Un ritual cercano a lo religioso

BILBAO ? La fiebre por el runningvolvió a empequeñecer unaño más la Gran Vía de Bilbao.Amistad, solidaridad, pasiónpor el deporte, plan familiar osuperación personal. Diversosmotivos llevaron ayer a milesde vizcainos a tomar parte enuna nueva edición de la HerriKrosa. “Hace 11 años un infartome inhabilitó para el deportepero ya llevo nueve edicionesa mis espaldas”, destacó orgullosoRicardo.

Y es que esta cita deportiva estoda una tradición y así quedópatente en la línea de salida. Unejemplo de ello fueron las chicasdel club Gu Be Bai de Igorre,unas auténticas profesionalesde esta disciplina quesobre las diez de la mañana,una hora antes de la salida, yaestiraban las piernas en lasinmediaciones del circuitourbano. “Le debemos esta aficióna nuestra entrenadoraIraia García”, indicaron.

De este modo, atuendosdeportivos y zapatillas decorrer coparon esta arteria bilbainahasta tal punto que cualquierrincón era bueno paraponer el cuerpo a punto antesde la carrera. “El pasadodomingo hicimos diez kilómetrosde preparación y nos fuegenial”, comentaban algunosparticipantes mientras calentabanlos músculos junto a lasede de la Diputación Foral deBizkaia.

Igualmente, numerosas cuadrillasde todas las edades tampocoquisieron perderse la cita.“No faltamos a ninguna edición.Es una tradición y unbuen plan de domingo”,comentaron algunos de ellos,procedentes de diferentes puntosdel Territorio Histórico.“Hoy es un día para disfrutar,nada de competición”, proclamaron.Y así fue. El buen rollopresidió la salida y la llegada.