Pasaban: "Esto va a ser un principio"

bilbao. Edurne Pasaban ya está entre los suyos, en su tierra, en Euskal Herria, donde ayer pudo dar por concluido el reto de hollar los 14 ochomiles del planeta. Tres meses después de partir hacia la culminación de un sueño que comenzó hace diez años, "ahora hay que disfrutarlo". Es el momento de los parabienes, los homenajes, los agasajos. La montañera tolosarra llegó al aeropuerto de Loiu con el tiempo justo para desplazarse a Donostia donde recibió el reconocimiento de la Diputación Foral de Gipuzkoa. Hoy será el turno de su pueblo, de sus paisanos, que darán un caluroso Ongi Etorri a Pasaban y su inseparable Asier Izagirre.

En ese acto se festejará algo que Edurne Pasaban quiso recalcar ayer nada más pisar suelo vasco: "el trabajo en equipo". "Ha sido así desde el principio hasta el final y todos los premios los quiero compartir con todo el equipo. La imagen la pongo yo, pero sin toda la gente que está detrás no habría sido posible", manifestó la guipuzcoana después de saludar a los responsables de Lagun Aro, uno de sus patrocinadores, que acudieron a recibirla, entre ellos su director general Pablo Mongelos.

Su agenda en las próximas semanas, plagada de actos protocolarios de todo tipo, no le va a dar tregua y le va a exigir casi tanto como las propias de la alta montaña. Pero Pasaban se siente obligada a corresponder. "Hay muchas cosas que hacer y que atender. Puede ser cansado, pero es algo que tengo que hacer para agradecer todo el cariño y el apoyo que la gente me ha manifestado en los últimos meses y, sobre todo, en los últimos días", reconoció.

La alpinista tolosarra espera tomarse pronto la pausa necesaria "después de diez años dedicada en cuerpo y alma a la montaña con un sacrificio muy grande". "El verano va a ser tranquilo. En cuanto sea posible quiero desconectar, olvidarme de la montaña por un tiempo, a ser posible en la playa", aseguró.

nuevos proyectos Pero la pasión por la montaña sigue ahí, aunque "quiero tomarme un tiempo antes de pensar en nuevos proyectos que seguro que llegan". El reto de los catorce ochomiles ha conllevado mucha responsabilidad y una cierta obligación y Edurne Pasaban se mostró convencida de que "los próximos proyectos serán de otra manera, seguro". "Esto era un objetivo deportivo muy importante y muy claro, pero seguro que lo que venga será más personal, diferente, más cara a la aventura, a conocer lugares nuevos", comentó.

De alguna manera, será reencontrarse con aquella joven que se aficionó a la montaña por el mero hecho de disfrutarla. "Va a ser como volver diez años atrás. Podré plantear las cosas de otra manera. La gente me dice si no voy a tener miedo después de acabar los catorce ochomiles y yo les digo que esto puede ser el principio de algo también muy bonito", reflexionó.