La noche americana
Etxaniz desentraña la trayectoria de los manistas que actúan en semifinales
Cuando el foco ilumina los cuadros alegres, el filtro se oscurece o se aclara a petición del director de fotografía. Las sensaciones varían bajo la batuta de los espectadores, de las representaciones y de la iluminación exterior e interior. Ocurre que la noche americana, técnica cinematográfica que disfraza el día de noche y convierte el sol en luna con una cristal tintado que sustituye los rayos del astro rey, transmuta la verdad latente para dar una sensación de nocturnidad ficticia. De oscuridad simulada. De elaboración fingida. Sucede que en los cuadros del frontón, durante las actuaciones en las que el foco se difumina, se erigen los mejores pelotaris. Abundantes en el golpeo y valientes en el esfuerzo. De esta manera, las parejas destacadas comenzarán el acecho a la txapela bajo el cielo estrellado con el foco cambiado.
"Todos llegan bien a las semifinales, algunos empezaron más finos desde el principio y otros han ido de menos a más", señala Jokin Etxaniz, desde la atalaya que le otorga ser director técnico de Aspe. Anclados en esa noche americana, de irregularidad y filtro cambiado, se encuentra la pareja formada por Sebástien Gonzalez y Aritz Laskurain. "Han ido de forma más irregular, con la victoria del domingo ante Aimar y Oier han conseguido un golpe moral importante y son una pareja muy peligrosa", añade. Remontándose a los primeros duelos hay que recordar la falta de pegamento que cincelaba a los de Aspe. Al de Azkaine le costó acomodarse a su pareja. "Se lo jugaban todo el domingo y sacaron adelante un partido que empezaron muy bien, aunque luego se les complicó. Laskurain hizo un gran duelo y Sebástien dejó algunos detalles de la calidad que atesora. El duelo ante Aimar y Oier tiene que servir para hacer balance. Sobre todo, la primera parte del choque, en la que estuvieron impresionantes. Tienen que seguir por esa línea". En dicha mejoría ha tenido gran culpa el zaguero. "Aritz ya sabía que si quería ganar el partido tenía que marcar las diferencias y lo hizo", comenta. Asimismo, el trabajo con las dos manos fue impresionante.
En el Labrit de Iruñea, el sábado, Juan Martínez de Irujo y Mikel Beroiz lucharán por su primera victoria en la liguilla de semifinales. La final es un objetivo muy goloso. "Han sido los más regulares y los que más han ganado", sostiene Jokin. El de Huarte, al que quizá se le esperaba bisoñez, ha demostrado sus cualidades, entre ellas, la paciencia y la madurez. "Es un pelotari rocoso con dos buenas manos, que sabe sufrir en la cancha, que sabe aguantar. En algunos partidos ha estado a un nivel más irregular, también causado por los nervios", desgrana el técnico. En un manto rojo se acomoda su compañero, del cual no se ha podido apreciar su mejor nivel. "Aun así, Irujo es Irujo, aunque no esté al cien por cien es un manista que marca las diferencias. El de Ibero, sin estar a tope, es un pelotari enorme", remienda Etxaniz.
El fotograma negativo Sorpresa también ha supuesto la iluminada aparición de Aitor Zubieta. En el fotograma negativo que supuso su lesión de rodilla se encontraba un gran manista, que aún no había explotado su potencial entre las sombras. "Durante estos años ha tenido momentos muy buenos, pero otros en los que ha bajado su rendimiento", dice Etxaniz. En ese filtro difuso "su mayor virtud se ha convertido en su regularidad", a sabiendas el de la promotora eibarresa. Su compañero en los cuadros alegres, Yves Xala arreciado por las dudas transformó sus noches por días. "Ha ido de menos a más".
Este dúo irá al territorio de Titín III para buscar una ansiada final. El de Tricio también ha cambiado. Su verano fue malo. Los días demasiado largos quemaron su fotografía. "Con el físico que ha obtenido defiende más y ataca mejor. Es el Titín competitivo que todos conocemos", agrega Etxaniz. "Iñigo Pascual al nivel que está abre hueco y hace que su compañero goce", finaliza. Solamente cabe esperar que la noche americana no nuble la pelea por la txapela.