por vulneración del reglamento al no informar 48 horas antes de su celebración, fue “uno de los días más tristes de la dignidad” de Catalunya. Anna Gabriel (CUP) recordó que la legislatura expirará en 18 meses, plazo para las elecciones constituyentes.