MADRID. El exjefe militar de ETA Javier García Gaztelu, Txapote, volvió ayer a mostrar su peor perfil ante el tribunal que lo juzgaba por el asesinato de los guardias civiles Irene Fernández y José Ángel de Jesús Encinas en Sallent de Gállego (Huesca) el 20 de agosto de 2000. García Gaztelu aprovechó su breve alegato ante el juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez para lanzar un mensaje al sector duro de la izquierda abertzale ilegalizada y la organización armada al entonar la expresión Jo ta ke Independentzia lortu arte.
Tras este pronunciamiento, el presidente del tribunal le advirtió de que "cualquier otra manifestación política" que no tuviera que ver con el objeto del juicio conllevaría la expulsión de la sala. El juez pidió en repetidas ocasiones a Txapote que guardara silencio en el transcurso de la vista oral.
El exjefe de comandos de ETA tildó el juicio de "teatro" y, al igual que los también acusados Asier Arzalluz Goñi y Aitor Agirrebarrena Beldarrain, permaneció sentado de brazos cruzados y se negó a intervenir en la vista oral.
El fiscal pide 75 años de cárcel para los tres miembros del comando Totto por dos delitos de asesinato terrorista -castigados con sendas penas de 30 años de prisión- y otro de estragos -por el que reclama otros 15 años- y solicita que indemnicen a cada una de las familias de las víctimas con 500.000 euros.
Al término de la vista, 'Txapote' protagonizó un enfrentamiento con los policías que custodiaban a los acusados en la sala. Después de que intentara acercarse a Asier Arzalluz, un agente intercedió para separarles, a lo que Txapote respondió con amenazas.
Esta escena provocó la indignación de los familiares de las víctimas que se encontraban entre el público, y que calificaron de "basura" al exdirigente de la banda . "El juicio no es más duro de lo que nos han hecho", manifestó la madre de la guardia civil fallecida.