parís. Naroa Agirre, plusmarquista estatal de pértiga desde hace cuatro años con una marca de 4,56, fue eliminada ayer en la calificación de los Campeonatos de Europa en pista cubierta con un registro de 4,15 que la dejó decimocuarta y última. Una actuación que dejó a la protagonista, única representante vasca en el Viejo Continente, de "muy mala leche".

La donostiarra empezó a saltar con el listón en 3,90, altura que superó a la primera, igual que los 4,15. Pero a continuación la barra se elevó 20 centímetros y no pudo con los 4,35.

El pasado 19 de febrero, en Valencia, confirmó que había recuperado la moral tras dos años de contratiempos físicos al obtener su noveno título de campeona de España en pista cubierta con una marca de 4,30, aunque estaba "para más de 4,40", según ella. Agirre, que llegó a ser sexta en la final olímpica de Atenas 2004, tuvo que operarse de una hernia discal en 2009, pero este año había empezado con una aceptable marca de 4,30. "Estoy muy tocada. Superdecepcionada. Estoy para más de 4,40, pero no ha salido. No he hecho bien las cosas y no he saltado más. Llevo todo el año saltando 4,30. Hoy -por ayer- tenía que hacer mi mejor marca para hacer 35 y no lo he hecho", dijo, compungida.

Agirre no advierte fallos técnicos: "No es que me haya fallado nada técnicamente, ni la pértiga. Simplemente, no he pasado la altura. El problema es que he dejado todo el trabajo para el último día y si hubiera salido, hubiera estado guay, pero no ha salido. Eso es lo que me ha dicho Jonkar (Lizeaga, su marido y entrenador), pero son tres intentos y no lo he saltado. Ahora mismo estoy de muy mala leche porque me gustaría seguir ahí. Es lo que hay", concluyó.

primera medalla estatal Por otra parte, Nuria Fernández, incorporada al equipo estatal un día antes de viajar a París, dio a España su primera presea, que fue de plata en 1.500, y refrendó su excelencia en plena campaña de acoso por la operación Galgo. Era su segunda carrera en la campaña bajo techo.