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HAN puesto en marcha sus negocios a base de esfuerzo. Uno lo hace con sus propias manos, y las otras dos con el ordenador como herramienta. Pero todos dan los primeros pasos en sus negocios al cobijo del centro de innovación de Lea Artibai, situado en Markina-Xemein. En el mismo lugar donde hace casi noventa años surgió una fábrica de armas, llamada Esperanza y Cia., ahora un renovado edificio ha supuesto un punto de partida para ocho nuevas esperanzas. Son las ilusiones que otros tantos emprendedores tienen puestas en que sus nacientes empresas no se queden en el camino. Las piezas de cerámica de Pedro Viteri o los trabajos de diseño gráfico de la empresa SK8 son dos de los ocho pequeños negocios que en la actualidad tutela Azaro Fundazioa, entidad creada en 2002, con Lea Artibai Ikastetxea como germen.
A este centro han ido a parar 1,5 millones de euros de los presupuestos del Estado del presente año, pero en anteriores ejercicios llegaron partidas más cuantiosas. "Ya tenemos previsto a qué destinaremos esa nueva ayuda", dictan rápidamente desde la institución. Estará dirigida a un plan estratégico para la ayuda en la diversificación de las empresas de la zona, sobre todo en el ámbito de la salud.
Lo que comenzó como "una forma de echar una mano a los amigos cuando necesitaban un diseño en las camisetas, carteles o logotipos durante dos años" pasó a ser su negocio a finales de 2010. Corría el mes de diciembre y SK8 abría sus puertas en el piso tercero del polo de innovación de Markina-Xemein. Ocupó una de las 13 plazas con las que cuentan aquellos que deseen poner en marcha un negocio en la comarca, en unas instalaciones cuyo alquiler es mucho más bajo que en cualquier bajo de los municipios de alrededor. "No empezamos de cero", advierten sus impulsoras, pero tampoco ocultan que la inexperiencia puede llegar a jugar malas pasadas. "Ahora andamos haciendo labor comercial", señalan. "Desde las diez de la mañana visitamos tiendas, empresas, entidades... debemos llegar a todo aquel cliente potencial". Ahí entra el asesoramiento de Azaro Fundazioa, que se encarga de marcar el rumbo de estos emprendedores desde que arriban a su oficina con la idea hasta la consolidación de su negocio. "Y ahí vamos, poco a poco, haciendo realidad nuestro proyecto", señala Cristina Mesas, que acompaña en esta aventura a Sandra Hernández. Compañeras de estudios en Salamanca, siempre tuvieron en mente montar esta empresa de diseño gráfico, fotografía y animación gráfica.
También sabía sobre qué terreno se movía Pedro Viteri, un gasteiztarra afincado en Lekeitio que cumple a rajatabla una de las máximas de los emprendedores. Moldea su futuro a fuego al igual que lo hacen las piezas de cerámica artesanal que mete en los hornos de su empresa. "Estuve en un taller en Lekeitio, pero me venía mejor estar aquí". La razón: la ayuda que le presta la entidad comarcal, sumada al bajo coste del alquiler del pabellón en el que podrá permanecer entre tres y cinco años. "Son de gran ayuda, nos han dado un gran impulso para poner en marcha nuestra empresa", explica, "pero más importante resulta que muestran el panorama al que se enfrentan a aquellos que quieren emprender. Antes de poner en marcha cualquier negocio, examinan la situación a la que te enfrentas con un plan de viabilidad que debes elaborar tú. Y eso te abre los ojos".
Ahora, Viteri anda enfrascado en las clases que ofrece a los que quieren iniciarse en la cerámica. "No hay tanta venta, así que hay que dedicarse a otras cosas", relata. Pero tanto SK8 como el artesano no dudan de que, pese a las dificultades que les toca padecer a aquellos que como ellos ponen en marcha una nueva actividad empresarial, sea del nivel y del sector que sea, la ayuda de Azaro se antoja fundamental. Y tampoco dudan de que el modelo implantado en la comarca vizcaina podría ser de gran ayuda para los emprendedores que pudieran surgir.
Porque en Lea Artibai siempre ha habido emprendedores. Y los sigue habiendo. Pese a la crisis económica y a su ubicación fuera del eje de Bizkaia. Lo sabe Azaro Fundazioa, que trabaja codo con codo con la Agencia Comarcal de Desarrollo o Leartiker -la marca para promover la tecnología y la investigación de Lea Artibai Ikastetxea-, que en 2012 cumplirá diez años fortaleciendo el tejido empresarial, impulsándolo en todo su ámbito.
"Desde las empresas pequeñas que necesitan ayuda para continuar con su actividad a las más grandes que deben diversificar o salir al extranjero, que también las hay", señalan sus responsables. Ejemplo de ello son grandes cooperativas como Cikautxo o EIKA. Sin embargo, también operan en detectar nuevos sectores y oportunidades de negocio, mejorar la competitividad de las empresas, impulsar la cultura emprendedora, organizar talleres de formación, ofrecer servicios de consultoría o asesorar en procesos de innovación.
objetivo, el empleo "Colaboramos activamente en que la comarca mantenga su nivel de empleo, o si se puede, mejore esas cifras", añaden. Ese es el objetivo que poco a poco van cumpliendo desde Azaro Fundazioa, un hito marcado en el ambicioso proyecto Esperanza 2013, ideado hace ya cinco años. Su implicación se esboza en una cifra cuantitativa: "hemos impulsado la creación de una veintena de proyectos, de los que seis serían de carácter innovador. El éxito de cada uno de ellos está siendo diferente, pero con esfuerzo y trabajo vamos cumpliendo los objetivos prefijados", indican desde un equipo de trabajo que cuenta con 13 profesionales. Todos los días tienen un lema en euskara bien visible frente a sus mesas de trabajo: Lea Artibai eskualdearen garapenaz konprometiturik. Comprometidos con el desarrollo de la comarca de Lea Artibai. Y ese reto cualitativo al que hacen frente también se está cumpliendo.