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Ardanza desvela que hubo 'ruido de sables' tras el atentado de Hipercor

Señala que fue Felipe González quien le trasladó el malestar de parte del Ejército

Ardanza desvela que hubo 'ruido de sables' tras el atentado de HipercorFoto: J. M. Martínez

Bilbao. El atentado de Hipercor, que produjo 21 muertos y casi medio centenar de heridos, significó un antes y un después para ETA. Aunque la organización armada continuó con su actividad otros 25 años -hasta el 20 de octubre de 2011-, lo cierto es que lo sucedido el 19 de junio de 1987 en Barcelona supuso la caída del velo místico que para mucha gente aún rodeaba a la banda. Un cuarto de siglo después de aquel atentado, el lehendakari José Antonio Ardanza desveló ayer en una entrevista concedida a la radio catalana RAC-1 que una parte del Ejército español, y transcurridos seis años de la intentona golpista protagonizada por Tejero y Milans del Bosch, pensó en que quizá había llegado el momento de "tomar medidas".

"Los militares fueron tomando conciencia de que podía ser un momento adecuado para tomar medidas. Estábamos con una sociedad que se estaba revelando y con un Gobierno que no estaba siendo muy eficaz en su capacidad de atajar todas estas barbaridades, por lo que empezaron a pensar si no había llegado el momento de poner orden", manifestó. Ardanza señaló en la entrevista que fue el entonces presidente del Gobierno español, Felipe González, quien le trasladó el malestar que había en una buena parte del ejército por los atentados de la organización armada. "Todo esto me lo cuenta Felipe [González]. Muy preocupado. Además", asegura. Para Ardanza, la masacre de Hipercor generó una "reacción brutal hasta en los más ilusos que podían pensar que ETA seguía manteniendo una cierta imagen mítica de los tiempos de la dictadura".

Reacción En la entrevista, el lehendakari recordó que 1986 había sido un año muy sangriento en el que, entre otros, se produjo el atentado de la Plaza de la República Argentina en Madrid en el que murieron doce agentes de la Guardia Civil. También durante esos meses se produjo el atentado contra el gobernador militar de Gipuzkoa, en el que además del propio gobernador, murieron su mujer y uno de sus hijos.

Por todo ello, resultaba evidente que existía ese malestar por una parte de los militares que trasladaban su estado de ánimo al presidente del Gobierno español, Felipe González, quien, a su vez, se lo trasmitía al lehendakari Ardanza. Si en junio de 1987 se produjo la masacre de Hipercor, ese año finalizó con otro atentado que, por su magnitud, hizo de nuevo estremecer a la sociedad. El 11 de diciembre de 1987 estallaba un coche-bomba junto al cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza, que produjo doce muertos entre agentes y familiares de los guardias civiles.

Tal como señalaba ayer Ardanza en su entrevista en la RAC-1: "Algo había que hacer. Teníamos que hacer algo". Y ese algo llegó en enero de 1988 con la constitución de la Mesa de Ajuria Enea. En concreto, el 12 de enero de 1988 se firmaba el Acuerdo para la Normalización y Pacificación de Euskadi, un pacto que fue suscrito por PNV, PSE, Euskadiko Ezkerra, Eusko Alkartasuna, Alianza Popular y Centro Democrático y Social.

Aunque la organización armada mantuvo su actividad hasta el pasado año, tanto el atentado de Hipercor como la posterior constitución de la Mesa de Ajuria Enea supuso un antes y un después en la actividad de la organización armada, sobre todo en el apoyo social que había recibido hasta entonces la banda.