bilbao. ¿Qué valoraron en su día para traer el Mundial a Bilbao?
La Federación Internacional tiene un contrato firmado con una organización y en la práctica es esta organización la que plantea varias alternativas a la Federación, la cual las evalúa y, si son aptas, las acepta. Esta propuesta tenía involucrado al primer presidente de la Federación Internacional de Pádel, una persona que más allá de los afectos personales que cada uno de nosotros pueda tener, ha demostrado a lo largo de los años una pasión por este deporte sin posibilidad de ser medida. Haber recibido la propuesta de organizar este evento importantísimo en Bilbao, bajo el nombre de Julio Alegría, era para nosotros un certificado de seriedad y garantía de que se iba a poner el máximo esfuerzo para llevarlo a cabo y que se iba a hacer de la mejor manera posible.
La semilla de este Mundial se puso en 1992.
Sí, el primer campeonato del mundo de pádel, que se denominó por equipos, se jugó en La Moraleja y en Sevilla en la Expo'92. Coincide que con ese campeonato por equipos se realizó otro que estaba abierto a los jugadores que jugaban por equipos y ahí comenzó todo esto. En los últimos año habíamos perdido el Mundial Open real, donde cada uno juega con quien quiera y eso se ha tratado de recuperar con este evento que se ha desarrollado. Es su primera edición, pero tiene una historia anterior, y esperamos poder mantenerlo porque uno de los inconvenientes que existe en este deporte es no poder tener acceso a competiciones importantes, sobre todo en el resto de países, porque en España el pádel vive una efervescencia que no se da en otros países. Darle continuidad a las competiciones internacionales oficiales es una prioridad absoluta. Ahora hay que trabajar para que aumente la participación de los países.
No ayuda que se vete a las parejas del World Padel Tour.
El que no está, se equivoca siempre. Eso pasa en todos los ambientes: en el trabajo, en los negocios, en la familia? Cuando uno no está para participar en una discusión, en una competición, es difícil que pueda tener razón. Tendrá sus motivaciones, pero es difícil que pueda tener razón. Nosotros hemos tratado de tener un diálogo fluido. Frente a una situación de rigidez del pasado, hemos tratado de crear una junta directiva dispuesta al diálogo. Eso no quiere decir que sea un reconocimiento automático de lo que todos hagan, pero por lo menos que seamos una Federación Internacional que esté en el medio de las conversaciones. Esa es y será nuestra forma. No tenemos ningún problema por encontrarnos con ninguna persona que tenga intereses comerciales o pasionales en este deporte. Es por ello que estamos llevando adelante varios proyectos para integrar a todas estas actividades libres o independientes en las estructuras de las federaciones y puedan cursarse a través de una organización oficial. Los jugadores y las jugadoras saben que la Federación tiene las puertas abiertas. Las organizaciones de jugadores han sido invitados a adherirse a la FIP de alguna forma y puedan participar en las comisiones de trabajo de la FIP. Yo confío en que a este punto se llegará. Nos ha tomado más tiempo de lo que pensábamos, pero creo que llegará. Los mensajes de solidaridad y los mensajes llegados a la FIP y a la organización han sido numerosos. Nadie debería perderse la oportunidad de participar en este torneo.
¿Está satisfecho con lo que se está viendo en la pista de Bilbao?
Sí. Es un torneo particular y todo el mundo debe entenderlo. Para favorecer la mayor participación posible existen invitaciones que llegan a algunas parejas que si hubiesen jugado la fase previa no hubiesen llegado a la fase final. Eso nos ha permitido tener once países y eso es un objetivo de todos. El nivel lo vemos en la segunda fase, donde ya hay un filtro. Creo que el nivel es bastante alto. La calidad es indiscutible, pero siempre habrá alguien que pueda decir "si hubiera estado?". Efectivamente: si hubiera estado. El que no está, se equivoca.
¿Cuáles son los próximos retos del pádel?
Vemos que en Europa hay un movimiento de crecimiento. Preocupa un poco más en algunos países suramericanos que, si bien mantienen el nivel de juego, a nivel institucional están un poco retrasados. En la última asamblea se aprobaron unos proyectos de desarrollo hacia países emergentes. Buscamos convertirnos en algo que permita que cualquier taxista del mundo sepa lo que es el pádel y no solo lo sepa un taxista de Buenos Aires.