bilbao. Uno de los casos policiales sobre el que más se ha escrito y especulado está a un paso de esclarecerse de forma definitiva. Diecisiete años después de ser secuestrado por un comando de los Grapo, el misterio que ha rodeado durante este tiempo a la desaparición de Publio Cordón se aclaró ayer casi en su totalidad. A falta de localizar el cadáver del empresario aragonés, la detención de tres históricos de la organización armada que presuntamente participaron en su rapto ha servido para poner negro sobre blanco a la hora de explicar el cautiverio y posterior pago del rescate que no acabó con Cordón liberado con vida.

Los 400 millones de pesetas que la familia del presidente de Previasa y del Grupo Hospitalario Quirón pagó un mes después de su secuestro no sirvieron para nada. Publio Cordón llevaba muerto ya dos semanas. Al menos así lo aseguró el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en la rueda de prensa en la que dio cuenta de la operación en la que fueron capturados los históricos de los Grapo Vicente Sarasa, José Antonio Ramón y Manuela Ontanilla, en Cádiz y Sevilla, respectivamente. Los tres están acusados de participar en el secuestro de Cordón, que, tras ser capturado el 27 de junio en Zaragoza cuando salía a practicar footing, fue confinado en una casa de Lyon de la que ya no saldría vivo. "Con la detención de estos tres miembros de los Grapo podemos acreditar que prácticamente, a expensas de que aparezca definitivamente el cadáver, el caso del secuestro de Publio Cordón queda definitivamente esclarecido", aseveró el titular del Interior, que hoy se reunirá con los familiares del empresario aragonés.

El titular del Interior adelantó que la Guardia Civil localizó hace un tiempo en Lyon una vivienda de dos plantas donde estuvo secuestrado el empresario. Ese piso había sido alquilado con documentación falsa por José Antonio Ramón, uno de los detenidos. En la segunda planta de esa vivienda había un armario que hacía las veces de zulo y que estaba cerrado con una cadena en la que estuvo Cordón todo el tiempo que permaneció secuestrado. Todo apunta, según la versión que manejan los investigadores, que el empresario aragonés falleció quince o dieciséis días después de haber sido secuestro por las marcas con palotes que han encontrado dentro del habitáculo, que indicaban las dos semanas. Primero escribió 1SE con siete palotes tachados y luego 2SE con otros siete.

Las investigaciones acreditan que Cordón consiguió romper la cadena del armario e intentó escapar por la ventana. Al descubrirlo, "en la precipitación por huir cayó al suelo y sufrió las heridas que le ocasionarían la muerte", aseveró Fernández Díaz. El ministro confirmó que se sabe que el empresario fue enterrado en el Mont Ventoux y dijo tener la esperanza que las detenciones aporten alguna prueba que ayude a localizar el cuerpo. "La operación sigue abierta. Se va a intensificar la búsqueda del lugar donde fue enterrado", apostilló el ministro del Interior.

mil viviendas registradas No hay duda de que el caso Cordón ha mantenido en vilo a muchos integrantes de las Fuerzas de Seguridad. Un trabajo en el que los investigadores han unido pistas y que, según adelantó la agencia Europa Press, ha contado con la inestimable ayuda de la Policía francesa. El objetivo era localizar la casa de Lyon de la que se tenía referencias, un trabajo que ha motivado que los agentes galos hayan revisado minuciosamente más de mil viviendas en esta localidad de Francia, hasta localizar la vivienda en la que el empresario aragonés estuvo secuestrado entre junio y julio de 1995.

A principios del mes de agosto la familia de Cordón hizo efectivo en París el pago del rescate. 400 millones de pesetas, pero la liberación prometida no llegó. No pidieron ninguna prueba de vida del secuestrado. Según la versión de la organización armada, el empresario fue puesto en libertad el día 17 de ese mismo mes en las proximidades del antiguo estadio de Sarriá de Barcelona. Pasaron las semanas y las noticias seguían sin llegar y sus allegados incluso ofrecieron una elevada recompensa a quien pudiera facilitar datos que condujeran a localizar al empresario (empezaron ofreciendo 15 millones de pesetas y subieron la recompensa hasta los 150-, pero tampoco hubo resultados positivos.

Uno a uno fueron detenidos los grapo con más peso en la organización armada, pero ninguno daba una pista buena sobre el paradero de Cordón. Todo indicaba que estaba muerto y que la banda había decidido cobrar el rescate pese a que éste ya había fallecido. Pero fue el histórico Fernando Silva Sande el que comenzó a desvelar parte del misterio. Desde la cárcel expresó su arrepentimiento a través de dos cartas, en las que decía que quería ayudar a encontrar a Publio Cordón. La Guardia Civil trasladó la confesión al juez de la Audiencia Nacional, Fernando Grande Marlaska.

El activista indicó que el empresario estaba enterrado en el Mont Ventoux. La Guardia Civil inició en noviembre de 2008 la búsqueda del cuerpo de Cordón en la citada zona, pero sin éxito. Sande afirmó que el rehén murió durante su cautiverio, a causa de una caída cuando intentaba escapar, y que él mismo lo enterró en el monte. Publio Cordón tenía un clavo quirúrgico en el hombro izquierdo. Incluso se estuvo rastreando la zona con aparatos detectores de metales, pero no se logró ningún resultado. Ahora, la búsqueda volverá a repetirse.