parís. El sueco Robin Soderling provocó, un año más, la mayor sorpresa de Roland Garros al vencer, por primera vez en las trece ocasiones en que se han enfrentado, al suizo Roger Federer, defensor del título, por 3-6, 6-3, 7-5 y 6-4, y alcanzar las semifinales.

En doce partidos anteriores, Federer no dejó jamás que Soderling saliera ganador. Pero en una jornada en la que la lluvia oscureció el panorama y la pista se tornó lenta y pesada, el de Tibro aprovechó al máximo esa particularidad para golpear aún con mayor dureza, soltar el brazo sin problemas e inmovilizar a un Federer apático y sin reacción.

La derrota de Federer abre las posibilidades para que Rafa Nadal recupere el puesto de número 1 de la clasificación ATP. El de Manacor se mide hoy contra su compatriota Nicolás Almagro, con una ventaja de 6-0 en sus enfrentamientos, pero necesita ganar el torneo para hacerse con el trono del tenis profesional un año después de su caída.

Soderling ya se hizo con un nombre en tierra el año pasado al vencer a Nadal en octavos de final y provocar la primera derrota del manacorí en las cinco ediciones de Roland Garros en las que había tomado parte. Esta vez el guillotinado fue Federer, que ve peligrar la posibilidad de igualar el récord del estadounidense Pete Sampras al frente de la clasificación mundial de 286 semanas.

Federer no caía antes de unas semifinales de un Grand Slam desde 2004 en Roland Garros, cuando el brasileño Gustavo Kuerten le derrotó en tercera ronda. Llevaba 23 clasificaciones seguidas para la penúltima ronda, la racha más larga de la historia, trece más que el checo Ivan Lendl.

A pesar de la lluvia y la humedad, Soderling conectó catorce saques directos y marcó un servicio más rápido a 227 kilómetros por hora.

La clave del encuentro estuvo antes del parón. Federer dominaba por 5-3 en el tercer parcial y dispuso de un punto de set con servicio de su rival, pero no pudo aprovecharlo. El partido se interrumpió con 6-3, 3-6, 5-5 y saque del helvético, pero después de una hora y doce minutos, al regresar, el suizo cometió una doble falta y, algo despistado, cedió su servicio. Soderling aprovechó la ocasión a la perfección y luego cerró ese parcial con el suyo, con un nuevo ace.

Aunque el helvético tomó ventaja en el cuarto set y se colocó 2-0, tampoco aprovechó la ocasión. Muy parado en el fondo de la pista, con demasiados fallos de derecha, el jugador de Tibro, finalista este año en Barcelona ante Fernando Verdasco, quebró el saque de su rival en el tercer juego y ya en el séptimo dispuso de tres puntos de rotura, que no confirmó, aunque sí logró luego su objetivo en el noveno.

Un fallo de derecha de Federer desde el fondo provocó que Soderling levantara el puño en señal de triunfo, el segundo más importante de su carrera en la pista Philippe Chatrier. El sueco se encontrará en semifinales con el checo Tomas Berdych, que derrotó al ruso Mijail Youznhy por 6-3, 6-1 y 6-2, en una hora y 54 minutos, para alcanzar las primeras semifinales de su carrera en un Grand Slam.

la ocasión para Nadal Tras conocer la derrota de Federer, Rafa Nadal sabe que tiene que dar lo mejor de sí mismo en lo que resta de semana en París. Para empezar deberá superar la prueba que le pondrá Nicolás Almagro, decimonoveno preclasificado, al que siempre ha ganado en los seis enfrentamientos que han disputado entre sí, cuatro de ellos sobre tierra.

Tras ganar el lunes al brasileño Thomaz Bellucci en tres sets, Nadal se apuntó la victoria 200 de su carrera en tierra batida. Hoy cumple 24 años y un triunfo contra Almagro sería la mejor forma de celebrarlo, porque se habría convertido en el primer español que alcanza las semifinales de París en cinco ocasiones, y además empataría en número de victorias en París (36) con Alex Corretja.

El de Manacor sabe que Almagro (en Madrid) ha sido el único jugador, junto con el letón Ernest Gulbis que le ha ganado un set en esta sesión de tierra.

La frase, "es un uno contra uno" permanece marcada a fuego en el cerebro de Almagro, que este año alcanzó los octavos de final del Abierto de Australia, y que hace lo que le dice José Perlas, su entrenador,"con los ojos cerrados". El murciano, que en broma señaló el lunes "que me pongan el partido mañana mismo", repite que está jugando el mejor tenis de su carrera. Hoy es el momento de demostrarlo.