pone el móvil a cargar. Coge aire. Suspira. Son las últimas horas de Alex Txikon en Bilbao y no para. El reloj corre. Su cara la ocupa la sonrisa y el Gasherbrum I es el único pensamiento que abarrota su mente. "Volvemos para acabar lo que empezamos el año pasado o simplemente para buscar algo más del invierno, algo que nos robó el G-I", explica. No da ni un sorbo durante la charla al botellín de agua que ha pedido. Le da un trago al final y se marcha. Está acelerado. Quedan todavía más asuntos por resolver. Mañana estará en Islamabad, después en Skardú y en una semana en el campo base del mayor de los Gasherbrum. Por delante, si todo va bien, dos meses de trabajo épico, de desafío extremo, de lucha del hombre contra la montaña en el más cruel de los escenarios: el invierno del Karakórum. Si va mal, "en 20 días estás de vuelta" porque "no puedes llegar ni al campo base". Un proyecto superlativo. "Vas a buscar el límite de tus conocimientos. Cuando formas parte de un gran equipo, como yo lo era del de Edurne Pasaban, es todo diferente. Por ejemplo, en el Annapurna se lesionó Ferrán Latorre y no pasó nada. En una expedición como la que vamos a hacer ahora el hecho de que falle un tío ya complica todo mucho, ¡todo!", señala. "Es que -parece pensar en alto- el invierno no tiene nada que ver con la temporada normal... Todo es tan, tan diferente que buscas tu autocontrol y conocerte más a ti como persona y a tus compañeros. Cuando ves todo tan al límite te conoces tú mejor", describe el lemoarra.
Esta es la segunda parte de una aventura gigantesca que arrancó el pasado año cuando Txikon ya quiso retar a las leyes del himalayismo que establecían que el Karakórum no podía ser conquistado en invierno. "Llegamos por la pared sur del G-I hasta 6.700 metros y por la norte, la ruta normal, conseguimos llegar a los 7.000 metros en estilo alpino", evoca el alpinista. Mientras, entonces, en el G-II, Simone Moro, Denis Urubko y Cory Richards hacían cumbre e historia. El italiano fue la primera persona en el mundo en llegar a una cima invernal en el Karakórum y escribir su nombre en la leyenda. De algún modo, Txikon se fijo en él cuando optó por lanzarse el año pasado a la crueldad del G-I. "Él es un loco y yo soy otro loco", asegura Alex entre risas. "Que Simone Moro ha estado en mi casa dos veces", agrega con humor. "Nos une una amistad desde hace un montón de años, desde 2003, que coincidimos en Pakistán. Y luego, he ido siguiendo lo que ha estado haciendo. Simone hizo la primera ascensión en invierno al Shisha Pangma, también al Makalu, y llevaba dos fracasos seguidos en el Broad Peak en invierno. Y gracias a él dije: ¿Por qué no voy a probar yo?".
visualizar el fracaso Y así el ABC Team se fue a la aventura: Txikon, junto a Louis Rousseau y Gerfried Göschl. No triunfar forma parte de la proeza. Pasó en 2011 y puede volver ocurrir. "Yo sé que podemos tener un diez por ciento de posibilidades de subir, pero mientras haya ese diez por ciento hay que intentarlo. El reto es enorme. Ascender el G-I por una nueva ruta en temporada normal tiene su miga pero ascenderlo en invierno es un desafío muy, muy grande", asume el montañero. Hace un año fueron tres personas, ahora el doble -repite Göschl y se incorporan el pakistaní Nisar Hussein, el polaco Darek Zaluski, el suizo Hählen Cederic y el madrileño Carlos Suárez- pero eso no garantiza el éxito. "La idea es trabajar en la montaña un día sí y otro no. El hecho de ir más personas puede parecer mejor, pero para algunos peor porque con tres personas solo puede parecer más romántico, más ético, más auténtico quizás... No sé qué palabras utilizar. Ir seis también te da pocas posibilidades pero hay más esperanza, más respiro. Te permite recuperar el aliento porque el año pasado no pudimos". Y aun con la respiración entrecortada, Alex se llevó la cámara para grabar la brutal escalada. De ahí nació Next Time Inshallah. Esta vez, el lemoarra también carga con material para filmar. "Tiene que quedar plasmado para todo el mundo, y para nosotros también, el trabajo que haces en un ochomil en invierno". La aventura empieza a rodarse hoy a las 12.00 horas desde el aeropuerto de Barcelona.