Carlos Alcaraz afronta desde mañana uno de los mayores honores que hay en el mundo del deporte. El tenista murciano sale como campeón defensor en Wimbledon en busca de algo que solo cuatro jugadores, con más edad que él, han conseguido en la Era Open, encadenar victorias en los Grand Slams de la tierra y la hierba, en París y en Londres: Bjorn Borg, Rafa Nadal, Roger Federer y Novak Djokovic. Y como es tradición debutará en el primer lunes del torneo ante el estonio Mark Lajal, un jugador que no debería darle problemas. Sin embargo, Alcaraz sabe de sobra que tiene que estar “muy concentrado y alejarme de las emociones”.
Su objetivo lo expresó muy claro ante los medios especializados tras uno de sus entrenamientos en las pista del All England Club. “Estoy aquí para lograr el mismo resultado del año pasado”, aseguró. “Siempre es especial estar aquí, es aún más especial ser el campeón defensor, pero estoy tratando de no pensar demasiado en ello”, añadió. El año pasado Alcaraz llegó a Wimbledon tras imponerse en Queen’s y ahora se presenta tras caer en el torneo londinense ante Jack Draper. El tenista de El no mostró preocupación ya que “he podido entrenarme con buenos rivales y no he perdido el ritmo. Cada día me siento mejor”. Además, el brazo no le ha dado problemas, algo que ya quedó claro en Roland Garros.
Alcaraz va por la parte del cuadro de Jannick Sinner, por lo que otro capítulo de esa rivalidad de nuevo cuño solo podría darse en semifinales, como ocurrió en París. El italiano, desde hace unas semanas número 1 del mundo, persigue su segundo Grand Slam del año y presenta el aval de su victoria en Halle para defender su candidatura. “Creo que una de mis mayores áreas de mejora ha sido mi capacidad para encontrar la red, es decir, para poder finalizar puntos con la volea más a menudo. Quiero tratar de aprovechar cada oportunidad de subir a la red”, afirma como claves para brillar en la siempre exigente superficie de hierba.
En el otro lado del cuadro, viaja Novak Djokovic, cuyo rendimiento es aún una incógnita. El serbio se lesionó el menisco en los cuartos de final de Roland Garros y pasó por el quirófano para tratar de recuperarse a tiempo de competir en Wimbledon. De momento, jugó el viernes una exhibición ante Daniil Medvedev con la articulación muy bien protegida y con buenas sensaciones. “He jugado sin dolor y ha sido un gran test estar con los mejores del mundo. He entrenado bien en los últimos días. Quería salir hoy, probar mi rodilla, moverme y agacharme en los golpes. El test ha sido un éxito, ha ido muy bien”, comentó el serbio, que quiere ir “día a día” para conocer si su cuerpo le permitirá repetir final ante Alcaraz y alcanzar su vigésimoquinto Grand Slam.
Como en todos los grandes, hay que apuntar a otro serie de aspirantes en un torneo al que, al margen de Rafa Nadal, faltarán Andy Murray, Nick Kyrgios o Milos Raonic, que ya saben lo que es pisar las rondas finales o incluso ganar, como es el caso del inglés, que apura sus últimas gotas de tenis. Medvedev, Rublev, Ruud, Tsitsipas, Rune, vuelven a tener otra oportunidad en un Grand Slam en el que pueden destacar tipos como Hurkacz, Draper o Shelton que tienen en el saque un arma de gran nivel. Pero un nombre sobre todos aparece como una gran amenaza. Las lesiones han mantenido tapado a Matteo Berrettini, finalista hace tres años, que podría verse con su compatriota Sinner en segunda ronda en un duelo que, tan pronto, no apetecerá a ninguno de los dos.
Imitar a Serena
En el torneo femenino, nadie repite título desde que lo lograra Serena Williams en 2016. Marketa Vondrousova es la actual campeona, pero su temporada no está siendo buena y eso abre la puerta a Swiatek, Sabalenka o Gauff, que vienen dominando el circuito en los últimos años, pero no han ganado en Wimbledon aún. Jessica Pegula, de vuelta tras una lesión que le impidió jugar en París, también tiene sus opciones.