El queso funde el acero
Vince Lombardi vuelve a Lambeau Field después de la victoria de los Packers sobre los Steelers, 31-25
El trofeo Vince Lombardi vuelve a casa". Lo dijo el consejero delegado de la NFL (National Football League) al final del partido, cuando entregó el trofeo de la victoria a Green Bay Packers. Precisamente, el equipo de Wisconsin fue quien ganó las dos primeras Super Bowls que se celebraron. Posteriormente, en 1970, a este trofeo se le denominó Vince Lombardi, en honor del entrenador de los Green Bay Packers que ganó aquellos dos primeras finales. Desde aquellos finales sesenta, los Packers tuvieron que esperar hasta 1996 para conseguir su tercer trofeo. Han pasado 15 años para que los queseros consigan su cuarto trofeo de campeones de la Super Bowl, llevando su trofeo al gélido pueblo de Wisconsin.
Un lugar espectacular
El partido se jugó en el nuevo Cowboys Stadium de los Dallas Cowboys, en Arlington, Texas. Un recinto increíble, cuya construcción costó 1.300 millones de dólares. Fue una idea del dueño del multimillonario tejano, Jerry Jones, que lo construyó para que su equipo jugara la Super Bowl allí; sin embargo, la temporada de los vaqueros ha resultado digna de olvido.
Tiene de todo, pero quizás lo más espectacular es su techo retráctil, que permite acondicionar el estado del terreno a las condiciones ambientales. También son de admirar las dos pantallas de 60 yardas (54.84 metros) mirando hacia los laterales de las bandas, y dos algo más pequeñas mirando a los fondos. Para hacernos una idea, el coste de estas pantallas es superior al coste total del antiguo campo de los Dallas Cowboys.
El Norte invadió el Sur
El Cowboys Stadium se vistió de amarillo. Tanto los cabezas de queso, como son popularmente conocidos los Green Bay Packers, como las toallas terribles, que son el icono de Pittsburgh Steelers, indicaban que los yanquis habían conquistado el Estado de la Estrella Solitaria, en la tierra de Dixie.
Los aficionados de Green Bay, del Estado de Wisconsin, y los de Pittsburgh Steelers, del Estado de Pennsylvania, hicieron vibrar a Texas. Vibrar en el corazón, por la emoción, vibrar en el estadio, puesto que cada vez que uno de los equipos anotaba, el suelo vibraba como si de un terremoto de media intensidad se tratara.
El Athletic y Bilbao tienen muchas características de uno y otro equipo. Respecto de Green Bay, por tratarse de una ciudad pequeña de menos de 100.000 habitantes, de los cuales más de 60.000 son abonados del equipo. Respecto de Pittsburgh, por la renovación total de una ciudad acerera que se derrumbó con la crisis de su mayor industria, pero que supo imponerse a sí misma y redescubrirse desde sus cenizas.
Estos dos equipos son los únicos de la National Football League que no tienen un equipo de animadoras. La sobriedad también nos une a ellos y a sus ciudades.
Dos modos de llegar
Pittsburgh Steelers ganó la División Norte de la Conferencia Americana y, posteriormente, esta Conferencia; Green Bay, sin embargo, fue segundo de la División Norte de la Conferencia Nacional y fue sexto cabeza de serie, por lo que tuvo que jugar contra Filadelfia, Atlanta y Chicago fuera de casa. Así se ha convertido, junto con Pittsburgh Steelers, en el segundo equipo en ganar la Super Bowl viniendo desde el último lugar de la clasificación. A esto se le llamaba al tiempo hacer la heroica.
Los errores se pagan
Y ganó la defensa de Green Bay al ataque de Pittsburgh. De los 31 puntos conseguidos por los Packers, 21 vinieron como consecuencia de tres errores del ataque de los Steelers, o, dicho de otra manera, la defensa de Green Bay supo leer perfectamente las intenciones de Big Ben Roethlisberger. Nick Collins, el safety, interceptó un pase del quarterback de los Steelers y retornó para conseguir el segundo touchdown de los de Wisconsin. Y faltaban 3:20 para terminar el primer cuarto.
El segundo cuarto no fue mejor para los de la ciudad del acero, y, así, cuando faltaban 4:28 para terminar la primera parte, Jarrett Bush, que actúa tanto de corner-back como de safety de los queseros, interceptó a Big Ben, y en la serie posterior Aaron Rodgers, el quarterback de Green Bay, envió un pase a Greg Jennings para anotar un touchdown.
Cuando estaba en plena remontada el equipo que dirige Mike Tomlin, el entrenador del equipo de Pennsylvania, una pérdida de balón de Rashard Mendenhall, runningback de Pittsburgh, fue recuperada por Desmond Bishop, y trajo como consecuencia que Aaron Rodgers volviera a enlazar con Greg Jennings para anotar otro touchdown.
Para entonces el pateador de Pittsburgh, Shaun Suisham, ya había dejado patente que no era su día y que no se podía confiar en su pierna para ganar el partido.
Tres pérdidas de balón de los Steelers y sus respectivas tres anotaciones por los Packers dejaron el partido visto para sentencia. A veces ocurre que no fallar es mucho más productivo que realizar jugadas espectaculares y errar en lo básico.
El corazón partido
Mike McCarthy, entrenador de los Packers, nació un 10 de noviembre de 1963 en Pittsburgh. Los Steelers eran y son el equipo de su corazón, aunque por circunstancias de la vida esté entrenando a los Packers. Y se ha enfrentado a su equipo sentimental en la Super Bowl. Este tipo es de los de verdad. Pocas palabras, pocas alharacas, pero un planteamiento táctico increíble, así como unas dotes humanas que hacen que sus jugadores se tiren por el puente si él se lo pide. En este deporte, como en todos los órdenes de la vida, la inteligencia emocional es uno de los intangibles más eficaces para conseguir los logros que las personas se proponen.
No es casualidad que antes de ser entrenador principal entrenara a algunos de los quarterbacks más importantes de la historia de la NFL en distintos equipos: ahí están Joe Montana, Elvis Grbac, Rich Gannon, Brett Favre, Matt Hasselbeck, Aaron Brooks, Jake Delhomme y Marc Bulger. La humildad, el buen hacer, el saber escuchar, el tomar decisiones pensando en el objetivo final han resultado decisivos a la hora de que Mike McCarthy, desde que fue contratado el 12 de enero de 2006, haya conseguido en tan solo 5 años ganar la Super Bowl.
El jugador más valioso
Aaron Rodgers creció en la NFL a la sombra de Brett Favre, el jugador más querido de la franquicia de Green Bay. Supo esperar, supo aprender, supo tener paciencia, supo vencer los problemas que le surgieron, en definitiva, supo hacer frente a la vida. Este domingo pasado decían los comentaristas estadounidenses que se había quitado la sombra de Favre. Es cierto: demostró carácter, tenacidad, liderazgo; consiguió que su equipo no desesperara cuando parecía que los Steelers podían remontar el partido. Lanzó tres pases para touchdown y no cometió ningún error; así consiguió llevar su equipo a ganar el trofeo Vince Lombardi y a hacerse merecedor de la confianza de la familia de Green Bay.
Aaron Rodgers presentaba unas credenciales envidiables: era el quarterback con mejor rating de la historia de la NFL en partidos de play-off, es decir, era el más fiable de toda la historia a la hora de la verdad, cuando la presión aprieta. Este pasado domingo ha demostrado el porqué. Suele decirse que la regularidad es mucho más operativa que los rayos cegadores de momentos efímeros.
Los que no ganaron
Pittsburgh Steelers fue un digno oponente de los Green Bay Packers. Este es un equipo muy marcado por el carácter de la ciudad y su entrenador, Mike Tomlin, es como Mike McCarthy, de los de verdad, de los que sus jugadores lo dan todo por él. Es uno de los equipos más duros de la NFL, es un equipo que cuando faltaban 56 segundos para acabar el partido tenía posibilidades de ganar la Super Bowl, teniendo una desventaja de 18 puntos cuando faltaba 2:24 para acabar la primera parte. Luchó hasta el final.
Hasta septiembre
La temporada 2011-2012 comenzará en septiembre, esperemos que no se materialice la huelga que pende sobre la competición y que el año que viene podamos disfrutar de una temporada tan emocionante como esta.