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Javier Gómez: “Por muchas carreras que gane, no me voy a cansar de ganar”

Javier Gómez Noya es una de las leyendas del triatlón mundial y este curso aspira a dar el salto a la larga distancia, con el Ironman de Hawái como objetivo

Javier Gómez: “Por muchas carreras que gane, no me voy a cansar de ganar”

Basauri - Con los primeros rayos de sol, varios corredores salen al asfalto bilbaino para realizar su entrenamiento matutino. Entre ellos estuvo ayer Javier Gómez Noya (Basilea, 1983). El medallista olímpico aprovechó su visita a Bizkaia para realizar una sesión de carrera continua por las inmediaciones del Guggenheim antes de acudir a un compromiso con la planta de Bridgestone en Basauri.

Está considerado como un ídolo en el mundo del deporte.

-No llegamos a esos niveles (risas). Pero afortunadamente mi deporte va creciendo y cada vez hay más gente que ve lo que hago y me sigue. Eso siempre es bueno.

¿Cómo era practicar el triatlón cuando empezó?

-Antes casi te daba vergüenza andar corriendo por ahí en bañador, era una cosa que no estaba muy bien vista y ahora te da un estatus. Es como algo cool hacer triatlón. He podido ser consciente del crecimiento que ha tenido el deporte en estos años y para mí, como triatleta, es un placer ver que cada vez hay más pruebas y más gente que lo practica. Es difícil hacerse hueco con otros deportes, pero vamos creciendo poco a poco.

Consciente del crecimiento y también protagonista.

-Creo que habré aportado mi granito de arena, pero también otros grandes deportistas que hemos tenido y tenemos en España. Es cuestión de todos y del propio deporte en sí, que permite practicar tres disciplinas tan diferentes. Eso es lo que motiva y anima a la gente a hacer triatlón.

Su carrera estuvo a punto de truncarse por una anomalía cardiaca que le dejó sin competir.

-Así es. Hubo problemas con la licencia al principio de mi carrera. No podía competir a nivel internacional, pero seguía haciendo carreras y entrenando. Fueron años en los que aprendí mucho. Fue complicado y lo pasé mal, pero como en casi todas las cosas, cuando las superas, te haces más fuerte. Me valió para el futuro.

Fue su primer gran obstáculo, pero no el único en su trayectoria.

-En la carrera de cualquier deportista siempre hay obstáculos de mayor o menor medida. Nadie tiene un camino de rosas y la clave está en superar esos obstáculos. Cuando todo parece complicado, se puede salir. En mi caso tuve el tema de la retirada de la licencia, cuando me rompí el codo antes de los Juegos de Río? Varapalos duros que he tenido que superar.

¿Qué siente al repasar su palmarés?

-Que algo habré hecho bien. Estoy muy contento de mi trayectoria y orgulloso de lo logrado. No ha sido fácil, ha habido muchos momentos complicados durante el camino, pero haber llegado a lo más alto en mi deporte es el objetivo último, como el de cualquier deportista que aspira a hacerlo bien en su disciplina.

¿Algún triunfo con especial cariño?

-Uno que quizás no sea tan importante pero que marcó un punto de inflexión en mi carrera fue cuando gané el Campeonato del Mundo Sub’23 en Nueva Zelanda, en 2003. Me hizo ver que podía tener un futuro en este deporte y aspirar a metas más importantes. A partir de ahí fui profesional. Luego, también está el Campeonato del Mundo de 2013 y el sprint con Jonathan Brownlee. Fue una carrera intensa y, tras ocho pruebas a lo largo del mundo, todo el Mundial se decidió en el sprint final y lo gané.

También tiene premios fuera de las carreras, como el Premio Princesa de Asturias de los Deportes de 2016.

-Fue un gran premio para mi deporte. Que un triatleta haya ganado un premio tan importante y con tanta relevancia a nivel mundial, fue muy bonito y pasé una semana muy emocionante en Oviedo.

¿Cuál es su motivación para seguir entrenando día a día después de haberlo ganado todo?

-A mí lo que me gusta es mi estilo de vida, tratar de mejorar y buscar metas. Por muchas carreras que gane, no me voy a cansar de ganar, ni mucho menos. Sigo motivado, con ganas y el cuerpo afortunadamente responde.

El ansia de victoria está lejos de ser saciada.

-Me cansaría de perder. Ganar siempre es bienvenido y es lo que me alimenta. Cuando logro buenos resultados, es la recompensa a mucho trabajo. Si haces todo ese esfuerzo y los resultados no llegan, es cuando puedes dudar y lo acabas dejando.

¿Qué retos se ha marcado para esta temporada?

-Me he planteado la larga distancia, quiero estar en el Ironman de Hawái, que justo esta temporada es el Mundial. Ese será el objetivo principal.

¿Cómo ha cambiado su preparación de cara a estas pruebas más largas?

-La idea es hacer el Ironman de Australia como preparación y para asegurar la clasificación a Hawái. La forma de entrenar cambia, la bici es más importante y el gimnasio también. Entreno tiradas más largas, sin hacer los ritmos tan rápidos que hacía en pista y en total trabajo más horas. También es importante la alimentación. Son pruebas de ocho horas y por mucho que domines los ritmos como tu cuerpo no asimile la comida y la bebida vas a tener problemas.