Los GAL vuelven ante las cámaras

Un hilo nuevo del que tirar. La viuda de Juan Carlos García Goena ha encontrado una puerta entreabierta para llevar el asesinato de su marido ante los tribunales. Fue el último atentado de los denominados Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), aunque nadie lo reivindicó.

García Goena no tenía ninguna vinculación con el entorno de Batasuna ni con ETA. Siete años antes de sus asesinato se había negado a hacer el servicio militar y se marchó a Iparralde. Se quedó a residir allí con Laura Martín, su compañera. La madrugada del 24 de julio de 1987 colocaron una bomba lapa bajo su coche y ahí acabaron sus días. Comenzó entonces un simulacro de investigación que terminó con la detención de varios mercenarios. El GAL reivindicó el atentado y la Audiencia Nacional procesó al entonces subcomisario José Amedo y al inspector Michel Domínguez. El caso no se aclaró ya que, aunque los dos policías fueron condenados a más de cien años por acciones relacionados con el grupo parapolicial, fueron absueltos por este crimen.

Laura Martin y su hija mayor han anunciado que pedirán al juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz la reapertura del sumario por el asesinato de García Goena. Su esperanza ha reverdecido tras conocerse que un fotógrafo de Hendaia identificado como Patxi A. -natural de Irun y cuyo actual paradero se desconoce- realizó en 1985 una fotografía de la familia del objetor para enviar una felicitación de navidad a los abuelos. Posteriormente entregó una copia de la instantánea a un grupo de mercenarios, asegurando que García Goena era miembro de ETA.

La revelación del diario El Mundo señala a Patxi A. como fotógrafo de la Photo Galaxie, un estudio situado en la calle Comercio de la localidad labortana actualmente extinguido.

La nueva pista ha dado a la familia de la víctima a dar un nuevo impulso a su empeño por sentar en el banquillo a los autores del crimen. Estarán representados por Javier Gómez de Liaño -fue el juez que dirigió la instrucción del caso Lasa y Zabala- y por dos de los fiscales que investigaron la guerra sucia: Ignacio Gordillo y María Dolores Márquez de Pardo.

Los letrados de Laura Martín fundamentarán su defensa sobre la premisa de que la causa no ha prescrito, a pesar de los 23 años que han transcurrido desde el asesinato. En este sentido, argumentan que el sumario no se cerró provisionalmente hasta septiembre de 2001.

La viuda de García Goena insiste en exigir un reconocimiento público de su responsabilidad en los GAL a Felipe González, José Barrionuevo y Rafael Vera. Con anterioridad a conocerse esta nueva pista, Laura Martín remitió en noviembre sendos escritos a Conde Pumpido pidiéndole la apertura de esa investigación después de que González declarara que pudo haber ordenado "volar" en Francia a la cúpula de ETA, pero no lo hizo, y aún hoy duda de si actuó correctamente.

Los GAL fueron un grupo parapolicial creado y dirigido por, según diferentes sentencias judiciales, altos funcionarios para luchar contra la guerra sucia contra ETA y su entorno político. En sus cuatro años de historia, -su primer asesinato fue en 1983, con el secuestro y posterior asesinato de Lasa y Zabala; y el último en 1987 con la muerte de García Goena- este grupo cometió más de treinta acciones terroristas, matando e hiriendo a cerca de sesenta personas.