Adiós a la diplomacia
Laskurain, agresivo, guía a Gonzalez a semifinales tras liquidar a Aimar y a Oier
Duración 87 minutos.
Saques 1 saque y dos faltas de Gonzalez.
Pelotazos Se cruzaron 672 pelotazos a buena.
Tantos en juego 6 de Olaizola II, 5 de Gonzalez y 3 de Laskurain.
Errores 7 de Olaizola II, 3 de Gonzalez, 6 de Mendizabal II y 8 de Laskurain.
Marcador 0-1, 1-1, 1-3, 3-5, 3-13, 5-15, 7-15, 8-16, 16-16, 16-18, 18-18, 19-20, 21-21, 21-22.
Botilleros José Ángel Balanza, Gorostiza, aconsejó a Aimar Olaizola y Oier Mendizabal, mientras que Martín Alustiza dirigió a Gonzalez y Laskurain.
Incidencias Muy buena entrada en el Astelena de Eibar. El dinero salió 100 a 30 a favor de Olaizola II y Mendizabal II.
eibar. Días antes de que la La Catedral abriera las puertas para el solemne acto dominical, el duelo sin retorno, en el que se repartía el último pasaje para semifinales, los móviles de Gonzalez y Laskurain chispeaban de tanto uso, de tanta comunicación, a punto del agotamiento las baterías de litio, durante la semana. Humeaban los ánimos entre ambos, que se conjuraron colgados de los celulares. A Sebástien le extrañó el mensaje corajudo, vigoroso al extremo de Aritz, sus constantes arengas, su determinación, su mutación, su Mr. Hyde, desconocido en lo más profundo de su alma hasta ayer. "No había visto antes así a Lasku, nunca. Se le veía agresivo, con muchas ganas de jugar", argumentaba Sebástien después de la épica batalla que les situó en la liguilla de semifinales del Parejas tras tumbar por un centímetro a Olaizola II y Mendizabal II, que se quedaron en la cuneta, en el Astelena de Eibar.
El de Soraluze, un manista que dignificaría la profesión de cualquier embajador, lo más cercano a un héroe sin tacha, se transfiguró para ganar en competitividad, en empuje y mordida después de un torneo en el que ha tirado demasiado del freno de mano por el miedo a fallar. Enterró semejante corsé Laskurain para que asomase, musculado, su perfil salvaje, el que le elevó a cotas inopinadas. Valiente, alzó la voz y dio un golpe de autoridad sobre la mesa que hizo tambalear la propuesta de Aimar y Mendizabal II, desenfocados y superados. Dijo adiós Aritz a la diplomacia en el momento exacto, en el de verdad. Aparcadas las palabras, apostó por los hechos. "En el último tanto le he soltado a cada pelota, si me salía, bien, y si no, para casa. Lo tenía claro". Se iluminó Laskurain tras completar un ejercicio de autocrítica en días pasados, una vez comprobado "que sólo llevando a buena la pelota no se puede ganar a Aimar y Oier". Lidera Aritz la clasificación del buen comportamiento, pero eso no computa para ganar partidos.
Lo sabía Aritz e hizo partícipe de su propuesta a Gonzalez. Aquellas charlas telefónicas que unieron a la alianza -"hemos llegado en el mejor momento como pareja", subrayaba Laskurain- las pusieron en práctica desde el inicio cuando despellejaron a Olaizola II y Mendizabal II a base de martillear la zaga. Percutieron, incansables, el azkaindarra y un embravecido Laskurain, cuyo despliegue, igual de sorpresivo que dañino para los intereses de Aimar y Oier, resultó inapelable. Gozó de cada pelotazo Aritz y se encumbró, bien acompañado por Gonzalez, que dejó que su zaguero le guiara con criterio y evitó la tentación de enredarse. Con semejante despliegue, que retrataba las penurias de Oier, agobiado por la asfixiante presión a la que le sometieron ambos, y la ausencia de filo en el remate del goizuetarra, alejadísimo de su mejor versión, Sebástien y Laskurain alcanzaron una renta extraordinaria: 15-5 .
Cuando la capitulación parecía un asunto temporal, la inmaculada hoja de servicios de Gonzalez y Laskurain se fue marchitando con varios errores y con el acierto de Aimar, que engrasó su maquinaria, y el duelo entró en lo intestinal tras enlanzar Aimar y Oier un parcial de 11-1 para dejar el duelo en tablas: 16-16. Se convirtió el duelo en un asunto de pura supervivencia en el que tantos y fallos se abrazaban sin resuello. Incluso los jueces se sumaron con el 19-21 cuando dieron falta a un pelotazo limpio de Laskurain. Desembocó la clasificación a un tanto y Ariz cruzó un pelotazo para gritar su éxito olvidada la diplomacia.