gernika-lumo. George Barton Steer (Londres, 1940) y Joseba Agirre (París, 1938) estrechan sus manos y se emocionan con los actos de conmemoración por el sangriento 26 de abril de 1937. Beben el mismo agua durante la entrevista, como sus padres compartieron amistad en plena Guerra Civil.

¿Qué supone para usted, George, volver a visitar el busto que hay en Gernika en honor a su padre o la calle que tiene en su nombre en Atxuri?

GEORGE BARTON STEER: Es muy emotivo para mí, porque nunca llegué a conocer a mi padre. El hecho de encontrar que sea recordado tan intensamente hoy en día lo encuentro maravilloso. Como decía, muy emotivo y muy importante por los valores que representa para mí, en los que él creía.

JOSEBA AGIRRE: Murió cuando él tenía tres años, en Birmania…

Perdone, el biógrafo de George Lowter Steer, Nicholas Rakin, ha solicitado a través de DEIA que se deje de decir que ocurrió en Birmania, que fue en India, aunque libros editados en Euskadi o la misma Wikipedia mantienen el dato erróneo.

J.A.: Ah, ¿sí?

G.B.S.: Sí. Mi padre murió en India, en Bengala.

Rankin lo localiza en Fagu.

G.B.S.: Así es. Murió cerca de Sikkim. Fue el día de Navidad de 1944, entre Nepal y Bután. Al sur de Sikkim está la zona en la que él, entonces militar británico, tenía su regimiento.

Cuando falleció portaba un reloj que le regaló el lehendakari Aguirre. ¿Cómo murió?

G.B.S.: Iba conduciendo un jeep. Él se dirigía del campo base a otro. Estaban a dos alturas, a modo de campos de té en las faldas del Himalaya. Iba al de arriba a desear a sus compañeros feliz Navidad. Mi padre era muy impaciente y condujo el vehículo demasiado rápido. Esa es mi opinión personal. Iban demasiados en el Jeep mientras conducía por un camino muy accidentado. En ese momento, el eje trasero se rompió y cuatro de ellos murieron, entre ellos mi padre. Condujo él porque el chófer ese día no estaba. Dieron vueltas y murió. Fue una locura, aunque estas cosas ocurren.

¿Le emociona que Bizkaia recuerde la figura de su padre? A juicio de Rankin, en Gran Bretaña se está olvidando.

G.B.S.: Murió el 25 de diciembre de 1944 y la guerra continuó hasta 1945. Ocurrieron sucesos tan importantes… Debemos recordar que el imperio tenía a tres millones de personas repartidas por todo el mundo. Fue un esfuerzo colosal. Muchas cosas de aquellas se olvidaron.

J.A.: Además, para los ingleses Gernika no representa nada.

Pero participó en numerosos escenarios bélicos internacionales…

J.A.: Pero murió…

George, ¿cree que la muerte le precipitó al olvido?

G.B.S.: Sí, estimo justo lo que dices. Si hubiera vivido, hubiera sido una persona muy activa. Fue enormemente respetado por sus contemporáneos. No siempre estaban de acuerdo con él, pero le respetaban.

¿La familia reivindica su figura en el Reino Unido?

G.B.S.: Yo no pertenezco a su mundo. En absoluto soy un hombre de relaciones públicas.

Reside, como inversor, en Hong Kong.

G.B.S.: En China. Mi padre para los estudiantes ingleses que investigan la Guerra Civil española es un autor de consulta. Y de forma irónica diré que quienes le conocen bien son los italianos, contra los que se posicionó. Ellos, después de la guerra en Abisinia, utilizaron un libro suyo, aunque no llevaba su firma, en la instrucción militar. Él es recordado en su especialidad.

Los prestigiosos historiadores Paul Preston y Nick Rankin sí 'luchan' porque los suyos le recuerden.

G.B.S. Gracias a ellos su nombre ha resucitado.

J.A.: Gracias a ellos, se ha publicado allí la segunda edición de El árbol de Gernika, con todos los permisos.

¿Usted hace referencia a ediciones como la de una reconocida editorial en Euskadi?

J.A.: ¡A eso no hay derecho! Mira, ahora se va a publicar el libro en portugués, en Brasil por una buena editorial, con todos los permisos solicitados y cumplidos. Pero una editorial vasca no pidió a la familia de Steer ningún permiso y obtuvo el prólogo de Paul Preston sin saber este que la editorial fusiló el original, como también hizo con las memorias de mi padre. Las memorias de mi padre, como Dios manda, las ha escrito Iñaki Goiogana. Eso sí es un buen trabajo.

Usted llegó a llamarles "piratas intelectuales".

J.A.: Y lo mantengo. Eso lo he dicho yo. ¿Tú qué opinas, George?

(El hijo de Steer hace un gesto con la mano y declina responder).

J.A.: Este otro… también fusiló parte del libro, incluso, la portada de Rankin.

¿Se refiere a algún escritor vasco que escribió en euskera una obra sobre George L. Steer, el periodista que informó sobre Gernika?

J.A.: Sí. Aquí vino un día de conmemoración del bombardeo diciendo: "espero que te guste". Pero, así no se hacen las cosas. ¡Eso es puro marxismo! Steer se posicionó contra la Italia de Mussolini, la España de Franco, la Alemania de Hitler, la Rusia de Stalin y el Japón de Hiroito. A esa editorial le molesta lo de Stalin. Y vayamos al grano…

¿A qué se refiere?

J.A.: (Aguirre se dirige a Steer) ¿Fue tu padre espía? (Le pregunta queriendo dar por concluida una polémica entre diferentes historiadores y escritores surgida al respecto en DEIA).

G.B.S.: No. No fue un espía, pero hay confusión. Fue soldado militar a partir de 1941. En su aspecto externo era un soldado de la Inteligencia británica, lo que no significa que fuera espía. Era un servicio militar funcional y abierto. Estuvo, de hecho, trabajando en las Operaciones Especiales.

J.A.: ¡Pero eso no era espionaje! Si Steer hubiera sido un espía no hubiera tenido un expediente como el que tenía.

G.B.S.: Lo que se sabe es que mantuvo conversaciones con Thomson -miembro de los servicios secretos-. Ese sí hacía espionaje. Thomson le entrevistó, pero no para reclutarle.

J.A.: Tú, que estás en el mundo de la información, si te viene un libio a preguntar algo, tú decides si le das la información o no, pero, ¿eso es espionaje? ¡Hombre! ¡Por favor!

G.B.S.: Todos los servicios de espionaje hablan con periodistas. Normal. Y eso le ocurrió a mi padre en 1937. Luego, más tarde, entró en una organización especial militar. En 1937 no existía esa organización militar. Se creó en la Segunda Guerra Mundial.

Joseba, ¿animará a Steer a apoyar la iniciativa de recogida de firmas para que el cuadro 'Guernica' recale en la villa foral?

J.A.: ¡Por supuesto!

George, ¿se compromete a secundar la iniciativa?

J.A.: ¿Te comprometes? Se hace por Internet.

G.B.S.: Así lo haré. Lo apoyo.