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Inmensa Eunate

la bilbaina accede a la final de hoy en el confital, última cita del mundial, y revalida su subcampeonato de 2009

Inmensa EunateFoto: EunateAgirre.com

bilbao. El Confital, bahía de Gran Canaria, escenario donde se celebra la última prueba del Circuito Mundial de Bodyboard, es el Mónaco de la Fórmula 1, el Maracaná del fútbol, el Everest del alpinismo o La Concha de las regatas. Allí se entiende y se disfruta el bodyboard. Es una meca donde la crítica, los espectadores, se proyecta al mundo. Un lugar donde los éxitos adquieren niveles de excelencia: "Quien hace un buen papel aquí es muy respetable". Por eso y porque se baja el telón de la temporada, Eunate Aguirre acudía con las mayores ganas, inyectada moralmente por su triunfo en la última prueba celebrada en Venezuela, donde Isabella Sousa se coronó campeona del mundo.

Llegaba la bilbaina a la isla dispuesta a revalidar su subcampeonato de 2009 y no se defraudó. Inmensa en sus labores, la ryder patinó sobre las olas como la mejor, no en vano, rubricó la mayor puntuación del Campeonato obtenida hasta estas alturas de competición (17,75 sumados en olas de 9,5 y de 8,25) y alcanzó una final con la que certifica su plata en el Circuito de la especialidad. "Llegar hasta aquí es todo un triunfo", desentrañó efusiva desde el otro lado de la línea telefónica, sin conocer aún que había rozado la perfección en la manga de semifinales, donde enmudeció a los espectadores.

Eunate entró en competición en El Confital en cuartos de final dado su estatus y en el agua coincidió con Rita Pires, Anne Lacoste e Izamar Vivas, sus rivales. Apenas sin tiempo para remojarse, casi sin humedecer su cuerpo, la bilbaina firmó un 8,5 que le dejó con pie y medio en la semifinal. Si bien, añadió a dicha maniobra otra de 6,5 para alcanzar un 15 que la enrocó vigorosa en la siguiente ronda. Mientras, sus adversarias en la lucha por el subcampeonato, Mayla Venturin y Catarina Sousa, iban cediendo sin remedio.

En semifinales, sin presiones por conseguir el objetivo final, "acertada en las decisiones", sobrevino el éxtasis. Un rollo tan impecable como imponente hizo el deleite del público con un 9,5 que le permitió acudir sobrada a la final, donde se medirá hoy a la coreana Chiaki Okuyama, la portorricense Natasha Sagardia y la brasileña Neymara Carvalho en un "escenario perfecto" en el que será determinante "la paciencia y la elección de las olas", pues la manga es de cuatro ryders y toca repartición. Si bien, vive "relajada", sin obsesiones, liberada, pues aspiraba a cerrar el curso "con un buen papel" y "ya lo está siendo". Solo falta "coger la sintonía" hoy y rayar la mar como lo ha hecho, inmensa.